lunes, 23 de marzo de 2009

EXPLORANDO LUYA I
VIAJANDO A LUYA: LA MONTAÑA DE LOS GUERREROS

Este mes de febrero tuve la oportunidad de viajar a Luya, una de la provincias amazonenses con mayor potencial eco turístico y agropecuario de la Región Amazonas, pero con altos indicadores de pobreza extrema y persistente exclusión social por parte del Estado. Salí de Lima a las 6 de la tarde con destino a la ciudad de Chachapoyas. Pasando por la ciudad de Chiclayo y acercándonos a uno de los ramales de la cordillera que conecta con la selva norte del país, empecé a registrar el aspecto geográfico y ecológico de la ruta, y observe como el desierto costeño daba paso a una ecología montañosa que rodeaban los cerros piuranos y cajamarquinos.

Empezamos a subir por la zona de “El Cuello”, que es el tramo que nos conduce hacia la parte más alta del ramal de la cordillera. Llegamos a lugar denominado al “Abra de Porculla”, el paso más bajo de la Cordillera de los Andes para trasladarnos hacia la amazonía peruana. Desde este lugar empezamos a bajar por la cuenca del río Huancabamba y empezamos a observar diversos campos agrícolas con sembríos de arroz, plátanos, papayas y otras frutas.

Recorriendo diversos pueblos llegamos al puente Corral Quemado que se levanta sobre las aguas del río Marañón. Es una imponente estructura que une las regiones de Cajamarca con Amazonas y da paso a una ecología de selva alta y ceja de selva. Recorriendo ya la carretera Marginal de la Selva o Fernando Belaúnde Terry nos adentramos a recorrer los pueblos y territorios de la Región Amazonas.

Recorriendo la marginal, hacia la ciudad de Bagua, observamos inmensas áreas agrícolas destinadas al cultivo de arroz principalmente. Esta zona, por ser muy calurosa, congrega diversas especies de frutas, palmeras y cocos que rodean la carretera. Las primeras casas dispersas junto a la marginal, nos indican que estamos entrando a Bagua, una ciudad calurosa y comercial, donde resalta la avenida principal por donde pasan vehículos de transporte y carga que trasladan productos y personas entre los pueblos de la costa y la selva.
LA CARRETERA MARGINAL QUE NOS CONDUCE A BAGUA ESTÁ RODEADA
DE ÁRBOLES DE COCO Y SEMBRÍOS DE ARROZ
En la ciudad de Bagua, observamos diversas tiendas que comercializan diversos productos, desde la venta de frutas hasta la venta de vehículos. Jóvenes y niños, vendedores ambulantes, nos ofrecen productos como cocos, limas, limones, anticuchos, juanes, tamales, chicha, refrescos, etc. Como en todas las ciudades selváticas, se observa el tráfico de vehículos dominado por las mototaxis.

Nos comentan algunos pobladores, que el clima ha estado en los últimos días caracterizado por intensas lluvias, la cual se corrobora por la caída de huaycos en diversos tramos de la carretera marginal, que hace imposible el transito normal de los vehículos. Debido a los trabajos que se están realizando para despejar los tramos afectados, tuvimos algunos contratiempos con nuestro viaje, haciendo que nos demoremos un tiempo considerable para llegar a nuestro destino.

Seguimos avanzando por la Marginal de la Selva y observamos que el amplio y vasto valle de Bagua va desapareciendo de nuestros ojos para dar paso a imponentes cañones montañosos, con espesa vegetación de selva alta y ceja de selva. El río Utcubamba, rompe las montañas con fuertes sonidos que retumban las piedras debido al caudal fortísimo que acarrea por las constantes lluvias que caen en las alturas. A medida que avanzamos, la vegetación se vuelve mas espesa y el verdor resalta aún más en los espejos naturales de las quebradas y cataratas que rodean la cuenca del Utcubamba.

La “Catarata de Azufre” (así lo llaman los pobladores por su olor característico) nos da la bienvenida a Pedro Ruiz, una ciudad comercial desde donde la marginal se divide hacia Chachapoyas y la otra ruta para Tarapoto y Moyobamba. Pedro Ruiz es una prospera ciudad que va creciendo justamente por su posición estratégica en la carretera Fernando Belaúnde Terry. En ella confluyen personas y diversos productos que interconectan pueblos de la sierra, selva, costa norte y nororiente del Perú. A los alrededores de esta ciudad podemos encontrar imponentes montañas que esconden hermosas cataratas tal como Gocta, la tercera caída de agua más alta del mundo. En sus montañas encontramos diversidad de especies en extinción como el mono de cola amarilla y diferentes especies de orquídeas.

A MEDIDA QUE AVANZAMOS LA CARRETERA CORRE PARALAELAMENTE
AL RÍO UTCUBAMBA. PRINCIPAL CENTRO DE DESARROLLO
DE LA REGIÓN

Vamos dejando Pedro Ruiz y nos vamos insertando directamente a los territorios de la Provincia de Luya. Recorriendo la cuenca del Utcubamba hacia las ciudades de Chachapoyas y Luya vamos observando en las montañas, las primeras evidencias arqueológicas de la presencia que tuvieron los Luya y Chillaos dominando esta región. Las manifestaciones culturales prehispánicas se impregnan dentro del verdor montañoso y observamos como diversos sarcófagos y mausoleos, cual guardianes del Utcubamba, se yerguen imponentes en los farallones rocosos.

Una serpenteante carretera recién pavimentada y con circulación restringida para ciertas horas, es la obra principal que se está realizando para los pueblos de la zona sur en la Región Amazonas. Siguiendo hacia Chachapoyas, observamos que el río Utcubamba corre muy cerca de la carretera, destacándose su fuerte caudal que choca contra inmensas piedras dentro del cañón. Acercándonos a Caclic, lugar que divide el camino hacia las ciudades de Chachapoyas y Luya, percibimos junto a la carretera los petroglifos de Pitaya, donde se concentran diferentes simbologías emparentadas con la vida cotidiana de los hombres y su relación con los diferentes elementos de la ecología.

A medida que avanzamos vamos tomando conciencia que el potencial para el desarrollo de la Región Amazonas es vasto a nivel cultural, ecológico y agropecuario; pero la realidad, nos muestra que sus pueblos todavía están excluidos y sumidos en la pobreza debido a la negligencia por parte del Estado en sus diferentes niveles de gobierno.

Dejamos el río Utcubamba y empezamos a subir hacia Chachapoyas, para ello tenemos que pasar un cerro conocido como “Limón Punta”. Este cerro es un espacio cargado por un sinnúmero de mitos y leyendas relacionado con diversos accidentes de carretera ocurridos en esta zona. Los pobladores mencionan que el lugar es bastante “pesado” debido a que muchos pobladores, y sobretodo, chóferes, han tenido encuentros sobre naturales con personajes que están insertados en el pensamiento mágico-religioso de las poblaciones cercanas. Se menciona que es el sitio, donde aparecen por las noches oscuras las sombras de los accidentados, diablos o “shapingos”, curas sin cabeza, animales supranaturales, etc que asustan y ponen en jaque las emociones de los transeúntes que circulan por esta zona.

LA CIUDAD DE CHACHAPOYAS, LA MÁS ANTIGUA DE LA AMAZONÍA
MANTIENE SUS ASPECTOS TRADICIONALES Y EL FOLKLORE HEREDADOS
DE TIEMPOS PREHISPÁNICOS Y COLONIALES


La noche del miércoles es testigo de nuestro arribo a la capital amazonense. Chachapoyas nos espera con sus calles coloniales donde se destacan los balcones y su plaza hermosa, llena de diversas flores y orquídeas. Esta ciudad fundada por don Alonso de Alvarado en 1538, esta en proceso lento de modernización con problemas diversos, debido a pésimos planes de desarrollo implementados por diversos gobiernos provinciales, y a la exclusión histórica por parte de los gobiernos nacionales. Se observa “reflejos” de desarrollo a través de la creación de la universidad nacional y de la implementación de universidades privadas, pero todavía no sustentan políticas educacionales sostenibles relacionadas con un desarrollo intelectual y de conocimientos que permitan visionar el desarrollo de la región.

Chachapoyas se yergue como un espacio donde se podría implementar políticas de desarrollo de turismo cultural y ecológico, teniendo como zonas estratégicas ciudades como Luya, Lamud, Leymebamba, Pedro Ruiz, Bagua, etc, pero todavía no se dan estos elementos de desarrollo que podrían aliviar ingentes problemáticas que aquejan la población amazonense. Esta ciudad todavía sigue siendo un espacio tradicional a nivel cultural. Sus casonas coloniales se conjugan con la vestimenta autóctona que son mostradas por algunas personas que recorren sus calles. Todavía existen manifestaciones folklóricas como la gastronomía, los bailes, las canciones que se observa en los diversos espacios públicos de la ciudad, pero también observamos la modernidad que esta ingresado de manera desordenada y que convierte a los espacios sociales y culturales en entes “alienados”, conllevando a la desarticulación de la cultura y las formas de vida.

Nos hospedamos en un hotel chachapoyano y salimos a recorrer las calles de la ciudad. La noche era fría y decidimos conocer una parte del folklore de esta ciudad: probar algunas bebidas tradicionales conocidos como los “compuestos”. Pedimos un licor elaborado a base de uvas y luego otro elaborado con sauco, una planta tradicional que crece en los linderos o cercos de los pueblos amazonenses. El “compuesto” es una bebida que esta elaborada a partir de la mezcolanza de aguardiente con diversas plantas o frutas que indican los cánones de las bebidas tradicionales de la región. El aguardiente se puede combinar con uvas, chuchuhuasi, sauco, mora, naranja, maracuya, etc. y son estas bebidas las más consumidas tradicionalmente en toda la Región Amazonas. Estos productos poco a poco se están industrializando para venderlos fuera de las fronteras amazonenses.

A pesar de las épocas de lluvia en toda la región, el jueves nos despertamos con un esplendoroso y caluroso sol que siempre caracteriza al verano en esta ciudad. Nos dirigimos al mercado central para degustar un desayuno tradicional. Lo primero que observo es un espacio social bastante ordenado donde destacamos el área de diversas especies de frutas que se ofertan, lugares donde se venden jugos, carnes y productos agrícolas locales; en otro espacio se ofertan diversos platos típicos de la región donde destacamos la venta de los panes chachapoyanos en sus diferentes variedades. Decidimos tomar un desayuno a base de una exquisita taza de café acompañado de un caldo de cabeza de carnero, pequeños tamalitos verdes, juanes y empanadas rellenas de carne de cerdo.

CIUDAD DE LUYA. LUGAR DONDE SE CENTRÓ NUESTRO
TRABAJO DE INVESTIGACIÒN. LUYA ESTÁ ENCLAVADO EN UN RAMAL
DE LA CORDILLERA ORIENTAL

Para el mediodía recogimos nuestro equipaje del hotel y nos dirigimos al terminal terrestre que nos conducirá a Luya. Abordamos unos de los autos que estaban de turno y enrumbamos hacia la ciudad de Luya. La cámara de video fue registrando partes del recorrido que nos conduce a dicha ciudad. Llegando a Caclic empezamos a subir por una carretera afirmada, rodeada de profundos abismos. Desde aquí vamos notando el curso del río Utcubamba que corre paralelo a la carretera que conduce a la costa. A medida que avanzamos, nos vamos acercando a dos sitios (la Curva Villacrés y el Sarandeador) que al igual que “Limón Punta”, observamos diversas cruces que manifiestan la ocurrencia de accidentes, y por ende, y según el folklore oral de Luya, la presencia de seres sobrenaturales que “habitan” estos lugares.

Terminado este tramo, empezamos a bajar hacia un poblado menor conocido como Tincas donde se observa pequeñas casas distribuidas a orillas de una quebrada. Existen áreas de cultivo donde se siembra maíz, yucas, plátanos, frijoles, caña de azúcar y alrededores la presencia de animales cómo ganados, gallinas, gallos y ovejas. Seguimos recorriendo y las primeras campos de cultivo van apareciendo, claro indicador que estamos llegando a Luya. Lo primero que observamos al acercarnos a Luya es una gran cruz blanca que esta en el cerro de Shuclla y también al espacio agropecuario del Oratorio. El carro pasa junto a las murallas que dan al cementerio de Luya para luego mostrarnos parte de la ciudad de Luya que se asienta en el valle del Jucusbamba.

Al cruzar “La Curva” empezamos a observar el humo que sale de las “tushpas” (cocina a leña) de las casas y comenzamos a oler los almuerzos con sabor a leña que sale de las cocinas tradicionales luyanas. Una calle empolvada nos traslada hacia la plaza central del distrito donde observamos jardines bien cuidados y alrededores se encuentra la iglesia principal, la municipalidad, la escuela primaria y el local comunal o comité de fiestas patronales. Luya nos esperaba con sus carnavales y manifestaciones culturales heredados de los Luya y Chillaos. (Continuará en: Explorando Luya II)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me parece interesante la publicación, solo que la entrada de las plantas de cocos es de la ciudad de BAGUA GRANDE...! no de Bagua

ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO dijo...

Muchas gracias por la precisión amigo o amiga. Saludos.