CHINA: ¿EL NUEVO ORDEN GEOPOLÍTICO MUNDIAL?
El progreso de China, no estuvo a costa de guerras, enfrentamientos o invasiones. China no puso o saco presidentes interviniendo a la fuerza otros países. China ha progresado desde dentro hacia afuera. Primero han puesto las estructuras económicas y sociales, han acortado las brechas de necesidades, han mejorado primero las condiciones de vida de sus ciudadanos. Previamente, han puesto las condiciones materiales (Marx ya lo decía) para mejorar la calidad de vida de los chinos. Este país ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas desde finales de los años 70, gobernados por el Partido Comunista Chino.
Hoy con ese desarrollo socioeconómico con orientación
socialista, han llegado a ser una potencia económica y tecnológica, promoviendo
la competencia entre sus localidades para superarse entre sí. Sus pueblos (símil
a un distrito peruano) producen autos, aviones, tractores, barcos, celulares,
etc. Todo este crecimiento y progreso, tiene una estructura funcional
CENTRALIZADO desde el Estado; es decir, tienen un Estado muy fuerte, y creen
que la economía NO es el fin, sino es un MEDIO para mejorar la calidad de vida.
El régimen de Xi Jinping, viene jugando un
acertado juego en el ajedrez de la geopolítica. Su rasgo de la no violencia, la
no guerra, y del comercio y la inversión en todos los continentes, le está convirtiendo
en un país modelo del nuevo orden mundial. China como parte del BRICS, está
desplegando toda su influencia tecnológica y económica, para captar e invertir
en diversos países, muchos de ellos destruidos por las ambiciones de EEUU o las
Europas.
Han implementado un componente geopolítico
denominado la “Nueva Ruta de la Seda” (idealizados a partir de los viajes de
Marco Polo a la China en el siglo XIII), que consiste en un proyecto de
infraestructura y política exterior de China, que busca conectarse con Europa,
África, Medio Oriente y América Latina. China en América Latina, es el
principal socio comercial de casi todas las grandes economías de la región,
tanto así que viene invirtiendo un estimado de 286,100 millones de dólares en
obras de infraestructura como el Puerto de Chancay en Perú, el Aeropuerto de
Manta en Ecuador o la planta de vehículos eléctricos (BYD) en Brasil.
La influencia de China en nuestra
región, responde a intereses estratégicos a largo plazo. Además
de las adquisiciones de recursos naturales, Beijing ha promovido acuerdos comerciales en yuanes con
el objetivo de alcanzar acuerdos comerciales en temas de energía,
infraestructura, agricultura y tecnología. La relación entre China y América
Latina parece estar destinada a profundizarse en los próximos años; sin
embargo, es crucial que los países latinoamericanos adopten estrategias claras
para maximizar los beneficios de esta asociación. Esto incluye negociar
acuerdos que prioricen la transferencia de tecnología, la creación de empleo
local y la protección del medio ambiente.
Creo que China, y su visión estatal socialista
del desarrollo socioeconómico igualitario, es el NUEVO MODELO que debemos
tomarlo como ejemplo para el desarrollo de nuestros países. Se debe fortalecer
los lazos de cooperación y aprendizaje con China, un país que hace 30 años
tenía serios problemas de pobreza y mínimo desarrollo social y tecnológico. Les
invito a conocer la historia de crecimiento progreso chino, rescatando sus
filosofías de más de 5000 años de evolución, y aprendiendo de sus grandes líderes
como Mao Tse-Tung, Deng Xiaoping o Xi Jinping.