EXPLORANDO LUYA V
WUANGLIC: EXPLORANDO Y CONOCIENDO EL TEMPLO DE LA SERPIENTE
WUANGLIC: EXPLORANDO Y CONOCIENDO EL TEMPLO DE LA SERPIENTE
En esta oportunidad decidimos visitar un área arqueológica y ecológica conocida como Wuanglic. Dependiendo del recorrido que hagamos, en esta área nos podemos tomar medio día o todo el día completo, bajo una caminata intensa y bastante difícil.
Con un grupo de profesionales, guías y acompañantes, cargados de equipos visuales, fotográficos, almuerzos y refrigerio emprendimos nuestra caminata desde Luya hacia El Oratorio, paso obligado para ir a nuestro destino. Nos esperaban dos horas de caminata intensa para acceder a nuestro objetivo. Desde El Oratorio empezamos a bajar una suave pendiente, hasta llegar a la parte más alta de un cerro que nos conducirá a Wuanglic. Desde aquí nos esperaba una pronunciada y peligrosa pendiente que teníamos que recorrer.
WUANGLIC TIENE COMO ATRACTIVO PRINCIPAL
ESTOS TINAJONES
ELABORADOS POR LOS LUYA Y CHILLAOS DONDE SE ALMACENABAN
GRANOS O SE DEPOSITABA A LAS MOMIAS
ELABORADOS POR LOS LUYA Y CHILLAOS DONDE SE ALMACENABAN
GRANOS O SE DEPOSITABA A LAS MOMIAS
Empezamos a bajar por un camino de herradura abrupto y que por momentos se
perdía en la espesura del monte. A medida que íbamos caminando, sorteábamos
abismos profundos y piedras movedizas. Para no caer y rodar nos agarrábamos de
los montes, ramas y pequeños árboles que encontrábamos en el camino. La ruta se
nos hacía más difícil debido a que encontrábamos tramos barrosos y fangosos,
producto de fuertes lluvias ocurridas días anteriores. Muchas veces sentía los
chicotazos que me propiciaban las ramas con púas sobre las piernas cuando nos
extraviábamos de la ruta principal, dejándome huellas y heridas sangrantes.
Peor aun cuando por las lluvias, estas ramas estaban humedecidas, haciendo que
nuestra ropa siempre este mojada.
No podíamos pararnos y descansar mucho tiempo, debido a que los zancudos y
otros insectos se “degustaban” sobre nuestra piel, ocasionándonos moretones y
granos molestosos que nos impiden caminar a plenitud. Por momentos aparecía un
esplendoroso sol y por otros caía un aguacero intenso, haciendo que
continuamente guardemos y usemos nuestros ponchos para lluvia. Después de
caminar bajo estas condiciones arribamos cansados al lugar conocido como
Plataforma Dos, desde donde empezamos a observar los grandes tinajones y el
templo de la serpiente, restos arqueológicos que están asentados en esta área.
Seguimos bajando y llegamos a Plataforma Uno, lugar desde donde observamos
con mayores detalles los restos arqueológicos y desde donde es posible también
observar una de las caídas de agua o cataratas que rodean este espacio cultural
y ecológico. El último tramo seguimos bajándolo, y llegamos a la parte más baja
de la montaña que es cortada por una quebrada conocida como “Tincas”. Para
acceder al otro lado de la montaña (lugar donde se encuentran nuestro destino)
tenemos que cruzar esta quebrada ubicada a 120 metros de profundidad; es decir,
cruzar un peligroso abismo por un camino de herradura abrupto y resbaladizo.
En esta parte del recorrido se me viene el
recuerdo de un amor especial, y cual adolescente corro a ver nuestros nombres
grabados en una “penquita”, realizados hace nueve años; y para grata sorpresa
todavía allí estaban entrelazados en un corazón nuestros nombres, la naturaleza
sabia había conservado esos grabados. Fue una grata sorpresa para mí; el
cansancio por un momento desapareció y se convirtió en felicidad y lindos
recuerdos.
EL TEMPLO DE LA SERPIENTE ES UN LUGAR
CARGADO DE INTENSA
SACRALIDAD DONDE LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS CONCURRÍAN
PARA ADORAR A SUS ANTEPASADOS
SACRALIDAD DONDE LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS CONCURRÍAN
PARA ADORAR A SUS ANTEPASADOS
Para llegar al otro lado de la montaña, hay que pasar
por un puente de piedra sólida, depositada deliberadamente por los antiguos
Luya y Chillaos. Para llegar a este puente, hay que caminar un tramo de 10
metros al borde del precipicio, ayudándonos de unos pasamanos, de los árboles y
ramas que se encuentran a los alrededores. Desde este puente se obtiene una
vista espectacular de las caídas de agua que se encuentran en el interior del
precipicio. Una vez pasado este tramo peligroso ingresamos a observar el sitio
arqueológico de Wuanglic.
Lo primero que percibimos al llegar es un recinto de
barro construido en un farallón rocoso, a 10 metros de altura. Este recinto es
conocido como el Templo de la Serpiente debido a que a ambos lados de una
puerta frontal, se han elaborado dos simbologías serpentiformes que nos
indicarían el culto de los antiguos hacia estos animales; más aún, estos
símbolos estarían relacionados con el agua de la quebrada que corre a pocos
metros del lugar o en todo caso tendrían el objetivo de hacer llover a través
de la pluviomagia.
El carácter mágico-religioso de este templo nos
indicaría que en su interior estaban depositados las momias de los principales
personajes de la antigua cultura de los Luya y Chillaos. A este lugar venían
los pobladores para adorar a sus guerreros o chamanes momificados. Seguimos
caminando por un camino al borde del precipicio, y ante nuestra vista aparecen
enormes estructuras a manera de grandes tinajones elaborados a base de barro,
paja, piedras y madera.
Estos recintos están protegidos por una caverna
natural que impide la caída de las lluvias sobre estos tinajones. Esto responde
a un conocimiento previo que tenían los pobladores antiguos sobre su ecología,
geomorfología y climatología de sus alrededores. Ingresando a uno de los
recintos, observamos la presencia de motivos simbólicos, donde se muestran
seres antropomorfos y zoomorfos confundidos en relaciones vinculantes. Hay
actividades de caza, eventos religiosos donde se nota la presencia de chamanes,
aspectos relacionados con la agricultura, etc. En otro de los “tinajones”
existen hornacinas donde se depositaba ídolos y/o vasijas ceremoniales y
utilitarias.
Según la mitología estos recintos son el hábitat de
los “Purunmachos” o espíritus de las momias. Con el fin de no ser “cogidos” por
estos espíritus, es necesario hacer previos pagos para ingresar a los
“tinajones”. Nuestros guías nos mencionaban que hay que “chacchar” coca para no
coger alguna enfermedad extraña, provocada por los “Purunmachos” (antepasados).
LA CATARATA DE WUANGLIC ESTA ASOCIADA AL HÁBITAT
DE SERES SOBRENATURALES. ESTA CATARATA ALIVIA LA FATIGA
CON SUS AGUAS DESPUÉS DE UNA INTENSA CAMINATA
DE SERES SOBRENATURALES. ESTA CATARATA ALIVIA LA FATIGA
CON SUS AGUAS DESPUÉS DE UNA INTENSA CAMINATA
La funcionalidad de estas grandes tinajas todavía no está
bien definida. Existen dos hipótesis, la primera referida al hecho de que estos
recintos sirvieron como grandes almacenes de granos que se traían de las
chacras en épocas de cosecha. Escarbando superficialmente en el interior de los
recintos, nos encontramos con restos de los posibles granos que fueron
depositados para su almacenaje.
La otra hipótesis está referida a que estos recintos
sirvieron como mausoleos colectivos donde se depositaban a las momias para su
adoración y conservación. La no presencia de las momias para sustentar esta
hipótesis, se debe a que cuando llegaron los españoles aplicaron su política
religiosa de “extirpación de idolatrías” haciendo desaparecer por completo a
las mismas, y obviamente desarticulando la fe y adoración de los Luya y
Chillaos para con sus antepasados momificados.
Cualquiera de estas dos hipótesis podrían tener
validez, más aun cuando la intención era la conservación, o de los alimentos o
de sus momias. Es que el área donde se construyeron estos “tinajones”,
corresponde a una inmensa caverna que impide la caída de las lluvias y por ende
la acumulación de humedad. El lugar donde estábamos era bastante fresco, a
pesar de que nos acompañaba una intensa lluvia que no nos mojaba por lo
explicado anteriormente. En consecuencia, era un lugar estratégico y
previamente conocido por los Luya y Chillaos para poder conservar sus granos o
sus momias. Son destacables los conocimientos que tenían estas personas sobre
diferentes aspectos de su mundo ecológico y cultural.
Después de recorrer esta área, nuevamente nos
dirigimos hacia el puente de piedra para cruzarlo y emprender nuestra caminata
hacia una de las cataratas que rodean esta ecología. Empezamos a bajar
peligrosamente hacia la quebrada ayudándonos de los árboles y ramas, y llegamos
al pie de la catarata que se veía imponente a nuestros ojos. La quebrada estaba
cargada de bastante agua debido a las constantes lluvias. Decidimos acercarnos
a la catarata para poder bañarnos a pesar de la fuerte corriente de la
quebrada.
Bañándonos al pie de la catarata, pudimos comprobar un
fuerte y constante viento que emana de la catarata debido a la caída de sus
aguas. Según el imaginario mágico-religioso de las personas, estas corrientes
de aire son los “soplos” que arrojan los espíritus sobrenaturales que habitan
las cataratas. En estos lugares tienen su “residencia” las sirenas, los
“shapingos” (diablos), el fraile o las culebras gigantes, que nos pueden “aprehender”
o “dar” enfermedades raras si es que ingresamos sin realizar ningún pago o
ritual previo.
PRECISOS MOMENTOS EN QUE NOS DISPONEMOS
A BAJAR
HACIA LA CATARATA. RECORRER WUANGLIC ES INSERTANOS A OBTENER
CONOCIMIENTOS CULTURALES Y ECOLÓGICOS DIVERSOS
HACIA LA CATARATA. RECORRER WUANGLIC ES INSERTANOS A OBTENER
CONOCIMIENTOS CULTURALES Y ECOLÓGICOS DIVERSOS
En este lugar acampamos y después de disfrutar de un
intenso baño bajo la lluvia, decidimos almorzar. A medida que ingeríamos
nuestros alimentos, los guías que nos acompañaron relataban historias sobre los
espíritus naturales que protegen estos lugares. Por ejemplo nos comentaron de
una gran serpiente o “solpeculebra” que protege las riquezas de los antiguos
pobladores, y que por las noches se escuchan en estos precipicios el resonar de
las campanas de oro que se cuelgan de las rocas atadas a pequeñas serpientes.
Mencionan que a estos lugares no puedes ingresar porque puedes ser devorada por
la enorme serpiente y quedar “encantado” [1] para siempre por estos lugares.
Por la tarde decidimos emprender la caminata de retorno hacia Luya. Nos
esperaba una colosal montaña para subirla, quizás el tramo más agotador y de
mayor tiempo a recorrer. Empezamos a subir tramos que tienen un ángulo de
inclinación entre 45° y 60° grados, y después de dos horas de caminata entre
montes y piedras resbaladizas y bajo la lluvia, llegamos a lo más alto de la
montaña para alivio de todos nosotros. Descansamos y disfrutamos de las aguas de
un puquial para luego emprender sosegadamente el viaje a Luya con el fin de
descansar y emprender un nuevo recorrido cultural y ecológico en el próximo
día. (Continúa en: Explorando Luya VI)
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[1] El “encantamiento” se refiere al hecho de que una persona se queda para siempre a habitar en esos lugares como un espíritu, buscando su posible salvación a su condena espiritual.
[1] El “encantamiento” se refiere al hecho de que una persona se queda para siempre a habitar en esos lugares como un espíritu, buscando su posible salvación a su condena espiritual.
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