LA POLÍTICA: NUESTRO SUEÑO ROBADO DEL BICENTENARIO
La verdad, no me imaginaba que el Perú en la
celebración de sus 202 años de “independencia”, su política iba a estar por los suelos, y es que,
desde hace muchas décadas, nuestra política ha caído en la más profunda
desconfianza y animadversión por parte justamente de los ciudadanos, que
vemos en la política un canal para asignar nuestro poder, a representantes que
administrarán ese poder para dar
solución a nuestras problemáticas.
Son los políticos muchas veces “improvisados e
informales”, los que acentúan la preocupante condición de la política actual,
los que han hecho de la política un medio para satisfacer necesidades particulares,
postrando el concepto y accionar político a una paupérrima situación y
desacreditación generalizada por parte del ciudadano. El político peruano, en
este Pos Bicentenario, sigue sin entender que el poder asignado a su persona,
es para mejorar la calidad de vida del colectivo. ¡En fin, NO entiende los que es
la POLÍTICA en mayúsculas!
Pero la política, la “verdadera política” no es
mala, no es nauseabunda como lo creemos o nos lo han hecho creer
generacionalmente. La POLÍTICA es una ciencia social que nace
“científicamente” allá por el siglo V a.c.; en los albores de Atenas, una de
las ciudades de la Cultura Griega. Justamente, un griego como Aristóteles,
definió “naturalmente” al hombre
como un animal político. Las definiciones clásicas de la
política están referidas al “ejercicio
del poder”. El sociólogo Max Weber definía a la política como una
vocación, donde las personas aspiran el poder ya sea entre el Estado o
dentro de un Estado. Weber definía la
política relacionada directamente con el accionar de un Estado.
Sobre política se ha escrito y dicho en demasía
a nivel teórico y práctico. La POLÍTICA debemos entenderla como LA
GESTIÓN DEL PODER, emanado de los ciudadanos, para mejorar las condiciones de
vida de las poblaciones. Una gestión del poder por parte de
autoridades elegidas democráticamente. Como lo menciona el Sociólogo Sinesio
López, la política como esa capacidad de DIRECCIÓN, DISEÑO Y
GESTIÓN de la acción dentro de determinados marcos institucionales y
de determinadas condiciones estructurales para obtener algunos resultados
deseados: desarrollo, democracia,
estabilidad, eficacia y efectividad, gobernabilidad, integración sistémica,
integración social. EN SUMA: CALIDAD DE VIDA.
En la política, siempre se debe velar por el BIEN
COMÚN, por el
bienestar de los ciudadanos. Pero nuestra realidad política, nos muestra lo
contrario, LA CORRUPCIÓN Y LOS
PRIVILEGIOS son el sello de la política peruana en nuestros tiempos del
Bicentenario. Hay tres actores
principales de esta situación que venimos lamentando hace muchas décadas: Primero, en
nosotros LOS CIUDADANOS que no
sabemos elegir o no nos comprometemos a hacer política educativa. En segundo lugar,
la culpa está en un SISTEMA ELECTORAL
obsoleto que ha conllevado a elegir autoridades que a veces no representan
adecuadamente a su población; se debería fortalecer
los filtros para que nos representen verdaderos políticos, en base a una meritocracia; y no “políticos”
que cuenten con antecedentes penales, judiciales y policiales o estén adeudando
al Estado. Mínimo tienen que tener un conocimiento de su realidad, al menos haber hecho un ANÁLISIS FODA de su
localidad o Región.
En tercer lugar,
están los PARTIDOS POLÍTICOS, que
deberían ser los llamados a ejercer la política. La debilidad
institucional de los partidos, ahonda la crisis de gobernabilidad y
representatividad. Los partidos políticos deberían fortalecer la formación de
las preferencias de los ciudadanos haciéndolas dinámicas, permitiendo de
esa manera que los diversos grupos
sociales expresen sus intereses y canalicen sus demandas; pero miren
nomás los Partidos Políticos actuales representados en el Congreso, son una
horda de delincuentes y forajidos, que solo miran sus intereses y
corruptelas.
En nuestro Bicentenario, me ilusioné que la
POLÍTICA peruana era buscar EL BIEN COMÚN, donde el poder representado y
legitimado que te confiere la población, buscaría un espacio de
convivencia y mejora de calidad de vida. Me imaginé una POLÍTICA con una
gestión del PODER para construir espacios, donde el desarrollo
y la gestión sostenible sea la bandera de las autoridades y sus
funcionarios; sea la bandera de los “verdaderos políticos”. Soñé a tod@s unidos, políticos
responsables junto a una población comprometida, luchando y levantándose
frente a nuestros problemas generacionales.
Pero desperté:
¡SÓLO ERA UN SUEÑO ROBADO E INCUMPLIDO, UNA
ILUSIÓN BICENTENARIA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario