viernes, 29 de noviembre de 2019

NUESTRO RETO: DESARROLLO HUMANO E IGUALDAD EN AMAZONAS


Recientemente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD presentó un informe sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) en el Perú 2019, donde se muestra un conjunto de indicadores que permiten entender mejor las transformaciones ocurridas al interior de nuestro país. Este IDH se ha elaborado bajo un enfoque de desarrollo humano multidimensional.

El Índice de Desarrollo Humano es una medida que consigna los avances que tiene el país en cuanto a su desarrollo, teniendo en cuenta indicadores de la esperanza de vida al nacer, los conocimientos aprendidos en la escuela y el ingreso familiar per cápita. Estos datos nos permiten conocer los ingresos económicos en un país y evaluar si es que se está ampliando las oportunidades para que cada persona pueda vivir una vida plena, donde puedan desplegar todo su potencial. El índice IDH aporta valores entre 0 y 1, siendo 0 la calificación más baja y 1 la más alta.

Entre el periodo 2003 y 2019, el Perú ha progresado sosteniblemente en cuanto a desarrollo humano, creciendo a una tasa acumulada de más del 60%, pero eso no ha significado que existan diversos territorios cuyas potencialidades no se explotan en su totalidad, conllevando a que existan brechas en cuanto a desarrollo humano, principalmente debido a desafíos estructurales que los caracterizan, como el piso altitudinal, la baja densidad poblacional y/o su nivel de diversificación productiva.

Veamos algunos indicadores, la distancia entre en desarrollo humano entre el distrito con mayor IDH (La Molina, Lima) y el de menor IDH (Lagunas, Piura) es de 1 a 9. En materia de logro educativo (número de años acumulados), la distancia entre el distrito de mayor éxito (La Molina, Lima) y el de menor (Uchuraccay, Ayacucho) es de 1 a 7. La diferencia vinculada al ingreso familiar es la que presenta la mayor brecha, siendo esta de 1 a 40 entre los distritos de Lince, Lima (en primer lugar) y Achaya, Puno (último lugar). Como se observa, las brechas para cerrar aún son profundas, estructurales, y están condicionadas por el territorio donde se desarrollan las comunidades.

En general, los departamentos predominantemente amazónicos como Ucayali, Amazonas y Loreto se encuentran en los últimos lugares y con los peores índices de acceso de sus poblaciones a servicios básicos, que son fundamentales para alcanzar y promover desarrollo, ya que la falta de uno de ellos afectaría al desarrollo. Lastimosamente esta situación no se ha movido en 10 años (2007 a 2017).

Analizando a nuestro departamento, Amazonas, lamentablemente desde el 2003 sigue ubicado en el tercio inferior de departamentos con el peor índice IDH junto a Ayacucho y el último Huancavelica. Amazonas está entre los tres últimos departamentos con el peor IDH con una cifra de 0.418 (Lima el mejor ubicado tiene 0.707 y Huancavelica el peor ubicado tiene 0.384). Es decir, Amazonas tiene uno de los peores índices de desarrollo humano en cuanto a esperanzas de vida al nacer, educación e ingreso per cápita; y esta situación NO es que apareció últimamente, esta problemática lo venimos arrastrando desde hace varias décadas.

Analicemos a nivel de provincias amazonenses. La provincia mejor ubicada en Amazonas es Chachapoyas, ubicada en un segundo quintil a nivel nacional con un IDH que fluctúa entre 0.5231 y 0.6243. Las provincias de Bagua y Utcubamba están ubicadas en el tercer quintil con un IDH que se ubica entre 0.4219 y 0.5231; las provincias de Luya, Rodríguez de Mendoza y Bongará están ubicadas en el penúltimo y/o cuarto quintil con un IDH que se ubica entre 0.3207 y 0.4219. Nuestra provincia de Condorcanqui es la peor ubicada en un quinto quintil, con un IDH que fluctúa entre 0.2196 y 0.3207.

Analizando esta situación de nuestras provincias, consideramos que Chachapoyas tiene una ventaja para tener un mejor IDH, por ser un territorio donde se concentra la burocracia del sector público, y por ende existe una atención privilegiada que históricamente ha recibido del Estado y del mercado. Lo mismo diríamos de Utcubamba y Bagua, que su ubicación de segundos mejores de índice IDH en Amazonas, se debe principalmente a su dinámica productiva y comercial que ha crecido en las últimas décadas. Sus dos grandes ciudades, Bagua Grande y Bagua Capital, concentran a la mayoría de población, con acceso privilegiado a servicios diversos, todavía con algunas brechas a solucionar en cuanto a infraestructura básica.

Luya, Rodríguez de Mendoza y Bongará, lamentablemente son territorios que no tienen acceso a servicios básicos del Estado que son la base para la construcción del desarrollo humano. Mantienen una producción primaria sostenidas en una agricultura y ganadería incipiente. Además, debemos pensar en la calidad de los servicios y cómo estos se adaptan a las características sociales, ambientales y geográficas de cada territorio de estas provincias. Por último, nuestra siempre excluida y sufrida Condorcanqui, con el peor índice IDH, debido principalmente a que sus comunidades alejadas, mantienen todavía su producción y sistema de vida atados a la producción agrícola que solo les permite satisfacer sus necesidades vitales. Junto al autoconsumo, recurre a modalidades de intercambio para acceder a bienes no “baratos”, sino primarios y elementales.

Como se observa, muy poco o casi nada han hecho nuestras autoridades regionales y locales que nos han venido gobernando en cuanto a políticas públicas y gestión hacia el desarrollo. Seguimos instalados en el fondo en cuanto a desarrollo humano en el Perú.

A pesar de los avances sociales y económicos logrados en las últimas décadas en nuestro país, el limitado y desigual desarrollo humano sigue siendo una de las características más presentes en el territorio peruano. Grandes brechas que tienen que cerrarse camino hacia el Bicentenario. Amazonas sigue siendo un departamento con uno de los peores Índices de Desarrollo Humano, y un departamento muy desigual si tomamos en cuenta que existe inmensas brechas en cuanto a la presencia de los servicios del Estado configurado por ejemplo entre sus provincias extremas: Condorcanqui frente a Chachapoyas. Esto demuestra claramente que, desde los congresistas, autoridades regionales y locales de Amazonas, es necesario hacer un esfuerzo mayor y acelerar la implementación de soluciones para alcanzar el reto del desarrollo humano y la igualdad

¡GRANDES RETOS PARA NOSOTROS LOS AMAZONENSES!

viernes, 18 de octubre de 2019


NUESTRO KUELAP LLORA


¿Qué está pasando con el sector cultura en nuestro país? A octubre del presente año, el portal de transparencia del MEF, nos muestra que existen 2,424 proyectos de los ministerios que no se ha gastado ni un céntimo, pese a contar con el presupuesto asignado. Estos proyectos sin iniciarse, suman S/ 2,470 millones en inversión. Kuelap hace meses no tiene trabajos de conservación y las obras están paralizadas.

El Sector Cultura, cuenta con 69 proyectos no ejecutados. El proyecto del Presupuesto 2020 para Cultura y Deporte estima un monto de S/ 1,314,229,687, mucho menos que del año 2019 que ascendía a 3,160,862,755; de este presupuesto hasta octubre de este año solo se ha ejecutado el 30% asignado a Cultura. No hay capacidad de gasto, y mientras tanto Kuelap cada día se viene destruyendo. Imagínense los otros sitios turísticos y culturales de Amazonas, que no tienen la relevancia coyuntural de nuestra ciudad fortificada.

Los sectores Cultura y Turismo, a pesar que se menciona en todos los idiomas, que son los pilares fundamentales para el desarrollo del país y nuestro Amazonas, son los que menos presupuesto público reciben históricamente. En el artículo 77 de la Constitución Política, en su segundo párrafo, se manifiesta que el presupuesto asigna equitativamente los recursos públicos, su programación y ejecución responden a los criterios de eficiencia de necesidades sociales básicas y de descentralización. Corresponden a las respectivas circunscripciones, conforme a ley, recibir una participación adecuada del total de los ingresos y rentas obtenidos por el Estado en la explotación de los recursos naturales en cada zona en calidad de canon.

El presupuesto no ejecutado, lamentablemente NO hace más equitativo al presupuesto público, porque sabemos que somos un país con inmensas riquezas culturales y turísticas, que podrían generar más recursos a las poblaciones, y mejorar su economía; pero paradójicamente, no cuenta con un presupuesto adecuado para incentivar estos sectores, a pesar de que su ejecución presupuestaria se está haciendo de manera positiva, como es el caso turismo. Mientras que otros sectores, que no son prioritarios para el desarrollo social, económico y cultural, reciben mayor presupuesto y su ejecución es negativa. ¡Ahí, no hay equidad presupuestaria!

Algo está fallando y necesitamos las explicaciones de las respectivas autoridades nacionales y regionales.

Mientras tanto: "Kuelap sigue llorando"

sábado, 31 de agosto de 2019


UNA ALTERNATIVA: EL “AEROPUERTO KUELAP”, EN LUYA-LAMUD, AMAZONAS.


Esta semana el Presidente Martín Vizcarra nos visitó y su recorrido incluyó Bagua, Chachapoyas, Kuelap, La Jalca, Leymebamba entre otros; y sin negar la coyuntura política actual, donde la mayoría de los ciudadanos al unísono le pedían que ¡CIERRE EL CONGRESO!, otra de las peticiones claves e importantes para nuestro Amazonas, fue la de viabilizar un aeropuerto regional que reúna las condiciones de conectividad, para recibir aviones comerciales que superen la capacidad de pasajeros para la cual fue construido el aeropuerto de Chachapoyas. La idea es tener vuelos comerciales con el aterrizaje y despegue de “aviones grandes”.

Es una petición importante y anhelada por los amazonenses, toda vez que una región que va camino a empoderarse como una alternativa turística a Cusco, es necesario que tengamos un aeropuerto que reúna todas las condiciones para la conectividad aérea comercial de escala. El Presidente, escuchó al pueblo amazonense y mencionó con relación al aeropuerto de Chachapoyas que: “requeriría ampliación, lo que hay que ver es que si técnica y económicamente es viable. Dejemos que los técnicos decidan. A veces queremos imponer decisiones que no son técnicas y por eso no prosperan. Por eso pasa un año, cinco años y diez sin aeropuerto comercial”.

A este anuncio, se sumó que Amazonas necesita un NUEVO AEROPUERTO, y que los técnicos vendrían en setiembre para evaluar diversas alternativas. Estamos de acuerdo que se evalúe la viabilidad técnica y económica del aeropuerto de Chachapoyas, como menciona el Presidente Vizcarra; pero vale hacernos la siguiente interrogante: ¿si esa viabilidad NO ES positiva, dónde se construiría el nuevo aeropuerto de Amazonas?

Existen diversas alternativas, conocidas están la pista militar de El Valor en Bagua, el Aeropuerto de Mendoza, y también existe una alternativa muy poco conocida por la mayoría, que es la habilitación y construcción del “Aeropuerto Kuelap”, un nuevo aeropuerto viable, aceptable y sostenible en el sector de Tozán, en los alrededores de las ciudades de Lamud y Luya. Para los que conocemos esta “gran pampa”, los factores que respaldarían esta propuesta son las siguientes:

1. El sector de Tozán es una amplia pampa, ubicada en la parte alta de una meseta, a 10 minutos de la ciudad de Lamud y con una extensión aproximada de más de 3 kilómetros de largo y 500 metros de ancho. Un análisis técnico de este sector, sería de suma necesidad para conocer sus condiciones y viabilidad.

2. La provincia de Luya, es el principal depositario cultural y turístico de Amazonas, en sus límites territoriales se encuentran los principales atractivos turísticos del departamento.

3. Es una provincia que viene creciendo sosteniblemente a nivel productivo, teniendo como productos estrella la papa, el cuy y el café, entre los principales.

4. El nuevo “Aeropuerto Kuelap” estaría solo a 40 minutos de la ciudad capital de departamento, Chachapoyas; mucho más cerca que cualquier distrito limeño para llegar al aeropuerto Jorge Chávez. Equidistante a aeropuertos como Jaén o Mendoza, para el beneficio de los pobladores de nuestras provincias amazonenses del norte.

5. Se ha anunciado que próximamente se dará reinicio a la construcción del pavimentado Cáclic-Luya-Lamud, una obra vial que sumará como factor importante para la construcción en Tozán del “Aeropuerto Kuelap”, acelerando los tiempos de conectividad de las ciudades amazonenses con este nuevo aeropuerto.

Es inaudito que, en estas épocas del desarrollo conectivo y comunicacional, estemos discutiendo la construcción de un nuevo aeropuerto que reúna las condiciones para vuelos comerciales de escala en Amazonas. Esta obra se habría tenido que construir hace muchas décadas, y allí nuestras autoridades regionales y parlamentarios que nos han venido gobernando y representando, no han podido poner en palestra, un aeropuerto comercial para Amazonas.

El Presidente Vizcarra, ha anunciado un NUEVO AEROPUERTO para Amazonas, y esperemos que los técnicos que vendrán, analicen la viabilidad de diversas propuestas que tenemos en nuestra región. Acá en la Provincia de Luya tenemos en Tozán una propuesta, el “AEROPUERTO KUELAP”, y solicitamos que las autoridades regionales y provinciales, lo pongan en la agenda regional, como una propuesta a ser presentada al Ejecutivo.

lunes, 12 de agosto de 2019


LOS LUYA Y CHILLAOS: CONSTRUCTORES DE KUELAP[1]


El reconocimiento de esta región fue aclarándose paulatinamente, pues desde el inicio de la conquista de los antiguos territorios de Amazonas por los españoles, sólo se mencionaba al grupo social Chachapoya. Sin embargo, con frecuencia varios cronistas hicieron referencia a otros pueblos, provincias o territorios comarcanos a los cuales los hispanos conquistaron con el apoyo del grupo Chachapoya. Prácticamente la historia de los Luya y Chillao, como también de los otros grupos humanos de Amazonas fue silenciada y oscurecida casi por completo. Es probable que los incas y los propios Chachapoya hayan desinformado a los españoles, de ahí que varios cronistas sin conocer la verdadera historia y el territorio de Amazonas, solo difundieron la presencia de los Chachapoya.

Marcos Jiménez de la Espada trae datos sobre los enfrentamientos entre los chillao y los españoles apoyados por indios amigos. Alonso de Alvarado, después de aliarse con los chachapoya de Cochabamba avanzó con estos hacia las tierras norteñas de «Longia», es decir Lonya y «Xunbia» o sea Jumbilla y posteriormente a otra provincia llamada Chillao, cuyos pobladores se habían revelado contra la presencia española y sus aliados, bajo el mando de Guayamil. Finalmente, este rebelde fue apresado y muerto (Jiménez de la Espada 1881: 160, 161, 162, 163).

El año 1558, tan solo a dos décadas y media del ingreso de los españoles al territorio de Amazonas, el arzobispo de Lima Toribio Alfonso de Mogrovejo cita la doctrina de los chillao, cuyo territorio visitó para compulsar la situación del tributo indígena, pues anotó puntualmente la existencia de 320 tributarios nativos que debían de pagar 400 pesos de plata ensayada. Encuentra a los pueblos Chillao que son Yamor (actual Yamón), Zacata, Longuia (actual Lonya), Balchoquistancho, Cumba y Chubazgo. En ningún momento de la visita se hace mención que estos pueblos fuesen Chachapoya. Esto quiere decir que a las dos décadas del ingreso de los españoles a la región de Amazonas ya Chillao , fue considerada como una doctrina, tenía un corregidor, Gerónimo Piña Añasco, un cura, el padre Sebastián Felipe y habían ya dos encomenderos, Isabel de Cespedes y Joan de Fuentes; así como varias estancias en poder de los españoles Baltazar Ortiz, Bartholomé Mendez, Cathalina Jimenez, Luis Vela, Francisco Grandez, Pedro el sastre, a quienes debemos considerar como los primeros pobladores hispanos de esos territorios. No se menciona los nombres de los indígenas, sino solo la del curaca del pueblo de Zacata llamado Alonso Comeca. Este gobernante nativo mantenía aún sus prerrogativas económicas pues tenía doce personas a su servicio y muchas vacas, ovejas, yeguas, mulas y cabras (Mogrovejo 1920: 59-60). Como se observa por esta cita, al llegar Mogrovejo a dicha área geográfica, encuentra que esa era la denominación que tenía y no la de Chachapoya, pues de haberse considerado esta denominación, dicho arzobispo los habría reconocido con ese nombre. Vemos también que tal territorio mantenía su nombre, el cual fue respetado por los españoles y conservaron el nombre de Chillao, españolizado como Chillaos.

Las declaraciones realizadas por varios curacas chachapoyanos realizadas el año de 1562, en un expediente sobre las tierras de los huancas —a solo 24 años de la fundación de la ciudad de Chachapoyas—, aclaran los conflictos que existían entre los grupos que poblaron el antiguo territorio hoy denominado Amazonas. Por ejemplo, el curaca Pedro Chuquien de 60 años de edad, afirmaba que ellos salían a combatir con los huancas para defenderse de los «indios contrarios que les daban guerras». El indio principal Pedro Callapa, de más de 60 años de edad manifestaba que ellos tenían guerra con otros comarcanos y él venía a Huancas a pelear con sus indios. El curaca Jesalón dijo que: «antes que los cristianos viniesen a esta tierra los indios Luya nos tenían guerra con estos Guancas hevenia a pelear con ellos muchas veces he que entonces desian viejos he si le hoyo este testigo que esta dicha hoyada e otros pedazos de tierras junto a esta chacra no se sembraba sino antes hera paramo fuele preguntado si después de esto algunaves hoyo decir que esta dicha hoyada se sembraba para los Yngas dixeron las dichas lenguas que el dicho cacique decía que hoyo decir a viejos indios que ya son muertos estaba dicha hoyada hera tierra de los guancas he que no sabemos del caso» (Expediente 3981).

Estos datos nos hacen pensar que primero los incas conquistaron a los chachapoyas y que luego, aliados con estos, arremetieron contra los de Luya y otros grupos más. De igual manera, los españoles entraron en alianza con los chachapoyas para derrotar a los grupos de Luya, Chillao y otros de más al Norte. La estrategia del español Alonso de Alvarado fue la misma que empleó Hernán Cortez para la conquista de México, quien se alió con los tlascaltecas y totonacas para derrotar a los aztecas. De otro lado, las declaraciones de los curacas antes mencionados, indican que tenían guerras con indios contrarios por cuyo motivo se habían construido una serie de fortines o pucaras para defenderse de los indios Luya. Tales declaraciones confirman también lo que algunos investigadores habían indicado sobre la existencia de varias agrupaciones humanas en el territorio del hoy departamento de Amazonas, quienes tenían, además, conflictos internos (Espinoza Soriano 1967; Muscutt 1998; von Hagen 2002; Schjellerup 2005; Church 2006: 470; Church y vonHagen 2008; Ruiz Estrada y Ruiz Rubio 2010; Guengerich 2014b, 2015).

Según un documento del año 1592, publicado por el antropólogo alemán Peter Lerche sobre la probanza del linaje de los caciques de Levanto, en el cual testifica Luis Valera quien dijo textualmente que: «Que este gobernador fue quien le dio la provincia a Alvarado y que después le ayudó a conquistar, Luya Chillaos…» (Lerche 1995: 111). Valera se refiere al gobernador de Levanto don Cayo Tupac Rimachi. Esto quiere decir que los castellanos invadieron primero a los chachapoya y enseguida conquistaron a los Luya y Chillao con ayuda de los de Levanto que comandaba Pedro Cayo Tupac Rimachi. Fue este cacique quien dio la provincia de Chachapoyas a los españoles, según el documento colonial publicado por Lerche. Chachapoyas es considerado en el texto como provincia, también Luya, Chillao y, asimismo, los Chilchos.

El arqueólogo alemán Hans Horkheimer en su cuadro II titulado Comparación de topónimos actuales y antiguos, de su libro El Perú Prehispánico, publicado el año 1950, menciona el nombre actual de la región de Luya cuyo sinónimo antiguo fue nada menos que Chillao (Horkheimer 1950: 153). Horkheimer posiblemente debió tener conocimiento de esta realidad al consultar documentos antiguos que lo llevaron a señalar lo anotado, pues indica que esos sinónimos antiguos corresponden a: «los nombres prehispánicos correspondientes en la trascripción que hacen documentos y relaciones de los siglos XVI y XVII» (Horkheimer 1950: 152).

Es recién a mediados del siglo XVIII, cuando el gobierno español mostró su preocupación por registrar sus posesiones y en razón a ello, ordenó y reiteró la necesidad de que el corregidor de la provincia de Luya procediese a realizar una información puntual de esa provincia. Existe un documento firmado por el virrey Conde Superunda (Expediente 2000) de fecha 28 de setiembre de 1756, en el cual solicita «un puntual mapa y descripción geográfica» que ya se había solicitado mediante cédula del 2 de setiembre de 1751, reiterado por otra cédula de fecha 15 de julio de 1755.

Debió ser entonces, como producto de estas cédulas, que recién el año 1762 se dio cumplimiento a dicha preocupación, pese a que dicho territorio ya había sido reconocido como un corregimiento sobre la base de los pueblos de la parte alta y baja de Luya, que allí habitaban, separado de los chachapoya y de las otras agrupaciones humanas. Fue en este año que se dio a conocer la Descripción de la Provincia de Luya y Chillao cuyo autor fue el comisionado Juan Pérez de Astoas. Según esta descripción, se dice que su situación es casi esférica y que por la parte oriental linda con la provincia de Chachapoyas, por la occidental con la gobernación de Jaén de Bracamoros; por el septentrión con la de Cajamarca y por el mediodía con las cabeceras de Lamas, Santa María y montañas que caen al gran Pará y misiones de los padres de la Compañía. Habitaban dicho territorio «aquellos naturales criados y nacidos en ella» y que: «El idioma general assi en los hombres como en las mujeres es el Yndico» (Pérez de Astoas 1996[1762]). Dicho idioma era el quechua que aún persistía en esos tiempos. Ningún documento de la época colonial identifica a los de Luya y Chillao como Chachapoya.

Sus pueblos antiguos se distribuían en dos sectores y el primero ocupaba la parte altoandina de la antigua provincia de Luya que comprendía los territorios de la moderna provincia de Luya, con todos sus distritos y pueblos actuales. Era de temperamento frío. Los centros arqueológicos localizados en dicho territorio se encuentran entre la margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del río Marañón. Y, actualmente son considerados como los más atractivos, promocionados y visitados de la región de Amazonas. Entre ellos figuran los sitios de Kuélap, Karajía y Revash por ejemplo. De acuerdo a la gran cantidad de asentamientos arqueológicos existentes en dicho territorio debió ser uno de los más poderosos curacazgos antes de la invasión castellana. Hoy configuran los distritos de Luya, Lamud, Paclas, Olto,Trita, Luya Viejo, Coechan, Lonya Chico, Santa Catalina (o Jacapatos), Inguilpata, Colcamar, Tingo, Longuita, Shundur (hoy María), Lopecancha, Santo Tomás y Yeso. En tiempo coloniales formó un corregimiento junto con los Chillaos y uno de sus primeros corregidores fue Francisco Negrillo (Pérez de Astoas 1996[1762]).

El otro sector, según la descripción citada, al que se lo denominaba Chillao, estaba localizado en los territorios de la actual provincia de Utcubamba (Bagua Grande) y parte de Bagua, Yomblón, Cocabamba, Providencia, Collonce, Ocallí, Camporredondo, Lonya Grande, Yamón, Cumba y Jamalca. De acuerdo a las descripciones de tiempos coloniales e incluso republicanos se lo reconoce como un territorio de clima caliente, los cuales proveían tabaco, coca, algodón, cacao y muchas frutas de la tierra.

En resumen, tal documento aclara la denominación que tenía la parte baja, esto es, la de los Chillao de tierra caliente y la parte alta, y la de los Luya de temperamento frío. El matemático y cosmógrafo español Cosme Bueno redactó un informe publicado en 1764 sobre las provincias del virreinato del Perú, en el cual incluyó una descripción de la provincia de Luyaychillaos y que al igual con las provincias de Cajamarquilla y Collay, además de Chachapoyas integraban en esa época el obispado de Trujillo (Bueno 1951[1764]: 290).

El año 1786 el Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales publicado por Antonio Alcedo, define brevemente a los Chillaos como un pueblo perteneciente a la provincia y corregimiento de ese nombre y lo caracteriza como de temperamento cálido, donde, debido a ese clima, se produce tabaco y almendras. Más exactamente Alcedo precisa que «Chillaos, Pueblo de la provincia y Corregimiento de este nombre en el Perú; es de temperamento cálido, produce algún tabaco y almendras.» (Alcedo, 1786: 521).

Peter Lerche comentando sobre el líder nativo Chuqui Sota de quien pensamos que procedía del territorio de Luya, advierte que sus enfrentamientos bélicos con los ejércitos de Tupac Yupanqui «fue ignorada a propósito por el levantino Valera, o era por desconocimiento. Probablemente consideraba Valera los grupos étnicos al oeste del río Utcubamba distintos por su macro organización» (Lerche 1995: 55) y añade «Después de la integración de los grupos étnicos chachapoya en el Estado Inca, esta provincia nunca fue fácil de dominarla» (Lerche 1995: 56).

Un mapa publicado por Inge Schjellerup del año 1793 señala la localización del Partido de Chillaos (Schjellerup 2005: 40). Allí se observa que dicho partido se emplaza entre la margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del río Marañón y, además, se indica con el número 25 al pueblo de Luya como capital de los chillao.

En el diccionario elaborado por German Stiglich en las primeras décadas del siglo XX se consigna el topónimo Chillao y que este refería a una denominación hecha en tiempos antiguos a los habitantes de una sección de la actual provincia de Luya, que estaban localizados al occidente de la divisoria del Utcubamba Marañón. La propia cita aclara lo afirmado cuando el mencionado diccionario dice que Chillao era la «Designación que se hacía antiguamente de los habitantes que pertenecían a una sección de la hoy provincia de Luya. Era lo que quedaban al W de la divisoria Utucbamba Marañón» (Stiglich 1922: 375).

Alfredo Torero al estudiar las lenguas del nororiente peruano hace mención que los Chillao conformaban una gran entidad étnica o política que se localizaba en los territorios altoandinos entre la cuenca del río Marañón y del Utcubamba. Lo afirma claramente cuando cita que los Chillaos corresponde al «nombre de una gran entidad étnica o política cuyo territorio es situado por otros documentos en las serranías que separan la cuenca del Marañón de la del Utcubamba» (Torero 1993: 461). Esta versión encaja con la ubicación del suelo ocupado en tiempos prehispánicos por los chillao, lo cual se confirma con la mención que hizo el arzobispo de Lima Toribio de Mogrovejo en el año de 1598, de varios pueblos como Yamón y Zacata, a los cuales llegó en una visita pastoral a la región de los Chillao (Mogrovejo 1920).

Otro dato que nos trae Inge Schjellerup cuando comenta al cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, es el que durante los enfrentamientos entre Huáscar y Atahualpa para definir el poder del Imperio Inca, fue Huáscar quien contó con el apoyo de 10,000 guerreros chillao (Schjellerup 2005: 71). Si esto fue así, entendemos que dicho grupo tenía una importante potencia militar, pues al igual que los chachapoya, fue el otro sector humano que apoyó a Huascar.

El historiador peruano Jorge Zevallos Quiñones considera a los luya y chillao como una nación que poseía territorios muy extensos, localizados entre Lámud y Luya con numerosos pueblos. Zevallos opinaba que la conquista incaica de sus territorios habría quedado trunca. Posteriormente, en tiempos coloniales, los españoles en vista de la extensión que tenía, se vieron obligados a crear un corregimiento, el de Luya y Chillao, similar a los otros corregimientos organizados en la zona (Zevallos Quiñones 1987).

Alfredo Narváez, arqueólogo que condujo varias temporadas de trabajo en el complejo arqueológico de Kuélap ha destacado la gran importancia del lugar, por cuya razón opinó en un primer momento que: «Los muros colosales que rodean a la ciudadela enfatizan su carácter militar y estratégico y lo ubican como posible capital política del reino de los Chillaos, uno de los más importantes grupos políticos de esta área, conocido comúnmente como el territorio de la cultura de los Chachapoyas en los Andes nor orientales del Perú» (Narváez 2004: 28). Posteriormente, después de varias temporadas de trabajo, anunció que Kuélap fue la capital política del reino Chachapoya (Narváez 2013: 131).

REFERENCIAS

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1789-89. Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales o América, Imprenta Benito Cano, Madrid.

Archivo Regional de Amazonas
1562    Testimonio del pleito seguido por Hernando de Mori con la comunidad de Huancas de la encomienda de Juan Perez sobre unas tierras que comienza en 1562. Número de registro 3981.
1756   José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, virrey del Perú ordena una relación de información y la ejecución de un mapa de la descripción geográfica de Luya y Chillaos. Número de Registro 2000.

Bueno, C.
Geografía virreinal del Perú: la Audiencia de Lima en el siglo XVIII, Letras 46, [1764] 238-292.

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2006    Chachapoya Indians, en: J. Birx (ed.), Encyclopedia of Anthropology, vol. 2, 469-477, Sage Editors, Thousand Oaks.

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2008  Chachapoyas: Cultural development at an Andean cloud forest crossroads, en: H. Silverman y W. Isbell (eds.), Handbook of South American Archaeology, 903-926. Springer, New York.

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1967   Los Señoríos étnicos de Chachapoyas y la alianza Hispano Chacha, Revista Histórica 30.

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1950           El Perú prehispánico, Editorial Cultura Antártica, Lima.

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2002a  Los Chachapoya y la Laguna de los Cóndores, Museo Leymebamba, Leymebamba.
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Guengerich, A.
2014b  The architec´s signature: The social production of a residential landscape at Monte Viudo, Chachapoyas, Perú, Journal of Anthropological Archaeology 34, 1-16.

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1881    Relaciones Geográficas de Indias, Biblioteca de Autores Españoles desde la formación del lenguaje hasta nuestros días, Madrid.

Lerche, P.
1995    Los Chachapoya y los símbolos de su Historia, Servicios Editoriales César Gayoso, Lima.

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1920   Libro de Visitas: Diario de la segunda visita pastoral que hizo de su arquidiócesis al arzobispado de los Reyes, Revista del Archivo Nacional del Perú I-II, 37-78.
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1998    Warriors of the clouds: A lost civilization of the upper Amazon of Peru, University of New Mexico Press.

Narváez Vargas, A.
2004   Aspectos funcionales de la arquitectura residencial en la Fortaleza de Kuelap, SIAN 9(15), 28.
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2010     La gran historia del pueblo Chillao, Amazonas-Perú, Fondo Editorial de la UNMSM, Lima.

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2005   Incas y españoles en la conquista de los chachapoya, Fondo Editorial PUCP/Instituto Francés de Estudios Andinos, Lima.

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1922           Diccionario Geográfico del Perú, Imprenta Torres Aguirre, Lima.

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1987  Introducción al estudio etnohistórico de Chachapoyas, Kuélap. Informativo cultural mensual del INC Departamental Amazonas, Boletín 77. Chachapoyas.




[1] La presente investigación etnohistórica pertenece al Dr. Arturo Ruiz Estrada y ha sido extraído del artículo académico: Deslindes étnicos en la historia de Amazonas, Perú. Publicado en el Boletín de Arqueología PUCP. Número 23. Año 2017. El título es mio. Artículo completo en:

domingo, 21 de julio de 2019


LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ: HEREDANDO LA CORRUPCIÓN[1]


La corrupción siempre ha sido un mal endémico en la historia de nuestro país, y el nuevo Estado creado después de nuestra Independencia, no fue la excepción, porque nació débil, sin una organización fuerte, con una herencia administrativa de la época virreinal, dónde los títulos nobiliarios y la corrupción, marcaron la gestión de la época pre independentista; por tanto, la nueva sociedad peruana se relacionó con un Estado republicano inicial cuyo principal rasgo era la corrupción en su máxima operatividad, configurada como parte de la “cultura” y “costumbre” heredada del virreinato.

La debilidad de ese primigenio Estado, se debía a que los personajes “criollos” de la época, los que lucharon y apoyaron la independencia, y sirvieron a los virreyes; se convirtieron paradójicamente, en los nuevos HACEDORES de un Estado y una sociedad, siguiendo las taras y manías de sus anteriores amos y jefes (virreyes y sus funcionarios). Los problemas heredados se relacionaban con políticas de espionaje, secuestro, asesinatos, arrebato y confiscación de propiedades y tierras, que realizaban los nuevos administradores del poder (los criollos), no solamente en Lima sino, y sobre todo, en provincias.

Nace una élite de “caudillos militares”, que RECLAMARON al nuevo Estado, el pago y recompensa por haber “independizado” al Perú, ¡qué conchudez de estos pseudo líderes! Este abuso de poder, condujo a la corrupción, donde se acumulaba riquezas a costa de los dueños de las tierras y propiedades que pertenecían a ciudadanos y campesinos, a través de conexión de corruptelas entre los “caudillos militares”, los funcionarios y los intermediarios privados.

Una de las formas de corruptela independentista más grande fueron las políticas de prohibiciones y barreras al libre comercio que condujeron a que los diplomáticos e intermediarios privados, coludidos con las principales autoridades del país y sus funcionarios, pongan en práctica diversos negociados para el ingreso y salida de productos de primera necesidad, a cambio de COMISIONES (dinero corrupto) que enriquecieron a estos personajes a costa del nuevo Estado, que necesitaba tributación para fortalecerse económicamente, pero como nos cuenta la historia, por encima estaban los intereses y bolsillos de los que nos dirigían.

Esta prohibición del libre comercio, conllevo a negociados a través del CONTRABANDO de productos, otra forma de corruptela que permitía el enriquecimiento de aquellos funcionarios que dejaban circular subrepticiamente los productos, sin ningún tipo de impuestos a favor del erario nacional. Todavía este brazo de la corruptela, se deja ver actualmente en nuestros puertos, aeropuertos y fronteras del país. Aquellos comerciantes que no querían formar parte de este círculo vicioso de comisiones y corrupción en los diversos niveles, sufrían diversas restricciones para comercializar sus productos como leyes prohibitivas de libre comercio o el pago excesivo de impuestos. La consigna de los “corruptos independentistas “era: o te alineas al brazo de la corrupción, o no formas parte de la distribución de riquezas a costa del país.

Domingo Elías, un reformador liberal, peruano él, de retorno desde el extranjero, aplicó reformas civiles y liberales contra los liderazgos de los “caudillos militares” que se refugiaban en la corrupción. Sus reformas en un inicio, chocaba contra las políticas de los gobiernos iniciales de la independencia. Este reformista y negociante iqueño, denunció en un inicio los actos de corrupción de los “caudillos militares”, siendo los gobernantes José Rufino Echenique y Agustín Gamarra, como los gobiernos más corruptos del naciente periodo republicano.

El reformista Domingo Elías, intentó de alguna manera hacer frente a la corrupción de los inicios de la República, pero lamentablemente el sistema imperante condujo a que este personaje hiciera posteriormente de esa endeble administración estatal, una maquinaria para beneficiarse personalmente a través de los Vales de Manumisión, que fue una herramienta para compensar económicamente a los ex dueños de los esclavos. Domingo Elías, apoyó esta medida que, al fin y al cabo, le favorecía, por haber tenido en sus fincas, esclavos que trabajaban sus tierras. Estos vales, entregado en el gobierno de Ramón Castilla (“la prosperidad falaz”), costó al erario nacional un aproximado de 8 millones de pesos, y lo paradójico de esta situación, es que aquellos que luchaban contra la corrupción de la República inicial, se beneficiaron de esta forma corrupta de robar dinero al Estado.

En suma, todos caían en el circulo sistemático de la corrupción; si antes eran los pagos y cobros por haber liberado al Perú de los españoles, los cobros por haber liberado esclavos, las comisiones por el contrabando; hoy son las coimas por proyectos carreteros, campañas apoyadas económicamente por Odebrecht que luego se paga con grandes proyectos sobrevalorados o los privilegios, nepotismo y/o negociados entre los Cuellos Blancos y los líderes políticos, Congresistas, jueces, empresarios y otros.

Esta es parte de la historia de corruptela de nuestro país, no es de hoy, sino viene desde que los españoles invaden nuestros territorios. Los “booms económicos” desde los inicios de la Republica (explotación del salitre, guano, caucho, petróleo, anchoveta, minería, entre otros), han sido procesos que muy poco han beneficiado al desarrollo del país, porque se convirtieron en una forma de DEPREDAR AL ESTADO por los corruptos de siempre que nos han dirigido. La corrupción está en todos lados y en todos los tiempos, la historia analizada en este artículo, da cuenta que una de las herencias generacionales, UNA LAMENTABLE HERENCIA, que nos han transmitido los gobiernos de nuestro país es la CORRUPCIÓN. La Independencia del Perú no significó liberarnos de la corrupción, hasta hoy lo sufrimos en este letargo camino hacia el Bicentenario.

Este análisis, está dedicado a los que ansían y piensan ser políticos en el Perú, porque a los actuales, YA NADIE LOS CAMBIA. Lean antes de querer dirigir un gobierno nacional, regional o local; o por ahí representarnos en el Congreso; conozcan nuestra historia. Por eso cierro con esta frase universal: UN PUEBLO QUE NO CONOCE SU HISTORIA ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA.




[1] El presente artículo es un análisis y comentario del capítulo II del libro “Historia de la Corrupción en el Perú”, escrito por Alonso W. Quiroz.

viernes, 5 de julio de 2019


DÉJENNOS CON ESTE LINDO SUEÑO ROJO Y BLANCO



Hace 36 años que Perú no iba a un Mundial y 44 años que no llegábamos a una final de copa en fútbol como selección peruana. ¡Déjennos celebrar esta alegría!, es único en nuestras vidas. Somos una generación que nunca ha vivido esta bella historia futbolera, somos una generación que ha visto a nuestro país desplomarse social y económicamente, pero seguimos adelante gracias al esfuerzo de todos.

Hay gente que NO les gusta el fútbol, respetamos su postura, pero no salgan a decir que estamos “adormecidos” o que el fútbol es el “atraso” y otras cosas, NO POR FAVOR. Soy una analista de la realidad peruana y desde hace años, dicto clases sobre realidad peruana, y no me vengan a decir que el fútbol es “atraso”, “adormecimiento” o “subdesarrollo”. Nuestras pobrezas, nuestras crisis económicas generacionales, nuestra violencia política de los 80 y 90, nuestra inseguridad de cada día, los niños anémicos o desnutridos, los derrames de petróleo en nuestros ríos, la corrupción generalizada, NO se debe al “adormecimiento” o “atraso” que supuestamente el fútbol produce.


No señores, todos estos problemas se deben a la carencia de una verdadera práctica política en el país desde hace décadas, se deben a la ausencia de un planeamiento estratégico del país por nuestros gestores, NO ES CULPA DEL FÚTBOL. Somos un país que hace años venimos atravesando esos problemas, y el fútbol de nuestra selección en las últimas décadas, estuvo abajo, en el hoyo; como el Perú siempre ha venido estando.

Estuvo el fútbol peruano en lo más hondo, no le dimos importancia y nuestros problemas siempre persistieron allí. Hoy nuestro fútbol está haciendo historia (aunque no ganemos la Copa América), ya hicimos historia; pero siempre los problemas del Perú, esos que venimos acarreando de hace décadas, siempre están y estarán allí si es que no tenemos buenos políticos y mejores autoridades.

Hoy estamos viviendo días gloriosos de nuestra camiseta blanquirroja, de un líder argentino que reúne a unos muchachos de buen pie y construye un PLAN ESTRATÉGICO para hacernos gozar de alegría, para hacernos sentir que somos peruanos como Grau y Bolognesi, para construir en base al fútbol una nacionalidad que tanto ansiaba el historiador Basadre, aunque sea por unos minutos.

Este domingo, jugando una final, finaliza ese recorrido histórico de nuestra selección que nadie lo imaginaba, de ese estratega flaco y melenudo con esos “muchachos de pueblo” y de buen driblin; y estarán allí nuestros problemas individuales y colectivos de cada día. La blanquirroja no tiene la culpa que las autoridades y políticos se aprovechen para hacer anti política, para mover sus redes maléficas en favor de los pocos y en contra de la mayoría, y somos conscientes de ello.

Muchach@s, así como los respetamos por no gustarles el fútbol, déjennos seguir soñando y no involucren al fútbol de nuestra selección con los problemas personales o colectivos que tengamos como personas o sociedad; eso no lo solucionarán los jugadores o el entrenador, eso lo solucionaran nuestros, políticos, autoridades, gestores, funcionarios y nosotros mismos. El fútbol NO es “adormecimiento”, “subdesarrollo” o “atraso”, es un conductor por excelencia de amor al país y constructor de nacionalidad, lo estamos viviendo la mayoría que nos gusta el fútbol. Eso apréndanlo muchachos. NOSOTROS SEGUIMOS SOÑANDO CON ESTA LINDA HISTORIA.

miércoles, 5 de junio de 2019


COLEGIO BLAS VALERA, TU HISTORIA EN ESTA MI REMEMBRANZA



“Hijo levántate ya, tu papá te espera para que vayan al Blas Valera”, me decía mi madre en los años 90. Yo vivía en Luya y tenía que caminar hasta Lamud para estudiar en el glorioso Colegio Blas Valera. Mi padre Marino Torrejón, profesor de Historia del Perú y Geopolítica del colegio, ya me esperaba con su bicicleta y sus libros para recorrer juntos el inolvidable trayecto hacia el colegio; rodeado de chacras, árboles y pencas, junto al río Jucusbamba y al compás del sonido de las aves.

Me acuerdo mucho de mis amig@s luyanos, caminando bajo un intenso sol o una torrencial lluvia; pero cumpliendo nuestro deber de estudiantes. Íbamos a veces jugando y otras veces leyendo y repasando el cuaderno porque teníamos examen de matemática con el profesor Víctor Ampuero, un gran docente de las fórmulas y números. Llegábamos al colegio, alegres y ansiosos porque era todo un orgullo entrar al colegio, ver el busto de nuestro padre blasvalerino y el patio de honor rodeado de sus salones. Qué lindo y romántico era observar a las hermosas alumnas del Blas Valera, nuestro corazón palpitaba a mil.

Son las 8 de la mañana y nos formábamos en fila, encabezaba la formación de mi salón, era el más pequeño, aunque meses después fui brigadier de un grado. Silencio total después de cantar el himno nacional, el director del colegio, el profesor Hermógenes Montenegro (el DIRECTOR que extrañamos porque dejo historia educativa), nos daba una cátedra en el patio ceremonial, sobre qué es ser blasvalerino. ¡Qué orgullo!, se hinchaba mi pecho escuchar al director y en cada formación, sentía a mi colegio palpitar dentro de mi corazón.

Ingresamos a los salones y lunes me tocaba Literatura con el profesor Antenor Chuquizuta, me enseñó a conocer a todos los autores de la literatura nacional y mundial, no importaba si salía a dictar su clase desde el pasadizo de uno de los pabellones. ¡Qué personalidad! Miércoles por la tarde, curso de Historia Universal con el recordado profesor Alejandro Chávez Paredes - “Chepe”, una eminencia que nos dio a conocer la historia del mundo; con él aprendí que más allá de Lamud o Luya, existían culturas diversas de nuestro pasado.

Viernes, cerrando semana, tenía Educación Cívica y la profesora Lira Mori me enseño el respeto a nuestra patria, a los derechos y deberes de las personas. Mi padre, Marino Torrejón, me enseñaba Historia del Perú los jueves. Más allá de su rol de padre, lo admiré y respeté siempre como docente. Lo dicen sus ex alumnos: “Fue un gran profesor”. Mi padre me enseñó a vivir y conocer al Perú. Mi profesión actual de antropólogo, analista y político, se lo debo a él, como padre y docente.

Vienen a mi memoria, docentes ilustres del Blas Valera como Teresa Cisneros, Napoleón Rojas Pisco, Adela Valdivia, Laura Chuquizuta, Miguel Villarreal, Idelso Carrión, Lucho Castro, Marino Gupioc, Celso Gallac, y principalmente los docentes que partieron a la eternidad como Remberto Herrera, Hermógenes Montenegro, Alejandro Chávez, Juan Pablo Ventura, Patrociono Santillán, entre otros. Profesores que marcaron la huella blasvalerina, disculpen de todo corazón si no les menciono a todospero les recuerdo con enorme nostalgia. Muchos blasvalerinos exitosos y luchadores, estamos eternamente agradecido de ustedes.

Este 6 de junio nuestro colegio cumple 62 años de convivencia institucional y educativa con su pueblo de Lamud, la provincia de Luya y Amazonas. En este aniversario recordamos que Blas Valera fue uno de los colegios más insignes a nivel regional y macro regional. Ocupaba siempre los primeros puestos de ingreso en universidades como San Marcos, la UNI y Escuelas Militares; en concursos de ciencias y letras, en proyectos educativos, en juegos deportivos, en arte y cultura. Nuestro colegio siempre se distinguió por su disciplina, formación ética y su gallardía en los desfiles; pero lo valorábamos más por su enseñanza y calidad educativa, reconocida siempre en Amazonas. El colegio marcó una época en la historia de Amazonas, hoy los ex alumnos y amazonenses que conocimos esta historia, y formamos parte de ella; lo recordamos con mucha nostalgia.

Hoy en este tu aniversario, los ex blasvalerinos te saludamos desde dónde estemos, con esta remembranza. Ahora mi Blas Valera, tienes una imponente infraestructura, pero lo más importante debe ser la reconstrucción y posicionamiento de tu CALIDAD EDUCATIVA y FORMACIÓN ÉTICA, como lo tuviste hace muchos años atrás. Para ello necesitamos el esfuerzo de tus docentes, administrativos, alumnos, ex alumnos y población en general.
Los recuerdos y la historia de nuestro colegio, que sirvan como paradigmas en la construcción de un Blas Valera ideal, tal como los lamudinos y luyanos lo queremos, tal como los amazonenses lo ansiamos. Retomemos la estirpe intelectual, responsabilidad educativa y calidad humana de tus docentes, retomemos el deber educativo y moral de tus ex alumnos, retomemos el trabajo con ahínco de tus administrativos.

Como blavalerino, esta es mi voz y debo mucho lo que soy a mi colegio. La tarde caía en el patio del Blas Valera, recuerdo que antes estudiábamos mañana y tarde. Mi padre me esperaba para regresar a Luya y le decía: “Papá yo voy caminando con mis amig@s, ve tranquilo”. Me contestaba: “Elmer, mañana tenemos examen, te apuras para estudiar el cuaderno y los libros de historia”. Dejábamos al colegio bajo el manto de la intelectualidad, por la carretera hacia Luya, íbamos comentando nuestras clases y ocurrencias de alumnos, el ruido de los grillos y el revoloteo de luciérnagas nos indicaban que ya llegó la noche; al día siguiente el Blas Valera nos esperaba nuevamente entre su seno, para educarnos y enseñarnos sobre la vida.

¡Feliz 62 Aniversario Colegio Blas Valera!