viernes, 13 de agosto de 2021

 𝗖𝗢𝗟𝗢𝗡𝗜𝗔𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗕𝗜𝗖𝗘𝗡𝗧𝗘𝗡𝗔𝗥𝗜𝗔


El racismo y clasismo puro, una vergüenza y mediocridad de esta señora, Presidenta del Congreso de la República. 200 años de independencia dicen, pero eso no significó retrotraer las taras de la colonialidad, reflejadas en el siglo pasado en los campos de los grandes terratenientes y sus vasallos.

Racismo y clasismo puro de un país que no ha logrado su "verdadera independencia", donde los patios traseros siguen siendo sus comunidades andinas y amazónicas, un país mirando a Europa o EEUU, y poniéndose una venda en los ojos para los Awajun o Aymaras.

El servilismo ha sido una forma de discriminación colonialista hacia los grandes "amos terratenientes" que, después de la Reforma Agraria, se convirtieron en los dueños de Alicorp o el BCR. Ésta es la señora que representa a esa gente, a esa clase con la nariz y los humos hacia arriba, su pensamiento todavía sigue "viviendo" en la colonialidad, que razona como un "criollo" post independencia.

En este nuevo tiempo de la tecnología y las comunicaciones, el Perú todavía sigue batallando con este complejo racial y étnico. Con esta forma de entender que los que viven en las áreas rurales son los ciudadanos de segunda categoría, los que deberían vivir cuidando sus chacras y animales; los que atrasan al Perú, según el pensamiento urbanizado colonialista.

La batalla contra estos ciudadanos de “primera clase”, no tendría sentido si es que, al momento de analizar, vemos que la batalla es contra nosotros mismos; es decir, el prejuicio racial nace de los propios descendientes de la cultura matriz andinoespañolizada (con los “condimentos culturales” selváticos y costeños). Nace de los propios Cholos Choleadores.

Esto es un claro ejemplo de una sociedad con problemas graves, con limitada educación, con valores no cultivados, sin esencia, sin identidad; una sociedad que se pierde en la ignorancia y su propia vorágine desculturalizada. Lamentablemente ese país existe y se llama Perú, el país de los Cholos Choleadores, el país de la Colonialidad Bicentenaria, donde se ha perdido respeto por lel prójimo, por la identidad, por la cultura; por nuestros orígenes.

Solamente queda refugiarnos en la esperanza de que algún día esta sociedad mejore hacia el respeto, la inclusión social, el amor entre peruanos, el aplaudir por los peruanos emergentes.

Queremos un país pluricultural que respete nuestra diversidad cultural y se elimine toda forma que alimente al racismo y clasismo. Es una tarea ardua de todos los peruan@s, en construir una sociedad donde nosotros, los cholos, sintamos orgullo por nosotros mismos. Sintamos orgullo y respeto por nuestros cholos emergentes; por aquellos "otros", los "nadies" excluidos y discriminados, que representan la identidad cultural de un país que está siendo construido por los provincianos.

El racismo y clasismo, síntoma de un país que todavía tiene postergado la construcción de una NACIÓN. Un gran reto en camino hacia el Tricentenario.