¿Y LAS PROPUESTAS EN AMAZONAS? UNA CAMPAÑA DEL BILLETE DONDE DOMINA LA “GUERRA
SUCIA”
La política es una construcción
social, una construcción de entes colectivos que se agrupan en
torno a una estructura programática, ideológica y propositiva que son puestas
en marcha por líderes que entienden, analizan y viven de la política.
Por tanto, la política, la verdadera POLÍTICA, nace colectivamente para
beneficiar los intereses del grupo, la comunidad, y la sociedad en general. NO
los intereses individuales o partidarios.
Una campaña electoral es el principal indicador del futuro Gobierno
Regional y Municipales que tendremos en los próximo cuatro años. Candidatos,
equipos de campaña y seguidores que discuten
alturada y responsablemente en los medios de comunicación, redes sociales y
debates institucionales, nos auguraría un escenario donde tendríamos un gobierno
regional y municipales sostenibles, viables y aceptables.
Lamentablemente lo dicho en el párrafo
anterior es un “ESCENARIO IDEAL” en Amazonas. La realidad nos indica que la
política amazonense se ha constituido en un escenario donde sus
diversos actores como buitres, juegan con carroña, entre
el barro, teniendo como objetivo la demolición a través de la GUERRA SUCIA. Lamentablemente,
la política en Amazonas se define en esto, más no en un juego alturado
de propuestas que conduzcan a dar solución a las diversas problemáticas que nos aqueja generacionalmente.
Los candidatos, sus movimientos
políticos y sus seguidores han hecho de este juego político, una orquestada y constante lucha encarnizada
por obtener el poder, para el beneficio particular o del movimiento
político, más excluyendo en ello a la colectividad amazonense. Apoyados por “medios
de comunicación”, periodistas, comunicadores
sociales y “aprendices” de éstos; que en la gran mayoría (aclaro NO TODOS, y
mis respetos fraternos a esos medios y comunicadores que son neutrales), se han
parcializado mediáticamente por un candidato regional y algunos municipales,
demoliendo sin piedad a algunos candidatos que “intentan” dar batalla en una campaña
dónde domina la “ley del que más plata
tiene y ofrece”, ufanándose de hacer política (¡qué triste la
ceguera en que viven, porque simplemente no lo hacen!); y convirtiéndose en instrumentos de marioneta de los
poderes económicos y serviles de esos “politiqueros” que lamentablemente han
situado a nuestro Amazonas con los peores
indicadores a nivel nacional.
Las redes sociales resultan ser ese espacio donde se observa lo peor de nuestra política regional.
Insultos, amenazas, noticias falsas, discusiones bizantinas, guerra sucia dominan la disputa de candidatos y sus
seguidores, que a través de sus cuentas personales y la mayoría “troles” escondidos
en cuentas falsas, hacen de la
política amazonense un triste espectáculo. Cero debate de propuestas en las
redes, solo opiniones y comentarios en
su mayoría hasta denigrantes y mediocres de seguidores que solamente les
interesa su espacio particular con la intención “tradicional” de tener “un puestito” con la próxima autoridad
o “ganarse alguito” en esta campaña
electoral.
Recordemos nosotros los
amazonenses a los candidatos y sus seguidores, y decirles que en los últimos
años la pobreza en Amazonas ha aumentado a un 47,3% y nos
ubicamos solo por detrás de Cajamarca y Ayacucho, compartiendo el primer grupo
de pobreza. Es decir, estamos en el tercer lugar como región más pobre
del país. Aproximadamente de cada 10 amazonenses, 6 de ellos
y/o ellas son pobres. Mientras que en otras regiones la pobreza
se redujo, en nuestra región viene aumentando. Desgraciadamente en
nuestra región, 3 de nuestros distritos (El Cenepa, Rio
Santiago y La Jalca) superan el 80% de pobreza, 5 distritos están por encima
del 70% de pobreza, 18 superan el 60% y 23 distritos superan el 50% de
pobreza. En conclusión, más de 60 distritos amazonenses conviven
con la pobreza total.
Es más, Amazonas cuenta con 10
distritos ubicados entre los 150 más pobres del Perú, con una tasa de
pobreza que oscila entre el 65,7% y el 91.7%. Uno ubicado en
la provincia de Condorcanqui (El Cenepa), cinco en Luya (Pisuquia, Santa
Catalina, San Jerónimo, Lónguita y Cocabamba), tres en Chachapoyas (Sonche,
Chuquibamba y Chiliquin) y uno en Bagua (Imaza).
¿Se está poniendo en debate solamente este indicador de pobreza, con
diversas propuestas por parte de los candidatos, equipos y medios de
comunicación PARA HACERLO FRENTE? NO, un rotundo NO y lamentablemente los amazonenses
solo vemos puyas, insultos y guerra sucia, como característica principal de
la campaña.
Bueno, no hablemos de los demás indicadores paupérrimos que,
desde hace décadas, tenemos con problemas como la desnutrición y anemia,
embarazo adolescente, falta de competitividad regional, deforestación, sida y suicidios,
desempleo y subempleo, etc. NO existen
plataformas de discusión y debate en torno a estos problemas, o al menos la
población amazonense NO CONOCE las
propuestas de solución en torno a ellos.
El reto en Amazonas es
que su espacio físico, se vaya convirtiendo como un espacio socialmente
construido, cuyos referentes sean la actividad de las personas y sus
implicancias. Creo personalmente que, si seguimos este camino positivo,
Amazonas se enrumbará decididamente hacia el crecimiento económico y desarrollo
humano.
Un voto “inteligente y
responsable” es elegir para Amazonas un gobernante regional que
tenga experiencia en gestión política y administración del poder.
Un gobernante que lidere con su conocimiento, sapiencia y experiencia,
el desarrollo amazonense, trabajando articuladamente para salir de esos
últimos niveles de indicadores de pobreza, desnutrición, anemia o
competitividad. Un gobernante que potencie a la región con su experiencia
en el manejo de programas sociales y planes de desarrollo. Amazonas
necesita una autoridad regional que pueda estar “peleando” en
las esferas altas del gobierno, proyectos y presupuestos viables y adecuados para
el beneficio de los amazonenses.
Necesitamos un gobernante
que recorra sus pueblos para entrar en contacto directo con
sus ciudadanos y sus problemas. Requerimos de un líder regional que analice
y entienda los problemas de Amazonas, pero más importante que
sepa darle soluciones. En suma, necesitamos de un gobernante con
capacidad de hacer de la política regional un instrumento de gestión para
aliviar y resolver los problemas, y a partir de allí, construir el ansiado
desarrollo de nuestra región. Las potencialidades lo tenemos, solo necesitamos
de un gobernante que esté capacitado y sea experimentado en
hacer de esas potencialidades, el principal pilar esperanzador para
que Amazonas sea menos pobre y más competitivo.