Nuevamente la historia nos pondrá en la mira para enfrentar y organizar el futuro, con las elecciones regionales y municipales a realizarse en octubre. La persona y su sociedad aprenden en sus realidades, y la historia es un conglomerado de realidades que te enseñan actuar en el presente y avizorar el futuro. Ya decía mi abuelo Miguel Pizarro, allá por los años ochenta en Luya: “¡Hijo!...acompáñame a conocer cada día nuestro pueblo y sus alrededores...¡ven!, abramos los ojos y miremos las cosas bonitas que encontraremos y que no valoramos porque somos pobres ciegos, que no sabemos mirar lo que tenemos.”
Mi abuelo tenía razón. Aprender también de él, era toda una experiencia de aquellas que se quedan impregnadas en la memoria, para luego salir a la luz y entender que las realidades que nos cuentan los abuelos, son realidades que obviamos y no sabemos comprenderlo. Pero la realidad está allí, continuamente cambiando y transformándose. Tratando de adecuarse a los imperativos que dictan los hombres y sus sociedades. En suma, la realidad somos nosotros, en un espacio y tiempo definido por las leyes de la naturaleza. Si escrudiñamos en nuestros pueblos, encontraremos toda una riqueza no solamente material, sino también moral y espiritual. Conservamos potencialidades económicas, culturales, ecológicas y humanas que nosotros, los “occidentales”, los rechazamos porque la alienación cultural nos ha cegado.
El vínculo
del hombre con su naturaleza en Amazonas,
todavía no se ha roto, permitiendo que las potencialidades sigan en pie, para poder explotarlos
calculadamente y aliviar las “diversas pobrezas”. Si como amazonenses, conociéramos
el potencial y capacidades que tenemos, recién podríamos incorporar en las
políticas locales y regionales, un Desarrollo Económico Local que nos permita
despegar.
El Desarrollo Económico Local (DEL) es un proceso organizado, planificado y concertado en el cual diferentes
actores sociales e institucionales, buscan estimular
actividades económicas y generar
empleo utilizando medios y recursos disponibles a nivel local para mejorar
la calidad de vida. El DEL, nace ante la necesidad de descentralizar al país. Observar el desarrollo no solo desde arriba
(desde Lima), sino también desde abajo, desde
lo local, lo regional. Para hacer pertinente el desarrollo desde lo local,
necesitamos conocer los siguientes elementos:
- Los fallos del mercado. Al contrario de lo que sostiene la economía neo-clásica, no existe una movilidad de factores que se compensan y que equilibran el territorio de una nación. En Amazonas, no hemos visto políticas regionales o locales que busquen la integración política y económica de las diferentes realidades de nuestra región.
- Las limitaciones de las políticas nacionales o regionales. No han permitido un ordenamiento territorial, menos atender a los requerimientos y necesidades de todos los territorios. A nivel regional se ha visto que las políticas siempre han marchado a espaldas del pueblo. Nuestros políticos nunca intentaron ser agentes de ordenamiento y equilibrio de las realidades.
- La competencia entre territorios en la sociedad globalizada. Genera oportunidades para posicionarse positivamente a partir de la iniciativa de cada territorio. En Amazonas, tenemos muchas posibilidades para competir en un mercado macroregional, pero las políticas regionales y locales no han articulado están potencialidades competitivas en pro de nuestro desarrollo, quedándonos retrasados en comparación a otras regiones. Es más, últimamente hemos caído en competitividad y estamos en las cuatro últimas regiones menos competitivas.
Los objetivos que debe perseguir el DEL en Amazonas, deben basarse en el aprovechamiento racional de los recursos para al crecimiento de la economía regional y al mejoramiento de las condiciones de vida en los pueblos. Por tal motivo este desarrollo debe buscar lo siguiente:
- Generación de bienestar en la población, estimulando la participación democrática y activa de los ciudadanos amazonenses.
- Promover el apoyo de los gobiernos locales a las actividades económicas en un territorio y/o cuenca.
- Promover iniciativas locales para atraer inversiones, nuevas empresas y actividades económicas. En Amazonas serían el turismo y la actividad agropecuaria.
- Iniciar y/o ampliar la colaboración entre el sector público y el sector privado.
- Fortalecer la competitividad de los sectores económicos instalados a nivel local. Para ello a nivel regional, se debe realizar diagnósticos previos de identificación y focalización de nuestras principales potencialidades.
- Fortalecer la eficiencia colectiva entre las concentraciones y redes de Pequeñas y Medianas Empresas -PYMES-, generadas por sus niveles de asociatividad.
Entendamos que el desarrollo local no es una estrategia para acumular riqueza y crear bienestar
a costa de los territorios y sus pobladores; por lo contrario, es una
oportunidad para todos, siempre y cuando estemos plenamente activos y conscientes
de nuestras potencialidades. Hay que
seguir fortaleciendo el desarrollo en base al alto potencial que se encuentran
en los pueblos del Marañón y Utcubamba,
potenciales que si son correctamente aprovechados podríamos convertirnos en uno
de los principales centros
agroexportadores de nuestro país, teniendo como producto bandera el café y la papa; y también en el principal destino turístico junto al
Cusco y otras ciudades. Los sarcófagos de Carajía y la danza del Chuquiaj, siguen
esperando para poder convertirlos en grandes atracciones turísticas de nuestra
región.
Como vemos el Desarrollo Económico Local es otra de las opciones e
instrumentos que podemos adoptar para nuestro
desarrollo articulado. Ya me decía mi abuelo Miguel: “Vamos hijo, sigamos caminando, porque en cada sitio que lleguemos,
aprenderemos nuevas cosas que nos enseñaran a construir nuestro camino, y cada
campesino que nos crucemos siempre tendrá algo para enseñarnos”. Yo le
contestaba: “Si abuelo sigamos, todavía hay mucho que aprender en esta vida”.