¿SOMOS LIBRES, SEÁMOSLO SIEMPRE?… ¡¡¡NO SOMOS LIBRES!!!
“Somos libres, seámoslo siempre…” es el primer sentido patriótico que da inicio a nuestro Himno Nacional, por la cual nosotros los peruanos “inflamos” el pecho al cantarlo en alguna institución, o por allí, nos cayeron lágrimas al escucharlo después de tres décadas en pleno mundial de fútbol en algún estadio de Rusia. Es que este, nuestro himno, nos los enseñaron por primera vez en las escuelitas, aquellos hombres y mujeres que son la poca reserva moral del país: nuestros maestros.
Cuan distante es la letra de
nuestro himno con la realidad en que estamos viviendo, porque NO SOMOS LIBRES, ya
que desde hace muchas décadas la corrupción
institucional nos carcome desde los poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial. ¡No somos libres!, porque en las calles las garras de la inseguridad ciudadana asesinan por un
celular o nos queman por el machismo. ¡No somos libres!, porque seguimos esclavos de la pobreza y el abandono en
nuestras comunidades rurales. ¡No somos libres!, porque un terremoto, una inundación o
friaje se nos lleva a niños y ancianos vulnerables, dejando pueblos abandonados
y sin reconstruirse.
¡No somos libres!, ya que elegimos
y nos gobiernan autoridades y funcionarios
con una variedad de procesos judiciales. Como vamos a ser libres si los
gobiernos de turno han secuestrado al país y lo han repartido a las grandes
empresas y compañías que vienen destruyendo bosques, ríos y lagunas; y de por
medio con “aceitadas” de dinero o
acaso ya se olvidaron de los Odebrecht, Petroaudios y faenones.
Somos en realidad el “LARGO
TIEMPO EL PERUANO OPRIMIDO”, ¡así es!, “largo tiempo oprimidos” por expresidentes que se han vendido a la
corrupción y hoy están libres. “Largo tiempo oprimidos” por instituciones que se hacen llamar demócratas,
pero tras de ella se esconden autoridades y funcionarios que liberan violadores
de niños, exigen coimas de “10 verdecitos”, se aumentan los sueldos, ruegan por
los diezmos de las obras y proyectos o se arman faenones.
“Largo tiempo oprimidos” por Congresistas
que gritando e insultando esconden
sus vínculos de lavado de dinero, narcotráfico, falsificación de documentos, viajes
de placer, roba cables, plancha camisas, administradores de prostíbulos, invasores
de terrenos, come pollos, apañadores de corrupción, empleadores de troles…NO
SIGO, me duelen los dedos golpear
con furia el teclado. “Largo tiempo oprimidos” por estos representantes de la
“política peruana” que, con los más altos índices de desaprobación, repentinamente
se convirtieron de desbocados,
gritones y corruptos, a “líderes de la democracia” en el
Perú; los que tienen entre sus manos el destino del país.
“Largo tiempo oprimidos” por una horda
de diversos actores “políticos” regionales y municipales, que han
transformado la generacionalmente alicaída política de provincias, en un
escenario de caos e improvisación; sin sentido, sin coherencia, sin brújula,
sin propuestas. “Largo tiempo oprimidos” eligiendo autoridades que se llevan los diezmos, que sacan “tajaditas” de las obras, que no hacen obras de impacto, que mantienen a sus
regiones y municipalidades con paupérrimos
indicadores socioeconómicos, que por arte de magia ingresan pobres y salen ricos, que ponen como funcionarios o
asesores a sus donantes de campaña,
aunque éstos no conozcan ni el abecedario.
Largo tiempo el peruano oprimido,
“LA OMINOSA CADENA ARRASTRÓ”, y es que claramente venimos arrastrando cadenas
por diversas generaciones. Cadenas que nos
carcomen la moral y los valores en lo más profundo, cadenas de la exclusión y abandono de nuestros pueblos
del ande y la amazonia. Arrastramos las cadenas del machismo que asesina mujeres; las cadenas de la discriminación por raza, etnia y género;
las cadenas de la anemia, la
desnutrición y el desempleo. Arrastramos las cadenas medievales de las
religiones, que a través de sus curas y
pastores nos quieren imponer sus ideologías en nuestras enseñanzas.
La ominosa cadena que arrastramos
es tener autoridades y funcionarios que se
reparten por años los puestos de trabajo en el Estado. Arrastramos cadenas
de la deslealtad, tráfico de influencias
para intereses particulares, de sobonería y altanería porque trabajas al
lado de un jefe corrupto. En las calles cada día arrastramos las cadenas del irrespeto, de la majadería, del insulto, de
violar las reglas básicas de ciudadanía, de desconfianza, de falta de
solidaridad. Arrastramos las cadenas de no respeto a nuestra ciudad, a nuestro pueblo; de destrucción de nuestra ecología; arrastramos las
cadenas de maltrato a los animales.
Esto es el Perú de hoy, no hay
nada que celebrar en las Fiestas Patrias. Nuestra bandera, símbolo de orgullo y moralidad, aquella por la
cual Alfonso Ugarte murió estrellado entre las rocas para evitar que el enemigo
lo tomara como trofeo; merece ser izada
a media asta en nuestros hogares. ¡NO SOMOS LIBRES!, ¡LARGO TIEMPO EL
PERUANO OPRIMIDO, ¡LA OMINOSA CADENA ARRASTRÓ!