𝗖𝗢𝗟𝗢𝗡𝗜𝗔𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗕𝗜𝗖𝗘𝗡𝗧𝗘𝗡𝗔𝗥𝗜𝗔
Racismo y clasismo puro de un país que no ha
logrado su "verdadera independencia", donde los patios traseros
siguen siendo sus comunidades andinas y amazónicas, un país mirando a Europa o
EEUU, y poniéndose una venda en los ojos para los Awajun o Aymaras.
El servilismo ha sido una forma de
discriminación colonialista hacia los grandes "amos terratenientes"
que, después de la Reforma Agraria, se convirtieron en los dueños de Alicorp o
el BCR. Ésta es la señora que representa a esa gente, a esa clase con la nariz
y los humos hacia arriba, su pensamiento todavía sigue "viviendo" en
la colonialidad, que razona como un "criollo" post independencia.
En este nuevo tiempo de la tecnología y las
comunicaciones, el Perú todavía sigue batallando con este complejo racial y
étnico. Con esta forma de entender que los que viven en las áreas rurales son
los ciudadanos de segunda categoría, los que deberían vivir cuidando sus
chacras y animales; los que atrasan al Perú, según el pensamiento urbanizado
colonialista.
La batalla contra estos ciudadanos de “primera
clase”, no tendría sentido si es que, al momento de analizar, vemos que la
batalla es contra nosotros mismos; es decir, el prejuicio racial nace de los
propios descendientes de la cultura matriz andinoespañolizada (con los
“condimentos culturales” selváticos y costeños). Nace de los propios Cholos
Choleadores.
Esto es un claro ejemplo de una sociedad con
problemas graves, con limitada educación, con valores no cultivados, sin
esencia, sin identidad; una sociedad que se pierde en la ignorancia y su propia
vorágine desculturalizada. Lamentablemente ese país existe y se llama Perú, el
país de los Cholos Choleadores, el país de la Colonialidad Bicentenaria, donde
se ha perdido respeto por lel prójimo, por la identidad, por la cultura; por
nuestros orígenes.
Solamente queda refugiarnos en la esperanza de
que algún día esta sociedad mejore hacia el respeto, la inclusión social, el
amor entre peruanos, el aplaudir por los peruanos emergentes.
Queremos un país pluricultural que respete
nuestra diversidad cultural y se elimine toda forma que alimente al racismo y
clasismo. Es una tarea ardua de todos los peruan@s, en construir una sociedad
donde nosotros, los cholos, sintamos orgullo por nosotros mismos. Sintamos
orgullo y respeto por nuestros cholos emergentes; por aquellos "otros", los "nadies" excluidos y discriminados, que representan la identidad cultural de un país que está siendo construido por los
provincianos.
El racismo y clasismo, síntoma de un país que
todavía tiene postergado la construcción de una NACIÓN. Un gran reto en camino
hacia el Tricentenario.
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