COLEGIO BLAS
VALERA, TU HISTORIA EN ESTA MI REMEMBRANZA
“Hijo levántate ya, tu papá te
espera para que vayan al Blas Valera”, me decía mi madre en los años
90. Yo vivía en Luya y tenía que caminar hasta Lamud para estudiar en
el glorioso Colegio Blas Valera. Mi padre Marino Torrejón, profesor de
Historia del Perú y Geopolítica del colegio, ya me esperaba con su bicicleta y
sus libros para recorrer juntos el inolvidable trayecto hacia el colegio;
rodeado de chacras, árboles y pencas, junto al río Jucusbamba y
al compás del sonido de las aves.
Me acuerdo mucho de mis amig@s
luyanos, caminando bajo un intenso sol o una torrencial lluvia; pero cumpliendo
nuestro deber de estudiantes. Íbamos a veces jugando y otras veces leyendo
y repasando el cuaderno porque teníamos examen de matemática con el profesor
Víctor Ampuero, un gran docente de las fórmulas y números. Llegábamos
al colegio, alegres y ansiosos porque era todo un orgullo entrar
al colegio, ver el busto de nuestro padre blasvalerino y el patio de honor
rodeado de sus salones. Qué lindo y romántico era observar a las hermosas
alumnas del Blas Valera, nuestro corazón palpitaba a mil.
Son las 8 de la mañana y nos
formábamos en fila, encabezaba la formación de mi salón, era el más
pequeño, aunque meses después fui brigadier de un grado. Silencio total después
de cantar el himno nacional, el director del colegio, el profesor
Hermógenes Montenegro (el DIRECTOR que extrañamos
porque dejo historia educativa), nos daba una cátedra en el patio
ceremonial, sobre qué es ser blasvalerino. ¡Qué orgullo!, se
hinchaba mi pecho escuchar al director y en cada formación, sentía a mi
colegio palpitar dentro de mi corazón.
Ingresamos a los salones y lunes
me tocaba Literatura con el profesor Antenor Chuquizuta, me enseñó a
conocer a todos los autores de la literatura nacional y mundial, no importaba
si salía a dictar su clase desde el pasadizo de uno de los pabellones. ¡Qué
personalidad! Miércoles por la tarde, curso de Historia Universal con el
recordado profesor Alejandro Chávez Paredes - “Chepe”, una
eminencia que nos dio a conocer la historia del mundo; con él aprendí que más
allá de Lamud o Luya, existían culturas diversas de nuestro pasado.
Viernes, cerrando semana, tenía Educación
Cívica y la profesora Lira Mori me enseño el respeto a nuestra
patria, a los derechos y deberes de las personas. Mi padre, Marino
Torrejón, me enseñaba Historia del Perú los jueves. Más allá de su rol
de padre, lo admiré y respeté siempre como docente. Lo dicen sus ex
alumnos: “Fue un gran profesor”. Mi padre me enseñó a
vivir y conocer al Perú. Mi profesión actual de antropólogo, analista y
político, se lo debo a él, como padre y docente.
Vienen a mi memoria, docentes
ilustres del Blas Valera como Teresa Cisneros, Napoleón Rojas Pisco,
Adela Valdivia, Laura Chuquizuta, Miguel Villarreal, Idelso Carrión, Lucho
Castro, Marino Gupioc, Celso Gallac, y principalmente los docentes que partieron
a la eternidad como Remberto Herrera, Hermógenes Montenegro, Alejandro
Chávez, Juan Pablo Ventura, Patrociono Santillán, entre otros. Profesores que marcaron
la huella blasvalerina, disculpen de todo corazón si no les menciono a
todos; pero les recuerdo con enorme nostalgia. Muchos
blasvalerinos exitosos y luchadores, estamos eternamente agradecido de ustedes.
Este 6 de junio nuestro
colegio cumple 62 años de convivencia institucional y
educativa con su pueblo de Lamud, la provincia de Luya y Amazonas. En este
aniversario recordamos que Blas Valera fue uno de los colegios más
insignes a nivel regional y macro regional. Ocupaba siempre los primeros
puestos de ingreso en universidades como San Marcos, la UNI y Escuelas
Militares; en concursos de ciencias y letras, en proyectos educativos, en
juegos deportivos, en arte y cultura. Nuestro colegio siempre se distinguió por
su disciplina, formación ética y su gallardía en los desfiles; pero lo
valorábamos más por su enseñanza y calidad educativa, reconocida
siempre en Amazonas. El colegio marcó una época en la historia de Amazonas,
hoy los ex alumnos y amazonenses que conocimos esta historia, y formamos parte
de ella; lo recordamos con mucha nostalgia.
Hoy en este tu aniversario, los
ex blasvalerinos te saludamos desde dónde estemos, con esta remembranza.
Ahora mi Blas Valera, tienes una imponente infraestructura, pero lo más
importante debe ser la reconstrucción y posicionamiento de tu CALIDAD
EDUCATIVA y FORMACIÓN ÉTICA, como lo tuviste hace muchos años atrás. Para
ello necesitamos el esfuerzo de tus docentes, administrativos, alumnos, ex
alumnos y población en general.
Los recuerdos y la historia de
nuestro colegio, que sirvan como paradigmas en la construcción de un
Blas Valera ideal, tal como los lamudinos y luyanos lo queremos, tal
como los amazonenses lo ansiamos. Retomemos la estirpe intelectual,
responsabilidad educativa y calidad humana de tus docentes, retomemos el deber
educativo y moral de tus ex alumnos, retomemos el trabajo con ahínco de tus
administrativos.
Como blavalerino, esta es mi
voz y debo mucho lo que soy a mi colegio. La tarde caía en el patio del
Blas Valera, recuerdo que antes estudiábamos mañana y tarde. Mi padre me
esperaba para regresar a Luya y le decía: “Papá yo voy caminando con
mis amig@s, ve tranquilo”. Me contestaba: “Elmer, mañana tenemos
examen, te apuras para estudiar el cuaderno y los libros de historia”. Dejábamos
al colegio bajo el manto de la intelectualidad, por la carretera
hacia Luya, íbamos comentando nuestras clases y ocurrencias de alumnos, el
ruido de los grillos y el revoloteo de luciérnagas nos indicaban que ya llegó
la noche; al día siguiente el Blas Valera nos esperaba nuevamente entre
su seno, para educarnos y enseñarnos sobre la vida.
¡Feliz 62
Aniversario Colegio Blas Valera!
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