lunes, 12 de agosto de 2019


LOS LUYA Y CHILLAOS: CONSTRUCTORES DE KUELAP[1]


El reconocimiento de esta región fue aclarándose paulatinamente, pues desde el inicio de la conquista de los antiguos territorios de Amazonas por los españoles, sólo se mencionaba al grupo social Chachapoya. Sin embargo, con frecuencia varios cronistas hicieron referencia a otros pueblos, provincias o territorios comarcanos a los cuales los hispanos conquistaron con el apoyo del grupo Chachapoya. Prácticamente la historia de los Luya y Chillao, como también de los otros grupos humanos de Amazonas fue silenciada y oscurecida casi por completo. Es probable que los incas y los propios Chachapoya hayan desinformado a los españoles, de ahí que varios cronistas sin conocer la verdadera historia y el territorio de Amazonas, solo difundieron la presencia de los Chachapoya.

Marcos Jiménez de la Espada trae datos sobre los enfrentamientos entre los chillao y los españoles apoyados por indios amigos. Alonso de Alvarado, después de aliarse con los chachapoya de Cochabamba avanzó con estos hacia las tierras norteñas de «Longia», es decir Lonya y «Xunbia» o sea Jumbilla y posteriormente a otra provincia llamada Chillao, cuyos pobladores se habían revelado contra la presencia española y sus aliados, bajo el mando de Guayamil. Finalmente, este rebelde fue apresado y muerto (Jiménez de la Espada 1881: 160, 161, 162, 163).

El año 1558, tan solo a dos décadas y media del ingreso de los españoles al territorio de Amazonas, el arzobispo de Lima Toribio Alfonso de Mogrovejo cita la doctrina de los chillao, cuyo territorio visitó para compulsar la situación del tributo indígena, pues anotó puntualmente la existencia de 320 tributarios nativos que debían de pagar 400 pesos de plata ensayada. Encuentra a los pueblos Chillao que son Yamor (actual Yamón), Zacata, Longuia (actual Lonya), Balchoquistancho, Cumba y Chubazgo. En ningún momento de la visita se hace mención que estos pueblos fuesen Chachapoya. Esto quiere decir que a las dos décadas del ingreso de los españoles a la región de Amazonas ya Chillao , fue considerada como una doctrina, tenía un corregidor, Gerónimo Piña Añasco, un cura, el padre Sebastián Felipe y habían ya dos encomenderos, Isabel de Cespedes y Joan de Fuentes; así como varias estancias en poder de los españoles Baltazar Ortiz, Bartholomé Mendez, Cathalina Jimenez, Luis Vela, Francisco Grandez, Pedro el sastre, a quienes debemos considerar como los primeros pobladores hispanos de esos territorios. No se menciona los nombres de los indígenas, sino solo la del curaca del pueblo de Zacata llamado Alonso Comeca. Este gobernante nativo mantenía aún sus prerrogativas económicas pues tenía doce personas a su servicio y muchas vacas, ovejas, yeguas, mulas y cabras (Mogrovejo 1920: 59-60). Como se observa por esta cita, al llegar Mogrovejo a dicha área geográfica, encuentra que esa era la denominación que tenía y no la de Chachapoya, pues de haberse considerado esta denominación, dicho arzobispo los habría reconocido con ese nombre. Vemos también que tal territorio mantenía su nombre, el cual fue respetado por los españoles y conservaron el nombre de Chillao, españolizado como Chillaos.

Las declaraciones realizadas por varios curacas chachapoyanos realizadas el año de 1562, en un expediente sobre las tierras de los huancas —a solo 24 años de la fundación de la ciudad de Chachapoyas—, aclaran los conflictos que existían entre los grupos que poblaron el antiguo territorio hoy denominado Amazonas. Por ejemplo, el curaca Pedro Chuquien de 60 años de edad, afirmaba que ellos salían a combatir con los huancas para defenderse de los «indios contrarios que les daban guerras». El indio principal Pedro Callapa, de más de 60 años de edad manifestaba que ellos tenían guerra con otros comarcanos y él venía a Huancas a pelear con sus indios. El curaca Jesalón dijo que: «antes que los cristianos viniesen a esta tierra los indios Luya nos tenían guerra con estos Guancas hevenia a pelear con ellos muchas veces he que entonces desian viejos he si le hoyo este testigo que esta dicha hoyada e otros pedazos de tierras junto a esta chacra no se sembraba sino antes hera paramo fuele preguntado si después de esto algunaves hoyo decir que esta dicha hoyada se sembraba para los Yngas dixeron las dichas lenguas que el dicho cacique decía que hoyo decir a viejos indios que ya son muertos estaba dicha hoyada hera tierra de los guancas he que no sabemos del caso» (Expediente 3981).

Estos datos nos hacen pensar que primero los incas conquistaron a los chachapoyas y que luego, aliados con estos, arremetieron contra los de Luya y otros grupos más. De igual manera, los españoles entraron en alianza con los chachapoyas para derrotar a los grupos de Luya, Chillao y otros de más al Norte. La estrategia del español Alonso de Alvarado fue la misma que empleó Hernán Cortez para la conquista de México, quien se alió con los tlascaltecas y totonacas para derrotar a los aztecas. De otro lado, las declaraciones de los curacas antes mencionados, indican que tenían guerras con indios contrarios por cuyo motivo se habían construido una serie de fortines o pucaras para defenderse de los indios Luya. Tales declaraciones confirman también lo que algunos investigadores habían indicado sobre la existencia de varias agrupaciones humanas en el territorio del hoy departamento de Amazonas, quienes tenían, además, conflictos internos (Espinoza Soriano 1967; Muscutt 1998; von Hagen 2002; Schjellerup 2005; Church 2006: 470; Church y vonHagen 2008; Ruiz Estrada y Ruiz Rubio 2010; Guengerich 2014b, 2015).

Según un documento del año 1592, publicado por el antropólogo alemán Peter Lerche sobre la probanza del linaje de los caciques de Levanto, en el cual testifica Luis Valera quien dijo textualmente que: «Que este gobernador fue quien le dio la provincia a Alvarado y que después le ayudó a conquistar, Luya Chillaos…» (Lerche 1995: 111). Valera se refiere al gobernador de Levanto don Cayo Tupac Rimachi. Esto quiere decir que los castellanos invadieron primero a los chachapoya y enseguida conquistaron a los Luya y Chillao con ayuda de los de Levanto que comandaba Pedro Cayo Tupac Rimachi. Fue este cacique quien dio la provincia de Chachapoyas a los españoles, según el documento colonial publicado por Lerche. Chachapoyas es considerado en el texto como provincia, también Luya, Chillao y, asimismo, los Chilchos.

El arqueólogo alemán Hans Horkheimer en su cuadro II titulado Comparación de topónimos actuales y antiguos, de su libro El Perú Prehispánico, publicado el año 1950, menciona el nombre actual de la región de Luya cuyo sinónimo antiguo fue nada menos que Chillao (Horkheimer 1950: 153). Horkheimer posiblemente debió tener conocimiento de esta realidad al consultar documentos antiguos que lo llevaron a señalar lo anotado, pues indica que esos sinónimos antiguos corresponden a: «los nombres prehispánicos correspondientes en la trascripción que hacen documentos y relaciones de los siglos XVI y XVII» (Horkheimer 1950: 152).

Es recién a mediados del siglo XVIII, cuando el gobierno español mostró su preocupación por registrar sus posesiones y en razón a ello, ordenó y reiteró la necesidad de que el corregidor de la provincia de Luya procediese a realizar una información puntual de esa provincia. Existe un documento firmado por el virrey Conde Superunda (Expediente 2000) de fecha 28 de setiembre de 1756, en el cual solicita «un puntual mapa y descripción geográfica» que ya se había solicitado mediante cédula del 2 de setiembre de 1751, reiterado por otra cédula de fecha 15 de julio de 1755.

Debió ser entonces, como producto de estas cédulas, que recién el año 1762 se dio cumplimiento a dicha preocupación, pese a que dicho territorio ya había sido reconocido como un corregimiento sobre la base de los pueblos de la parte alta y baja de Luya, que allí habitaban, separado de los chachapoya y de las otras agrupaciones humanas. Fue en este año que se dio a conocer la Descripción de la Provincia de Luya y Chillao cuyo autor fue el comisionado Juan Pérez de Astoas. Según esta descripción, se dice que su situación es casi esférica y que por la parte oriental linda con la provincia de Chachapoyas, por la occidental con la gobernación de Jaén de Bracamoros; por el septentrión con la de Cajamarca y por el mediodía con las cabeceras de Lamas, Santa María y montañas que caen al gran Pará y misiones de los padres de la Compañía. Habitaban dicho territorio «aquellos naturales criados y nacidos en ella» y que: «El idioma general assi en los hombres como en las mujeres es el Yndico» (Pérez de Astoas 1996[1762]). Dicho idioma era el quechua que aún persistía en esos tiempos. Ningún documento de la época colonial identifica a los de Luya y Chillao como Chachapoya.

Sus pueblos antiguos se distribuían en dos sectores y el primero ocupaba la parte altoandina de la antigua provincia de Luya que comprendía los territorios de la moderna provincia de Luya, con todos sus distritos y pueblos actuales. Era de temperamento frío. Los centros arqueológicos localizados en dicho territorio se encuentran entre la margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del río Marañón. Y, actualmente son considerados como los más atractivos, promocionados y visitados de la región de Amazonas. Entre ellos figuran los sitios de Kuélap, Karajía y Revash por ejemplo. De acuerdo a la gran cantidad de asentamientos arqueológicos existentes en dicho territorio debió ser uno de los más poderosos curacazgos antes de la invasión castellana. Hoy configuran los distritos de Luya, Lamud, Paclas, Olto,Trita, Luya Viejo, Coechan, Lonya Chico, Santa Catalina (o Jacapatos), Inguilpata, Colcamar, Tingo, Longuita, Shundur (hoy María), Lopecancha, Santo Tomás y Yeso. En tiempo coloniales formó un corregimiento junto con los Chillaos y uno de sus primeros corregidores fue Francisco Negrillo (Pérez de Astoas 1996[1762]).

El otro sector, según la descripción citada, al que se lo denominaba Chillao, estaba localizado en los territorios de la actual provincia de Utcubamba (Bagua Grande) y parte de Bagua, Yomblón, Cocabamba, Providencia, Collonce, Ocallí, Camporredondo, Lonya Grande, Yamón, Cumba y Jamalca. De acuerdo a las descripciones de tiempos coloniales e incluso republicanos se lo reconoce como un territorio de clima caliente, los cuales proveían tabaco, coca, algodón, cacao y muchas frutas de la tierra.

En resumen, tal documento aclara la denominación que tenía la parte baja, esto es, la de los Chillao de tierra caliente y la parte alta, y la de los Luya de temperamento frío. El matemático y cosmógrafo español Cosme Bueno redactó un informe publicado en 1764 sobre las provincias del virreinato del Perú, en el cual incluyó una descripción de la provincia de Luyaychillaos y que al igual con las provincias de Cajamarquilla y Collay, además de Chachapoyas integraban en esa época el obispado de Trujillo (Bueno 1951[1764]: 290).

El año 1786 el Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales publicado por Antonio Alcedo, define brevemente a los Chillaos como un pueblo perteneciente a la provincia y corregimiento de ese nombre y lo caracteriza como de temperamento cálido, donde, debido a ese clima, se produce tabaco y almendras. Más exactamente Alcedo precisa que «Chillaos, Pueblo de la provincia y Corregimiento de este nombre en el Perú; es de temperamento cálido, produce algún tabaco y almendras.» (Alcedo, 1786: 521).

Peter Lerche comentando sobre el líder nativo Chuqui Sota de quien pensamos que procedía del territorio de Luya, advierte que sus enfrentamientos bélicos con los ejércitos de Tupac Yupanqui «fue ignorada a propósito por el levantino Valera, o era por desconocimiento. Probablemente consideraba Valera los grupos étnicos al oeste del río Utcubamba distintos por su macro organización» (Lerche 1995: 55) y añade «Después de la integración de los grupos étnicos chachapoya en el Estado Inca, esta provincia nunca fue fácil de dominarla» (Lerche 1995: 56).

Un mapa publicado por Inge Schjellerup del año 1793 señala la localización del Partido de Chillaos (Schjellerup 2005: 40). Allí se observa que dicho partido se emplaza entre la margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del río Marañón y, además, se indica con el número 25 al pueblo de Luya como capital de los chillao.

En el diccionario elaborado por German Stiglich en las primeras décadas del siglo XX se consigna el topónimo Chillao y que este refería a una denominación hecha en tiempos antiguos a los habitantes de una sección de la actual provincia de Luya, que estaban localizados al occidente de la divisoria del Utcubamba Marañón. La propia cita aclara lo afirmado cuando el mencionado diccionario dice que Chillao era la «Designación que se hacía antiguamente de los habitantes que pertenecían a una sección de la hoy provincia de Luya. Era lo que quedaban al W de la divisoria Utucbamba Marañón» (Stiglich 1922: 375).

Alfredo Torero al estudiar las lenguas del nororiente peruano hace mención que los Chillao conformaban una gran entidad étnica o política que se localizaba en los territorios altoandinos entre la cuenca del río Marañón y del Utcubamba. Lo afirma claramente cuando cita que los Chillaos corresponde al «nombre de una gran entidad étnica o política cuyo territorio es situado por otros documentos en las serranías que separan la cuenca del Marañón de la del Utcubamba» (Torero 1993: 461). Esta versión encaja con la ubicación del suelo ocupado en tiempos prehispánicos por los chillao, lo cual se confirma con la mención que hizo el arzobispo de Lima Toribio de Mogrovejo en el año de 1598, de varios pueblos como Yamón y Zacata, a los cuales llegó en una visita pastoral a la región de los Chillao (Mogrovejo 1920).

Otro dato que nos trae Inge Schjellerup cuando comenta al cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, es el que durante los enfrentamientos entre Huáscar y Atahualpa para definir el poder del Imperio Inca, fue Huáscar quien contó con el apoyo de 10,000 guerreros chillao (Schjellerup 2005: 71). Si esto fue así, entendemos que dicho grupo tenía una importante potencia militar, pues al igual que los chachapoya, fue el otro sector humano que apoyó a Huascar.

El historiador peruano Jorge Zevallos Quiñones considera a los luya y chillao como una nación que poseía territorios muy extensos, localizados entre Lámud y Luya con numerosos pueblos. Zevallos opinaba que la conquista incaica de sus territorios habría quedado trunca. Posteriormente, en tiempos coloniales, los españoles en vista de la extensión que tenía, se vieron obligados a crear un corregimiento, el de Luya y Chillao, similar a los otros corregimientos organizados en la zona (Zevallos Quiñones 1987).

Alfredo Narváez, arqueólogo que condujo varias temporadas de trabajo en el complejo arqueológico de Kuélap ha destacado la gran importancia del lugar, por cuya razón opinó en un primer momento que: «Los muros colosales que rodean a la ciudadela enfatizan su carácter militar y estratégico y lo ubican como posible capital política del reino de los Chillaos, uno de los más importantes grupos políticos de esta área, conocido comúnmente como el territorio de la cultura de los Chachapoyas en los Andes nor orientales del Perú» (Narváez 2004: 28). Posteriormente, después de varias temporadas de trabajo, anunció que Kuélap fue la capital política del reino Chachapoya (Narváez 2013: 131).

REFERENCIAS

Alcedo, A.
1789-89. Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Occidentales o América, Imprenta Benito Cano, Madrid.

Archivo Regional de Amazonas
1562    Testimonio del pleito seguido por Hernando de Mori con la comunidad de Huancas de la encomienda de Juan Perez sobre unas tierras que comienza en 1562. Número de registro 3981.
1756   José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, virrey del Perú ordena una relación de información y la ejecución de un mapa de la descripción geográfica de Luya y Chillaos. Número de Registro 2000.

Bueno, C.
Geografía virreinal del Perú: la Audiencia de Lima en el siglo XVIII, Letras 46, [1764] 238-292.

Church, W.
2006    Chachapoya Indians, en: J. Birx (ed.), Encyclopedia of Anthropology, vol. 2, 469-477, Sage Editors, Thousand Oaks.

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2008  Chachapoyas: Cultural development at an Andean cloud forest crossroads, en: H. Silverman y W. Isbell (eds.), Handbook of South American Archaeology, 903-926. Springer, New York.

Espinoza Soriano, W.
1967   Los Señoríos étnicos de Chachapoyas y la alianza Hispano Chacha, Revista Histórica 30.

Horkheimer, H.
1950           El Perú prehispánico, Editorial Cultura Antártica, Lima.

von Hagen, A.
2002a  Los Chachapoya y la Laguna de los Cóndores, Museo Leymebamba, Leymebamba.
2002b   Pueblo de las nubes, en: E. Gonzáles y R. León (eds.), Chachapoyas: el reino perdido, 25-265, AFP Integra, Lima.

Guengerich, A.
2014b  The architec´s signature: The social production of a residential landscape at Monte Viudo, Chachapoyas, Perú, Journal of Anthropological Archaeology 34, 1-16.

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1881    Relaciones Geográficas de Indias, Biblioteca de Autores Españoles desde la formación del lenguaje hasta nuestros días, Madrid.

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1995    Los Chachapoya y los símbolos de su Historia, Servicios Editoriales César Gayoso, Lima.

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1920   Libro de Visitas: Diario de la segunda visita pastoral que hizo de su arquidiócesis al arzobispado de los Reyes, Revista del Archivo Nacional del Perú I-II, 37-78.
Muscutt, K.
1998    Warriors of the clouds: A lost civilization of the upper Amazon of Peru, University of New Mexico Press.

Narváez Vargas, A.
2004   Aspectos funcionales de la arquitectura residencial en la Fortaleza de Kuelap, SIAN 9(15), 28.
2013    Kuélap: centro del poder político religioso de los Chachapoyas, en: Los Chachapoyas, Colección Arte y Tesoros del Perú, 87-159, Banco de Crédito del Perú. Lima.

Pérez de Astoas, F.
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2010     La gran historia del pueblo Chillao, Amazonas-Perú, Fondo Editorial de la UNMSM, Lima.

Schjellerup, I.
2005   Incas y españoles en la conquista de los chachapoya, Fondo Editorial PUCP/Instituto Francés de Estudios Andinos, Lima.

Stiglich,
1922           Diccionario Geográfico del Perú, Imprenta Torres Aguirre, Lima.

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Zevallos Quiñones, J.
1987  Introducción al estudio etnohistórico de Chachapoyas, Kuélap. Informativo cultural mensual del INC Departamental Amazonas, Boletín 77. Chachapoyas.




[1] La presente investigación etnohistórica pertenece al Dr. Arturo Ruiz Estrada y ha sido extraído del artículo académico: Deslindes étnicos en la historia de Amazonas, Perú. Publicado en el Boletín de Arqueología PUCP. Número 23. Año 2017. El título es mio. Artículo completo en:

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