LOS LUYA Y
CHILLAOS: CONSTRUCTORES DE KUELAP[1]
El reconocimiento de esta región
fue aclarándose paulatinamente, pues desde el inicio de la conquista de los
antiguos territorios de Amazonas por los españoles, sólo se mencionaba al grupo
social Chachapoya. Sin embargo, con frecuencia varios cronistas hicieron
referencia a otros pueblos, provincias o territorios comarcanos a los cuales
los hispanos conquistaron con el apoyo del grupo Chachapoya. Prácticamente la
historia de los Luya y Chillao, como también de los otros grupos humanos de Amazonas
fue silenciada y oscurecida casi por completo. Es probable que los incas y los
propios Chachapoya hayan desinformado a los españoles, de ahí que varios
cronistas sin conocer la verdadera historia y el territorio de Amazonas, solo
difundieron la presencia de los Chachapoya.
Marcos Jiménez de la Espada trae
datos sobre los enfrentamientos entre los chillao y los españoles apoyados por
indios amigos. Alonso de Alvarado, después de aliarse con los chachapoya de
Cochabamba avanzó con estos hacia las tierras norteñas de «Longia», es decir
Lonya y «Xunbia» o sea Jumbilla y posteriormente a otra provincia llamada
Chillao, cuyos pobladores se habían revelado contra la presencia española y sus
aliados, bajo el mando de Guayamil. Finalmente, este rebelde fue apresado y
muerto (Jiménez de la Espada 1881: 160, 161, 162, 163).
El año 1558, tan solo a dos
décadas y media del ingreso de los españoles al territorio de Amazonas, el
arzobispo de Lima Toribio Alfonso de Mogrovejo cita la doctrina de los chillao,
cuyo territorio visitó para compulsar la situación del tributo indígena, pues
anotó puntualmente la existencia de 320 tributarios nativos que debían de pagar
400 pesos de plata ensayada. Encuentra a los pueblos Chillao que son Yamor
(actual Yamón), Zacata, Longuia (actual Lonya), Balchoquistancho, Cumba y
Chubazgo. En ningún momento de la visita se hace mención que estos pueblos
fuesen Chachapoya. Esto quiere decir que a las dos décadas del ingreso de los
españoles a la región de Amazonas ya Chillao , fue considerada como una
doctrina, tenía un corregidor, Gerónimo Piña Añasco, un cura, el padre
Sebastián Felipe y habían ya dos encomenderos, Isabel de Cespedes y Joan de
Fuentes; así como varias estancias en poder de los españoles Baltazar Ortiz,
Bartholomé Mendez, Cathalina Jimenez, Luis Vela, Francisco Grandez, Pedro el
sastre, a quienes debemos considerar como los primeros pobladores hispanos de
esos territorios. No se menciona los nombres de los indígenas, sino solo la del
curaca del pueblo de Zacata llamado Alonso Comeca. Este gobernante nativo
mantenía aún sus prerrogativas económicas pues tenía doce personas a su
servicio y muchas vacas, ovejas, yeguas, mulas y cabras (Mogrovejo 1920:
59-60). Como se observa por esta cita, al llegar Mogrovejo a dicha área
geográfica, encuentra que esa era la denominación que tenía y no la de
Chachapoya, pues de haberse considerado esta denominación, dicho arzobispo los
habría reconocido con ese nombre. Vemos también que tal territorio mantenía su
nombre, el cual fue respetado por los españoles y conservaron el nombre de
Chillao, españolizado como Chillaos.
Las declaraciones realizadas por
varios curacas chachapoyanos realizadas el año de 1562, en un expediente sobre
las tierras de los huancas —a solo 24 años de la fundación de la ciudad de
Chachapoyas—, aclaran los conflictos que existían entre los grupos que poblaron
el antiguo territorio hoy denominado Amazonas. Por ejemplo, el curaca Pedro
Chuquien de 60 años de edad, afirmaba que ellos salían a combatir con los
huancas para defenderse de los «indios contrarios que les daban guerras». El
indio principal Pedro Callapa, de más de 60 años de edad manifestaba que ellos
tenían guerra con otros comarcanos y él venía a Huancas a pelear con sus
indios. El curaca Jesalón dijo que: «antes que los cristianos viniesen a esta
tierra los indios Luya nos tenían guerra con estos Guancas hevenia a pelear con
ellos muchas veces he que entonces desian viejos he si le hoyo este testigo que
esta dicha hoyada e otros pedazos de tierras junto a esta chacra no se sembraba
sino antes hera paramo fuele preguntado si después de esto algunaves hoyo decir
que esta dicha hoyada se sembraba para los Yngas dixeron las dichas lenguas que
el dicho cacique decía que hoyo decir a viejos indios que ya son muertos estaba
dicha hoyada hera tierra de los guancas he que no sabemos del caso» (Expediente
3981).
Estos datos nos hacen pensar que
primero los incas conquistaron a los chachapoyas y que luego, aliados con
estos, arremetieron contra los de Luya y otros grupos más. De igual manera, los
españoles entraron en alianza con los chachapoyas para derrotar a los grupos de
Luya, Chillao y otros de más al Norte. La estrategia del español Alonso de
Alvarado fue la misma que empleó Hernán Cortez para la conquista de México,
quien se alió con los tlascaltecas y totonacas para derrotar a los aztecas. De
otro lado, las declaraciones de los curacas antes mencionados, indican que
tenían guerras con indios contrarios por cuyo motivo se habían construido una
serie de fortines o pucaras para defenderse de los indios Luya. Tales
declaraciones confirman también lo que algunos investigadores habían indicado
sobre la existencia de varias agrupaciones humanas en el territorio del hoy
departamento de Amazonas, quienes tenían, además, conflictos internos (Espinoza
Soriano 1967; Muscutt 1998; von Hagen 2002; Schjellerup 2005; Church 2006: 470;
Church y vonHagen 2008; Ruiz Estrada y Ruiz Rubio 2010; Guengerich 2014b,
2015).
Según un documento del año 1592,
publicado por el antropólogo alemán Peter Lerche sobre la probanza del linaje
de los caciques de Levanto, en el cual testifica Luis Valera quien dijo
textualmente que: «Que este gobernador fue quien le dio la provincia a Alvarado
y que después le ayudó a conquistar, Luya Chillaos…» (Lerche 1995: 111). Valera
se refiere al gobernador de Levanto don Cayo Tupac Rimachi. Esto quiere decir
que los castellanos invadieron primero a los chachapoya y enseguida
conquistaron a los Luya y Chillao con ayuda de los de Levanto que comandaba
Pedro Cayo Tupac Rimachi. Fue este cacique quien dio la provincia de
Chachapoyas a los españoles, según el documento colonial publicado por Lerche.
Chachapoyas es considerado en el texto como provincia, también Luya, Chillao y,
asimismo, los Chilchos.
El arqueólogo alemán Hans
Horkheimer en su cuadro II titulado Comparación de topónimos actuales y
antiguos, de su libro El Perú Prehispánico, publicado el año 1950,
menciona el nombre actual de la región de Luya cuyo sinónimo antiguo fue nada
menos que Chillao (Horkheimer 1950: 153). Horkheimer posiblemente debió tener
conocimiento de esta realidad al consultar documentos antiguos que lo llevaron
a señalar lo anotado, pues indica que esos sinónimos antiguos corresponden a:
«los nombres prehispánicos correspondientes en la trascripción que hacen
documentos y relaciones de los siglos XVI y XVII» (Horkheimer 1950: 152).
Es recién a mediados del siglo
XVIII, cuando el gobierno español mostró su preocupación por registrar sus
posesiones y en razón a ello, ordenó y reiteró la necesidad de que el
corregidor de la provincia de Luya procediese a realizar una información
puntual de esa provincia. Existe un documento firmado por el virrey Conde
Superunda (Expediente 2000) de fecha 28 de setiembre de 1756, en el cual
solicita «un puntual mapa y descripción geográfica» que ya se había solicitado mediante
cédula del 2 de setiembre de 1751, reiterado por otra cédula de fecha 15 de
julio de 1755.
Debió ser entonces, como producto
de estas cédulas, que recién el año 1762 se dio cumplimiento a dicha
preocupación, pese a que dicho territorio ya había sido reconocido como un
corregimiento sobre la base de los pueblos de la parte alta y baja de Luya, que
allí habitaban, separado de los chachapoya y de las otras agrupaciones humanas.
Fue en este año que se dio a conocer la Descripción de la Provincia de Luya
y Chillao cuyo autor fue el comisionado Juan Pérez de Astoas. Según esta
descripción, se dice que su situación es casi esférica y que por la parte
oriental linda con la provincia de Chachapoyas, por la occidental con la
gobernación de Jaén de Bracamoros; por el septentrión con la de Cajamarca y por
el mediodía con las cabeceras de Lamas, Santa María y montañas que caen al gran
Pará y misiones de los padres de la Compañía. Habitaban dicho territorio
«aquellos naturales criados y nacidos en ella» y que: «El idioma general assi
en los hombres como en las mujeres es el Yndico» (Pérez de Astoas 1996[1762]).
Dicho idioma era el quechua que aún persistía en esos tiempos. Ningún documento
de la época colonial identifica a los de Luya y Chillao como Chachapoya.
Sus pueblos antiguos se
distribuían en dos sectores y el primero ocupaba la parte altoandina de la
antigua provincia de Luya que comprendía los territorios de la moderna
provincia de Luya, con todos sus distritos y pueblos actuales. Era de
temperamento frío. Los centros arqueológicos localizados en dicho territorio se
encuentran entre la margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del
río Marañón. Y, actualmente son considerados como los más atractivos,
promocionados y visitados de la región de Amazonas. Entre ellos figuran los
sitios de Kuélap, Karajía y Revash por ejemplo. De acuerdo a la gran cantidad
de asentamientos arqueológicos existentes en dicho territorio debió ser uno de
los más poderosos curacazgos antes de la invasión castellana. Hoy configuran los
distritos de Luya, Lamud, Paclas, Olto,Trita, Luya Viejo, Coechan, Lonya Chico,
Santa Catalina (o Jacapatos), Inguilpata, Colcamar, Tingo, Longuita, Shundur
(hoy María), Lopecancha, Santo Tomás y Yeso. En tiempo coloniales formó un
corregimiento junto con los Chillaos y uno de sus primeros corregidores fue
Francisco Negrillo (Pérez de Astoas 1996[1762]).
El otro sector, según la
descripción citada, al que se lo denominaba Chillao, estaba localizado en los
territorios de la actual provincia de Utcubamba (Bagua Grande) y parte de
Bagua, Yomblón, Cocabamba, Providencia, Collonce, Ocallí, Camporredondo, Lonya
Grande, Yamón, Cumba y Jamalca. De acuerdo a las descripciones de tiempos
coloniales e incluso republicanos se lo reconoce como un territorio de clima
caliente, los cuales proveían tabaco, coca, algodón, cacao y muchas frutas de
la tierra.
En resumen, tal documento aclara
la denominación que tenía la parte baja, esto es, la de los Chillao de tierra
caliente y la parte alta, y la de los Luya de temperamento frío. El matemático
y cosmógrafo español Cosme Bueno redactó un informe publicado en 1764 sobre las
provincias del virreinato del Perú, en el cual incluyó una descripción de la
provincia de Luyaychillaos y que al igual con las provincias de Cajamarquilla y
Collay, además de Chachapoyas integraban en esa época el obispado de Trujillo
(Bueno 1951[1764]: 290).
El año 1786 el Diccionario
Geográfico Histórico de las Indias Occidentales publicado por Antonio
Alcedo, define brevemente a los Chillaos como un pueblo perteneciente a la
provincia y corregimiento de ese nombre y lo caracteriza como de temperamento
cálido, donde, debido a ese clima, se produce tabaco y almendras. Más
exactamente Alcedo precisa que «Chillaos, Pueblo de la provincia y
Corregimiento de este nombre en el Perú; es de temperamento cálido, produce
algún tabaco y almendras.» (Alcedo, 1786: 521).
Peter Lerche comentando sobre el
líder nativo Chuqui Sota de quien pensamos que procedía del territorio de Luya,
advierte que sus enfrentamientos bélicos con los ejércitos de Tupac Yupanqui
«fue ignorada a propósito por el levantino Valera, o era por desconocimiento.
Probablemente consideraba Valera los grupos étnicos al oeste del río Utcubamba
distintos por su macro organización» (Lerche 1995: 55) y añade «Después de la
integración de los grupos étnicos chachapoya en el Estado Inca, esta provincia
nunca fue fácil de dominarla» (Lerche 1995: 56).
Un mapa publicado por Inge
Schjellerup del año 1793 señala la localización del Partido de Chillaos
(Schjellerup 2005: 40). Allí se observa que dicho partido se emplaza entre la
margen izquierda del río Utcubamba y la margen derecha del río Marañón y,
además, se indica con el número 25 al pueblo de Luya como capital de los
chillao.
En el diccionario elaborado por
German Stiglich en las primeras décadas del siglo XX se consigna el topónimo
Chillao y que este refería a una denominación hecha en tiempos antiguos a los
habitantes de una sección de la actual provincia de Luya, que estaban
localizados al occidente de la divisoria del Utcubamba Marañón. La propia cita
aclara lo afirmado cuando el mencionado diccionario dice que Chillao era la
«Designación que se hacía antiguamente de los habitantes que pertenecían a una
sección de la hoy provincia de Luya. Era lo que quedaban al W de la divisoria
Utucbamba Marañón» (Stiglich 1922: 375).
Alfredo Torero al estudiar las
lenguas del nororiente peruano hace mención que los Chillao conformaban una
gran entidad étnica o política que se localizaba en los territorios altoandinos
entre la cuenca del río Marañón y del Utcubamba. Lo afirma claramente cuando
cita que los Chillaos corresponde al «nombre de una gran entidad étnica o
política cuyo territorio es situado por otros documentos en las serranías que
separan la cuenca del Marañón de la del Utcubamba» (Torero 1993: 461). Esta
versión encaja con la ubicación del suelo ocupado en tiempos prehispánicos por
los chillao, lo cual se confirma con la mención que hizo el arzobispo de Lima
Toribio de Mogrovejo en el año de 1598, de varios pueblos como Yamón y Zacata,
a los cuales llegó en una visita pastoral a la región de los Chillao (Mogrovejo
1920).
Otro dato que nos trae Inge
Schjellerup cuando comenta al cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, es el que
durante los enfrentamientos entre Huáscar y Atahualpa para definir el poder del
Imperio Inca, fue Huáscar quien contó con el apoyo de 10,000 guerreros chillao
(Schjellerup 2005: 71). Si esto fue así, entendemos que dicho grupo tenía una
importante potencia militar, pues al igual que los chachapoya, fue el otro
sector humano que apoyó a Huascar.
El historiador peruano Jorge
Zevallos Quiñones considera a los luya y chillao como una nación que poseía
territorios muy extensos, localizados entre Lámud y Luya con numerosos pueblos.
Zevallos opinaba que la conquista incaica de sus territorios habría quedado
trunca. Posteriormente, en tiempos coloniales, los españoles en vista de la
extensión que tenía, se vieron obligados a crear un corregimiento, el de Luya y
Chillao, similar a los otros corregimientos organizados en la zona (Zevallos
Quiñones 1987).
Alfredo Narváez, arqueólogo que
condujo varias temporadas de trabajo en el complejo arqueológico de Kuélap ha
destacado la gran importancia del lugar, por cuya razón opinó en un primer
momento que: «Los muros colosales que rodean a la ciudadela enfatizan su
carácter militar y estratégico y lo ubican como posible capital política del
reino de los Chillaos, uno de los más importantes grupos políticos de esta
área, conocido comúnmente como el territorio de la cultura de los Chachapoyas
en los Andes nor orientales del Perú» (Narváez 2004: 28). Posteriormente,
después de varias temporadas de trabajo, anunció que Kuélap fue la capital
política del reino Chachapoya (Narváez 2013: 131).
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1756 José
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INC Departamental Amazonas, Boletín 77. Chachapoyas.
[1]
La presente investigación etnohistórica pertenece al Dr. Arturo Ruiz Estrada y
ha sido extraído del artículo académico: Deslindes étnicos en la historia de
Amazonas, Perú. Publicado en el Boletín de Arqueología PUCP. Número 23. Año
2017. El título es mio. Artículo completo en:
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