viernes, 22 de mayo de 2009

EXPLORANDO LUYA VIII
KUELAP: EL ÚLTIMO BASTIÓN DE LOS GUERREROS LUYA Y CHILLAOS


Con la visita a Kuelap coronábamos nuestras exploraciones, debido a la importancia cultural que significaba en el recorrido por la Provincia de Luya. El carro vino a recogernos de nuestro hotel y el chofer nos comunicó que serían 3 horas de viaje para arribar a nuestro destino. Previstos de nuestros equipos y mochilas enrumbamos hacia Kuelap. Tomamos la carretera que nos conduce a Caclic y luego la carretera afirmada que nos trasladará al distrito luyano de El Tingo. Desde el cruce de Caclic, nos empezó a “acompañar” en nuestro recorrido el río Utcubamba.

Mientras avanzábamos, observábamos y registrábamos el hermoso valle del Utcubamba. La presencia de chacras con sembríos de chirimoyas, plátanos, maíz, paltas, frijoles, papayas, naranjas, limas, limones, etc y la presencia ganado vacuno nos indican el alto potencial agropecuario que guardan estas tierras para el desarrollo de la región. El potencial no solamente se circunscribía al aspecto agropecuario, sino también el hermoso paisaje rodeado de árboles diversos, quebradas, restos arqueológicos, flores, cataratas y el río Utcubamba; hacen del lugar un espacio especial para desarrollar el turismo ecológico y de aventura.

EL RÍO UTCUBAMBA ES LA PRINCIPAL CUENCA DONDE SE
DESARROLLAN LOS PUEBLOS DE LA REGIÓN AMAZONAS Y DONDE SE
ENCUENTRAN LOS MANIFIESTOS CULTURALES DE LOS LUYA Y CHILLAOS


Llegando al Distrito de El Tingo, dejamos el Utcubamba y subimos hacia el poblado de El Nuevo Tingo. Desde esta ruta apreciamos imponentes construcciones prehispánicas que corresponden al sitio de “Macro”. Estas construcciones elaborados de piedra, consisten en un conjunto de recintos semicirculares a manera de grandes torreones o miradores que posiblemente tuvieron la función de defensa o área ritual donde los antiguos pobladores rendían culto a sus dioses y antepasados.

Dejamos El Nuevo Tingo y empezamos a recorrer uno de los tramos viales más peligrosos de nuestro viaje. En un recorrido aproximado de 3 kilómetros recorrimos un profundo abismo de 500 metros de profundidad que ponía de punta nuestros nervios, cada vez que sacábamos la cabeza por las ventanas para tener una mejor vista y registrar el panorama ecológico que rodea estas montañas.
Pasando este tramo arribamos a “Choctamal”, un poblado perteneciente al Distrito de Longuita, donde observamos que las casas están pintadas de colores blanco y rojo; y adornados de rombos, simbologías que se muestran en Kuelap. A medida que avanzábamos por este pueblo observamos el humo que emanaba de las casas productos de la elaboración del desayuno en las “tushpas”, mientras que los perros nos seguían ladrando tras nuestro vehículo.

El próximo pueblo que nos esperaba era “Lónguita”, capital del distrito luyano del mismo nombre. Al igual que el anterior poblado, las casas presentan los mismos colores adornado con el mismo símbolo: el rombo. Hicimos una parada y conversando con los pobladores nos mencionaron que en este pueblo se celebran las festividades patronales de San Miguel y San Francisco, del 4 al 10 de octubre. En los territorios de este distrito se encuentra la laguna de “Cucha Cuella”, un espacio ecológico sagrado donde acudían los antiguos Luya y Chillaos; y actualmente concurren los chamanes locales para realizar sus curaciones.

PUEBLO DE MARÍA, ENCLAVADO EN PLENA MONTAÑA. EN ESTE
LUGAR SE ESTÁ PONIENDO EN VALOR DIVERSOS COSTUMBRES TRADICIONALES
QUE TIENEN QUE VER CON EL ASPECTO PRODUCTIVO

Dejamos “Longuita” e ingresamos al Distrito de María, donde resaltan sus restaurantes y casas hospedaje en razón a su cercanía a Kuelap. Es un distrito que de a pocos se esta insertando al turismo, a pesar de que no existe un plan estratégico de desarrollo sostenible de esta actividad. Nos comentan los pobladores que en el distrito se han implementado proyectos productivos relacionados con la puesta en valor de las artesanías y los productos lácteos.

Cabe anotar que estos tres últimos pueblos recorridos están ubicadas en lo alto de una montaña, y advertimos que se están implementando diversos hoteles y casas alojamiento para recibir a los pocos turistas que visitan Kuelap; pero lo que nos comentaron los pobladores, es el problema que los turistas no hacen uso de los alojamientos, ni restaurantes debido a que las agencias de viaje centralizadas en la ciudad de Chachapoyas, transportan directamente entre Chachapoyas y Kuelap (y viceversa) a sus turistas. Esta situación conlleva a que no se hagan uso los servicios que se brinda en estos pueblos, y obviamente no existe el desarrollo local y rural de un turismo sostenible que vaya a favor de los pobladores.

Dejamos María, un hermoso pueblo enclavado en plena montaña, y seguimos recorriendo nuestra ruta a Kuelap. Muy cerca de nuestro destino, paramos en una casa campestre para mojarnos la cabeza con agua. Salió una señora y le pedimos que nos elaborara almuerzo a base de productos locales, la señora aceptó cocinar y nos mencionó que a nuestro regreso de Kuelap estarían listos los potajes kuelapenses. Continuamos y llegamos a un paradero campestre donde los vehículos dejan a los visitantes y turistas, para que éstos continúen caminando hacia Kuelap. Bajamos en nuestro último paradero, y el chofer de nuestro vehículo nos mencionó que nos esperaría en la casa campestre donde cocinarían nuestro almuerzo.

CAMINO DE HERRADURA QUE NOS CONDUCE A KUELAP.
PRECISOS MOMENTOS EN QUE NOS ACOMPAÑA UN NIÑO GUÍA PARA
CONDUCIRNOS A NUESTRO DESTINO

Preparamos nuestras mochilas, equipos fílmicos y fotográficos e iniciamos una caminata de 30 minutos aproximadamente, tiempo que nos permitirá arribar a Kuelap. El camino de herradura nos conducirá al cerro “La Barreta”, lugar donde esta nuestro destino. Subimos por un camino empedrado acompañado de un intenso y sofocante sol, y observamos las impresionantes montañas y espesa vegetación que caracteriza a esta área ecológica. En el trayecto existen lugares de descanso que consistía en pequeñas chozas elaboradas a base de paja y banquetas construidas de maguey. Diversos letreros nos indicaban la cercanía de Kuelap.

A medida que avanzábamos, observábamos atónitos, construcciones amuralladas de piedra cubierta de plantas y montes, que posiblemente fue un proyecto arquitectónico de continuación del Complejo Kuelap y que por motivos de conflictos con los invasores Incas, se trunco dicho proyecto. Si se hubiese logrado terminar dicho proyecto, Kuelap habría sido un complejo arquitectónico impresionante, muy superior de lo que actualmente se observa.

El camino empedrado se va tornando más espectacular en razón a que nos van rodeando pequeños árboles de diversas especies, cubiertos de vegetación enana como arbustos, zarzamoras, helechos, guarangos, huicundos y diversas especies de flores. Mientras apreciábamos esta hermosa vegetación y olíamos en el viento la presencia de los zorrillos, apareció titánicamente a nuestros ojos la impresionante muralla de piedra del lado sur de la Fortaleza de Kuelap.

Apresuramos el paso hacia esta estructura y logramos situarnos en la parte baja de la misma, donde nos sentimos minúsculos ante colosal estructura. Las piedras han sido talladas de manera tal que todas encajaban perfectamente para levantarse en una sólida muralla que despierta la admiración de todo el equipo humano que nos acompaña.

IMPRESIONATE ARQUITECTURA AMURALLADA QUE SE AVISTA
CUANDO INGRESAMOS A LUGAR ARQUEOLÓGICO DE KUELAP

Recorrimos por fuera la gran muralla hacia la entrada principal, orientada de norte a sur que aproximadamente tiene 584 metros de largo y 120 metros de ancho. Observando a los alrededores, vimos la extraordinaria vegetación que rodea a Kuelap, propia de ceja de selva. Llegando a la entrada principal, constatamos la existencia de un profundo pasadizo amurallado que comunica con el interior de la fortaleza.

Mientras que se va avanzando, el camino se estrecha hasta permitir el acceso de una sola persona y con la cabeza agachada. Este acceso estratégico responde al hecho de que constantes conflictos, conllevo a los Luya y Chillaos construir el ingreso de esta manera para poder dominar fácilmente al enemigo. La monumentabilidad de este sector se rompe y minimiza debido a que actualmente se ha construido un acceso escalonado a base de fieros y manera tallada que no esta acorde con la arquitectura pétrea tradicional que caracteriza a Kuelap.

Luego de observar y registrar lo correspondiente al acceso principal, nos dirigimos a una de las casetas habilitadas por el Instituto Nacional de Cultura (INC) donde pagamos el derecho de ingreso y recibimos alguna información relacionada con el complejo arqueológico. Debidamente acreditados y con boletos en mano, nos dirigimos hacia un segundo acceso en la parte norte de la fortaleza, y en cada paso que dábamos, nos acompañaba en todo momento la extraordinaria muralla que perimetralmente encierra en su interior diversos recintos y símbolos que guardan los manifiestos mágico-religiosos de los Luya y Chillaos.

En este sector, uno de los trabajadores del INC nos pidió los boletos respectivos para poder ingresar. Ya en el pasadizo pétreo, observamos que todavía se conservan los elementos arquitectónicos tradicionales, tal es así que el camino de ingreso esta constituido por rocas sólidas que han sido habilitadas magistralmente por los antiguos pobladores. Al igual que el acceso principal, el ingreso solo lo puede realizar una persona. Una vez en el interior de Kuelap lo primero que observamos son diversos recintos pétreos rodeados por grandes árboles, cuyas raíces van ganando terreno sobre las escasas estructuras que todavía se mantienen en pie.

PORTADA O INGRESO PRINCIPAL A KUELAP. FUE CONSTRUIDO POR
LOS LUYA Y CHILLAOS, TENIENDO EN CUENTA CONOCIMIENTOS
ESTRATÉGICOS DE GUERRA

El interior de la fortaleza está dividido en dos partes: pueblo alto y pueblo bajo. En estos dos espacios existen aproximadamente 450 estructuras distribuidas en diversos niveles, de las cuales 4 son de planta rectangular, 1 de planta cuadrangular y el resto son recintos circulares. Decidimos recorrer y registrar, empezando por la parte norte en el pueblo alto, para ello nos dirigimos a una estructura conocida como “El Torreón” de 7 metros de altura, desde donde se tiene una vista espectacular de la ecología y pueblos que rodean a Kuelap. Este lugar posiblemente constituyó un lugar de vigilancia para defender Kuelap y/o también un lugar desde donde los kuelapenses se comunicaban con diversas señales de humo.

Continuando con el recorrido llegamos al sector conocido como “El Castillo”, una estructura compuesta por tres plataformas pétreas superpuestas, desde donde los líderes guerreros o religiosos arengaban y evocaban discursos a sus seguidores, dependiendo de las épocas de guerra o tiempos de paz y religiosos. Siguiendo en el pueblo alto, accedimos a un recinto muy importante donde observamos que a lo largo de su pared rocosa se habían construido símbolos romboidales. El rombo era un símbolo que estilísticamente representaba a deidades, para algunos investigadores representan los ojos de la serpiente o felino, mientras que para otros es el cuerpo del caimán. La presencia de esta simbología en este recinto nos indica que fue habitada por un personaje principal de la cultura Luya y Chillaos, pudiendo ser un gran sacerdote, líder político o guerrero.

Terminado nuestro recorrido en el pueblo alto, descendimos al pueblo bajo, donde esta la mayor cantidad de recintos arquitectónicos. Lo primero que resalta es la presencia de una gran muralla que divide a ambos pueblos con una altura aproximada de 30 metros. Esta colosal muralla está adornada de bromelias y helechos, dándole un valor agregado a las piedras calizas artísticamente moldeadas por los Luya y Chillaos.

SIMBOLOGÍAS ROMBOIDALES PRESENTES EN LOS MUROS
KUELAPENSES, MUCHOS DE ELLOS CARGADOS CON PROFUNDOS
CONOCIMIENTOS MÁGICO-RELIGIOSOS

Explorando los recintos nos topamos con dos de ellos bastante particulares. Ambos eran contiguos y presentaban simbologías. Uno de los recintos presentaba los símbolos romboidales descritos anteriormente y el otro presentaba símbolos en forma de zig-zag. Según los investigadores, este símbolo corresponde a la deidad principal de los pobladores prehispánicos que era la serpiente. Su forma zigzagueante, estilísticamente correspondería al cuerpo de una serpiente o en todo caso era un símbolo pluviomágico; es decir, un símbolo que tenía la capacidad de hacer llover para favorecer a la agricultura. Estos aspectos son importantes para entender los conocimientos kuelapenses, debido a que están relacionados con el aspecto mágico y el folklore religioso de los antiguos pobladores prehispánicos que habitaron este monumento nacional.

Continuando el itinerario, logramos divisar el tercer acceso, otro pasadizo que conduce a un precipicio ubicado en la parte posterior de la entrada principal. Es decir, es un acceso falso que estratégicamente ubicado, conducía a los invasores hacia un acantilado profundo donde caían pesadamente provocándoles la muerte instantánea.

Recorrido este sector llegamos a la parte central de Kuelap donde trabajos arqueológicos están reconstruyendo algunos recintos arquitectónicos. En esta parte observamos una reconstrucción donde se ha construido una réplica de una habitación kuelapense. Sobre la base de un recinto prehispánico, adornados de símbolos romboidales y protegido de aleros construidos de piedra para protegerlos de la lluvia, se reconstruyó a base de piedras y barro una habitación circular cubierta con techo de paja. Para acceder a esta habitación se hace por una puerta y en el interior se observa que no existen ventanas.

En otros recintos que están reconstruyéndose pudimos observar la presencia de cocinas de piedras, algunas canaletas por donde corría el agua o criaban cuyes, batanes de piedra para moler granos, destacándose en el interior de ellas hoyos subterráneos construidos a base de piedra donde posiblemente se almacenaba granos o grandes cantaros de chicha, o como se ha descubierto actualmente se depositaban a los muertos debido a la presencia de restos óseos encontrados. Desde la ubicación de estos recintos podemos apreciar el imponente pasadizo principal y los turistas que lo recorren, como también la vegetación y el poblado de Kuelap que están al frente de la Fortaleza de Kuelap.

PARTE CENTRAL DE KUELAP DONDE SE DESTACA LA
RECONSTRUCCIÓN DE UNA HABITACIÓN CIRCULAR Y OTROS RECINTOS.
OBSERVESE LA VEGETACIÓN QUE RODÉA A LA ARQUITECTURA


Recorriendo el camino que nos conduce al sector sur nos acercamos a otro de los recintos principales: el “Tintero”. Construido en forma de cono invertido, se eleva en una cima con sus 5.5 metros y un diámetro de 13.7 metros. Subiendo y en la parte alta-central, existe una entrada circular que nos conduce a una cámara botelliforme de 5 metros de profundidad. Esta cámara podría haber sido un sitio de castigo o en todo caso un espacio ceremonial donde se depositaba a los cuerpos momificados de los personajes principales.

En las rocas de esta estructura observamos la presencia de seres antropomorfos y zoomorfos, labrados magistralmente y destacándose un rostro con todas las características faciales de una persona. En todos estos elementos descritos radica la importancia de un manifiesto mágico-religioso que se pragmatiza actualmente en los símbolos y otros elementos observados en Kuelap.

El último recorrido consistió en tomar la salida por el pasadizo de la portada principal y descubrir en sus murallas símbolos antropomorfos y zoomorfos. Se observo labrada en las piedras la presencia de dos figuras serpentiformes simétricamente plasmadas, que indicaban el culto a las serpientes. También se distinguió un motivo que representaba a un mamífero, con la cabeza de un pájaro por el pico que se notaba claramente y al otro lado de la muralla se pudo distinguir máscaras o rostros humanos. Todos estos labrados simbólicos, concentran profundos conocimientos mágicos y de folklore religioso que practicaban los antiguos pobladores kuelapenses. Desde la portada de Kuelap se puede observar el esplendoroso panorama ecológico de la cuenca del Utcubamba, donde se destacan sus montañas cubiertas de vegetación.

MOTIVOS SERPENTIFORMES QUE INDICAN EL CULTO A LAS
SERPIENTES. MANIFIESTOS DEL FOLKLORE MÁGICO-RELIGIOSO DE
LOS ANTIGUOS LUYA Y CHILLAOS

Una vez fuera de la fortaleza de Kuelap apresuramos el paso de regreso, pero no podíamos salir de la sensación de admiración que teníamos por los Luya y Chillaos, por haber construido esta imponente estructura arquitectónica que poco a poco iba desapareciendo de nuestras vista a medida que avanzábamos. Llegamos al paradero de vehículos y todavía eran visibles las colosales estructuras de Kuelap. Ahora nuestro destino era la casa campestre para disfrutar de un almuerzo que nos había preparado las personas del lugar.

Llegando al lugar, muy cerca de la fortaleza, encontramos a nuestro chofer almorzando. Nos distribuimos alrededor de la mesa y empezamos a disfrutar los potajes elaborados a base de gallina de corral, frijoles, paltas, papas, etc. Después de compartir este rico almuerzo con esta familia campesina emprendimos nuestro viaje de regreso a Luya. Por motivos de problemas en la carretera hacia Luya, debido a las constantes lluvias, tuvimos que trasladarnos a la ciudad de Chachapoyas y reposar en esta ciudad.

Al día siguiente emprendimos nuestro viaje a Luya donde aprovechamos el día para visitar lugares sagrados como el cementerio principal y el cerro de “Shuclla”, donde existen infinidad de historias en tornos a seres espirituales como sombras, almas, “shapingos”, frailes, “Purunmachos”, etc.

MUY CERCA DE KUELAP TUVIMOS LA OPORTUNIDAD DE DISFRUTAR
PLATOS TÍPICOS A BASE DE PRODUCTOS LOCALES, MUESTRA DEL
FOLKLORE GASTRONÓMICO DE LA PROVINCIA DE LUYA

Nuestro viaje a la Provincia de Luya había terminado. Después de observar y participar directamente de los carnavales y mezclarnos con el folklore vivo que practican los pobladores, recorrer diversos espacios culturales y ecológicos imbuidos por historias, mitos y simbologías de dioses y seres sobrenaturales; nos despedimos de Luya con la convicción que hemos aprendido y conocido nuevos espacios que también tienen presencia en la cultura peruana, a pesar de la exclusión social en la que se encuentran sus pueblos.

Nuestros guías espirituales, los “Purunmachos”, antiguos hombres Luya y Chillaos siempre nos acompañaron en esta aventura de conocimientos que emprendimos y desde sus aposentos en las montañas luyanas, nos siguen guiando para que a través de este trabajo demos a conocer del potencial cultural y ecológico que esconden sus montañas y pueblos, y que más adelante el interés del Estado y el pueblo del Perú se vuelque en proyectos de desarrollo que saquen de la pobreza extrema con la que conviven sus pobladores.

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