miércoles, 3 de marzo de 2010

FEMINIZANDO LÍDERES: LA MUJER EN LA ESCENA POLÍTICA DEL PERÚ


La incorporación de la mujer en la escena política nacional es bastante reciente. Las mujeres son consideradas ciudadanas en 1955, y recién en 1956 la mujer peruana sufragó por primera vez. En este año, nueve mujeres hacen presencia en el parlamento nacional al ser elegidas por el voto popular, mujeres que provenían de las clases medias y altas de nuestra sociedad fragmentada.

Desde 1955 los derechos políticos de la mujer peruana se han ido ampliando. La participación de la mujer en la escena política nacional ha ido expresándose a través de las cuotas de género. El año 1997 marca un hito en relación a las cuotas de genero, posibilitando que las mujeres participen activamente y en una adecuada proporción, dentro de los movimientos y partidos políticos; así como a nivel de los gobiernos nacionales, regionales y locales.

Estos derechos políticos, luchados y obtenidos por la mujer peruana, todavía no son suficientes para la plena participación femenina en la política. No garantizan la presencia equitativa tanto de hombres y mujeres dentro de la escena política y la toma de decisiones, debido a que todavía la presencia de la mujer en la política es muy dispar con relación al hombre.

Para hacer efectivo la función de las cuotas y la efectiva participación de la mujer en el espacio político, se debería desarrollar políticas educativas de respeto de los derechos y ejercicio de la ciudadanía, bajo el eje de transverzalización del enfoque de género. Desde la escuela hasta la universidad se tiene que fortalecer la presencia de la mujer, para que la pobreza de ellas no sea definida por la carencia y limitada educación, por el analfabetismo o la no tenencia del documento de identidad.

En el Gráfico 01 se observa la proporción porcentual de autoridades elegidas según sexo para el periodo 2006 -2010 en los gobiernos regionales y locales. Para este periodo solo 4 mujeres fueron elegidas como alcaldesas provinciales y 46 para alcaldesas distritales. Se eligieron 2,881 regidoras a nivel provincial y distrital. No se eligió ninguna presidenta regional (accedió una mujer, Nelly Saldarriaga, a la presidencia regional de Lambayeque en reemplazo de Yehude Simon) y solo 62 mujeres son consejeras regionales.


En el siguiente gráfico se observa el ciclo de mujeres autoridades entre el anterior periodo de gobiernos regionales y municipales (2003-2006) y el periodo actual (2007-2010). En ella se observa que actualmente han disminuido las alcaldesas provinciales, distritales y presidentas regionales si es que se lo compara con el periodo gubernamental 2003-2006. También a disminuido la presencia de consejeras regionales. En este periodo gubernamental se ha tenido una mayor presencia de mujeres en los consejos regionales, si lo comparamos con el anterior periodo.



En el Congreso de la República progresivamente se ha ido elevando la cuota de participación de la mujer dentro del hemiciclo parlamentario. En el año 2006, fueron elegidas 35 congresistas que representaban un 29% de parlamentarias mujeres. Sin embargo, a junio de 2009 este número ha descendido a 33 debido a que dos congresistas fueron desaforadas (relevadas de su cargo) y una falleció. De los reemplazantes, solamente una era mujer en tanto que los dos restantes fueron varones. Entre el periodo 1995 y 2006 se han elegido un total de 96 mujeres parlamentarias. El cuadro y gráfico siguientes muestra la evolución participativa de la mujer en el parlamento nacional.





Asimismo y por primera vez en los comicios electorales del 2006 la mujer también hace su presencia a nivel de la política regional ya que 5 de ellas son elegidas para formar parte del Parlamento Andino. De los 15 representantes de nuestro país, 5 mujeres fueron elegidas (2 titulares y 3 suplentes); inclusive recientemente la parlamentaria andina peruana Rosa Marina León fue elegida como nueva presidenta del organismo.

A nivel del gobierno central una mujer tiene el cargo de Segunda Vicepresidenta del Perú (Zoila Lourdes Carmen Sandra Mendoza del Solar) y de las 17 carteras ministeriales, tres de ellas son lideradas por mujeres (Nidia Vilchez Yucra como Ministra de la Mujer y Desarrollo Social, Mercedes Aráoz Fernández como Ministra de Economía y Manuela Esperanza García Cochagne como Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo)






En una democracia, como la que vive nuestro país, es necesario que las mujeres ejerzan plenamente sus derechos ciudadanos y políticos. A través de los partidos y movimientos políticos se debe promover la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo y decisión en el interior de estas agrupaciones. En nuestro actual Estado de Derecho, se debe garantizar la participación de la mujer en la formulación y elaboración de políticas públicas que permitan el desarrollo adecuado y pleno de sus vidas, bajo enfoques de igualdad y equidad.

Los partidos y movimientos políticos deben adoptar un conjunto de principios y mecanismos para favorecer y garantizar la equidad participativa dentro del escenario político, aunque hay muchas organizaciones políticas que todavía “discriminan” la participación femenina en la composición, listas electorales y ubicación de las mujeres en las mismas. Según la RENIEC de los 976,102 militantes afiliados/as a organizaciones políticas, 453,122 son militantes mujeres.




Desde el Estado se debe desarrollar capacidades y apoyar a personas para que lideren sus grupos y pueblos. El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social por ejemplo es el ente que trabaja con mujeres dirigentas populares, que lideran y gestionan programas como los comedores populares, vaso de leche o administrando responsablemente los recursos económicos de los Núcleos Ejecutores. Esta es una experiencia favorable para la participación femenina en la política popular.

Este es el ministerio que a través de sus planes nacionales deben seguir fortaleciendo, promoviendo, valorando y reconociendo el papel de las mujeres líderes urbanas y rurales. A nuestras mujeres líderes se debe capacitatrles en temas relacionadas con liderazgo para el fortalecimiento de la gestión social y espacios de participación ciudadana, gestión administrativa. En temas que implique y fortalezca la participación de la mujer peruana en la escena política y en las dirigencias de las organizaciones sociales de base.

Las mujeres peruanas están teniendo un masivo protagonismo participativo en las organizaciones de base y en los comités de gestión y vigilancia de los programas sociales. Asimismo defienden la democracia y el respeto a los derechos ciudadanos. Existen liderezas y dirigentes campesinas e indígenas, empresarias líderes con visión de desarrollo, madres líderes de urbanizaciones y barrios que luchan arduamente para sacar adelante a sus familias, a su comunidad, a su país.

A nivel de Lima Metropolitana, las mujeres participan dirigencialmente en los 3,548 comedores populares y a nivel nacional participan en los 8,661 comedores populares beneficiando a 483,443 personas. Las mujeres a través de los comedores buscan mejorar las condiciones de acceso a la alimentación de personas con bajos recursos, constituyéndose los comedores en agentes de cambio, con carácter comunitario, desempeño dinámico y desarrollo organizacional.

El papel de la mujer como líder popular es de vital importancia para el desarrollo de los pueblos. Las mujeres necesitan espacios de liderazgo y decisión para seguir mejorando la seguridad alimentaria en el país, para emprender negocios rurales, para participar activamente y en mayor número en el quehacer político de la nación. Se debe superar las 35,945 candidatas registradas en las elecciones 2006 para los gobiernos regionales y locales. Necesitamos de más mujeres líderes profesionales, sociales, sindicales y militantes partidarias.

Para fortalecer el liderazgo y la dirigencia femenina hay que seguir avanzando en el cumplimiento del tercer objetivo del milenio que es promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer y fortaleciendo el lineamiento 5 del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006-2010 (“Garantizar el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos de las mujeres y el acceso equitativo a instancias de poder y toma de decisiones”).

Para mantener el crecimiento y desarrollo del Perú, es de suma necesidad fortalecer procesos de liderazgo entre las personas e instituciones, entre hombres y mujeres, entre organizaciones rurales y urbanas. Solo así sostendremos a este nuestro país plural y democrático que estamos construyendo y fortaleciendo. Necesitamos de mujeres lideres políticas y dirigenciales con capacidad y cultura emprendedora, que solucionen los problemas, generando y aprovechando oportunidades. Nuestro país en si es una gran oportunidad. Somos uno de los países más competitivos y con diversas potencialidades de Latinoamericana que necesita de hombres y mujeres, jóvenes y adultos que lideren nuestro crecimiento económico y desarrollo humano.

En el marco de la descentralización, donde los mayores recursos presupuestarios son administrados por los gobiernos subnacionales, necesitamos fortalecer una sociedad civil organizada y activa, preparada para vigilar la acción del Estado a nivel regional y local, donde participe activamente la mujer en los procesos de decisión y liderazgo. Una sociedad civil participativa e involucrada para asegurar la gobernabilidad y fortalecer la democracia.

Hay que promover la mayor participación de las mujeres en los espacios descentralizados de representación política, gestión pública y toma de decisiones; respetando y valorando su cultura política, nivel de información, nivel educativo, idioma y cultura. Los programas sociales, son una oportunidad para fortalecer la participación dirigencial de la mujer en los procesos de vigilancia ciudadana, transparencia de los programas sociales, participación en los comités de gestión, etc.

La historia del país nos muestra que la participación femenina se ha desarrollado principalmente en espacios e instancias donde la pobreza tiene sus raíces. Su rol primordial dentro de los vasos de leche, comedores populares, clubes de madres, etc las ha convertido muchas veces en mujeres que luchan para la sobrevivencia de los más pobres, cumpliendo labores de interlocutoras entre el Estado y la sociedad civil, canalizando las quejas y demandas, no solamente de las mujeres sino de las personas más pobres que hacen uso de los programas sociales.

Esta labor a muchas las encumbró a ser líderes y dirigentes de sus organizaciones, cobrando vital importancia política organizacional para que se cumplan las demandas requeridas, este es el caso de la dirigente popular Mariaelena Moyano. Todavía falta promover y fortalecer ese paso de la mujer dirigente a la mujer autoridad que toma decisiones.

Durante muchos años la representación femenina y la lucha por la equidad del género fue particularmente un asunto relacionado con las mujeres de los sectores de clase media y alta de los sectores urbanos, actualmente la representación femenina y la lucha por sus derechos proviene de mujeres procedentes de sectores populares y de poblaciones campesinas e indígenas.

La participación de la mujer en la escena política, demanda mayores grados de participación. Es necesario equiparar el nivel de participación con la de los varones. La enseñanza y gratas experiencias de la dirigenta popular es un ejemplo evidente de que responsablemente la mujer es una buena gestora de los cambios que necesita nuestro país. Hay que elevar la cuota de participación femenina en los niveles de gobierno central y gobiernos subnacionales, para que aprovechemos el vasto potencial político de nuestra mujer peruana.

4 comentarios:

Enrique Odar Rojas dijo...

Siempre he creido y sostenido que la mujer no necesita ayuda para hacerse respetar y darse el lugar que se merece. Será que yo siempre he estado rodeado de buenas mujeres, e incluso he trabajado para una alcaldesa y, repito, la mujer no requiere de favores especiales,incluído el día de la mujer,para ser más. Ya lo es, siempre lo ha sido, a pesar de nuestra educación machista. Si lo que algunas mujeres acomplejadas e incapaces de hacerse respetar por sí mismas querían era subir en la escala social y económica, compitiendo abiertamente con los hombres, ha cometido un grave error. De resultas de esa ayudita, no pedida ciertamente por las mujeres que realmente valen, ahora tenemos mujeres públicas borrachas, ladronas, mentirosas, demagogas y con todas las taras que hasta ahora eran propias de los hombres. Mi madre, hermanas, esposa e hija, en verdad jamás necesitaron de que algun hombre las ayudara para surgir y mostrarse como grandes emprendedoras y trabajadoras. Creo que el problema está en nuestras mentes. Los que alguna vez fuimos machistas confesos y arrepentidos sabemos que la mujer siempre ha valido lo mismo que los hombres y que el respeto que obtengan tendrán que ganárselo por ellas mismas. De lo contrario lo que reciban como prebenda algun día se lo cobrarán o tendrán que devolverlo. Respecto de las frases revanchistas o fanáticas de Arriba los hombres o Arriba las mujeres, dejemos que ellos mismos se coloquen de la mejor forma posible, ya lo han logrado al hacer el amor; lo mismo sucede en la vida normal.

ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO dijo...

Gracias por tus comentarios Enrique y en realidad las mujeres siempre han estado en todos los espacios y tiempos aportando lo suyo. Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola, Muy buen aporte y te felicito Elmer. Como antropólogo que eres y tu buena preparación. Considero que eres un buen elemento para hacer que la mujer peruana se integre en pleno en conjunto con los varones, al desarrollo del Perú, de manera transparente, honesta y responsable. Saludos.
Econ. José Guillermo Yanayaco Calle
Talara - Piura - Perú

ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO dijo...

Muchas gracias José Guillermo, un abrazo a usted.