lunes, 21 de mayo de 2012

SE BUSCA EN AMAZONAS: A LAS AUTORIDADES Y SUS PROPUESTAS DE DESARROLLO


Hace un año y medio aproximadamente las autoridades regionales y municipales están “sentadas” en sus respectivas instituciones, y ya nuestros representantes del congreso, van a cumplir un año “adornando” los pasillos del hemiciclo. Hace dos años escribí una carta similar a ésta y Amazonas se ubicaba entre las 8 regiones más pobres y necesitadas del país, actualmente seguimos ubicados dentro de ese bolsón de regiones más pobres. ¿Qué se ha hecho, qué se está haciendo? Lamentablemente muy poco o casi nada.

Nuestra región no tiene un claro horizonte y más bien no se conciben adecuados enfoques con sus respectivos proyectos para el desarrollo amazonense. Con preocupación se recibe noticias desde Amazonas donde las autoridades y funcionarios regionales con su accionar, ahondan la desesperanza entre los pobladores. Los Consejeros Provinciales en la región no poseen un conocimiento pleno de su territorio y población, no conciben una gestión óptima a través de políticas y proyectos provinciales. Las municipalidades con problemas presupuestales, y lo más lamentable sus autoridades sin un conocimiento básico de gestión. Ni que decir de nuestros congresistas, dos “marionetas decorativas” que responden las presiones de su partido; más no así, las demandas y necesidades de los pueblos amazonenses que los eligieron.

En nuestro Amazonas, débilmente se discuten planes y políticas regionales, las autoridades se sumergen en discusiones bizantinas, propias de una informalidad, improvisación y falta de visión política que les caracteriza. Como es posible, que después de año y medio, no exista una visión clara de desarrollo para Amazonas. Una región (entendida ésta como construcción social), no se erige correctamente si es que vivimos sumergidos en estos avatares de desconfianza, desinformación, y lo que es peor, sin una brújula de óptima gestión política que nos indique el adecuado rumbo de la región. La falta de de una visión de desarrollo regional compartido y la limitada voluntad y disposición de la clase política local, regional y congresal ha generado en el campo social, un limitado impacto de las intervenciones, destinadas a la superación de la pobreza en los pueblos amazonenses.

Señores autoridades, no podemos seguir jugando con la esperanza de nuestros pueblos, no podemos estar “improvisando” gestiones a beneficio personal, cuando nuestras poblaciones se encuentran en extrema pobreza y excluidas de la sociedad nacional. Seguimos eligiendo una clase política “incipiente” y cargada de informalidad, que juega con las voluntades ajenas de los pueblos, haciéndonos creer un “paraíso ilusorio”, cuando nuestro Amazonas es una realidad palpable que lo hemos observado históricamente con los ojos vendados, sin rescatar sus potencialidades; y obviando, la pobreza y exclusión de sus pobladores.

Las autoridades no deben seguir viendo la pobreza, inequidad y exclusión de nuestra gente como problemas que responden únicamente a factores económicos; sino, sacar las vendas de los ojos y observar también que estos problemas responden a procesos histórico-socioculturales que ustedes, señores autoridades, no lo saben entender hasta ahora.

De allí que las nuevas propuestas políticas no deben seguir cayendo en el juego de comprender la realidad amazonense con simplismo, vinculándolo solo a los niveles del crecimiento económico y a estrategias de redistribución asistencial; sino, se debe repensar la región y sus posibilidades, forjando una unidad básica en torno a visiones compartidas y a objetivos comunes; y no a visiones, segregacionistas propios de actores políticos enajenados. Reconociendo y valorando nuestra diversidad y potencial cultural y ecológico, que muchas veces los hemos obviado olímpicamente a través de nuestra historia regional.

Amazonas ya no puede seguir esperando. Ya no puede seguir siendo una región de experimentos, donde las autoridades improvisan propuestas refundadas en una apreciación personal utopista, cerrando los ojos hacia la verdadera realidad que muestran los pueblos de la región.

Señores autoridades: el campesino o el nativo amazonense, los hombres y mujeres de los pueblos y ciudades de la región, ya están cansados de mentiras y falsas promesas, porque se dan cuenta del alto potencial que tienen en sus chacras, sus bosques, sus restos arqueológicos, sus costumbres, sus cataratas, lagunas, ríos, etc; pero chocan con la realidad al darse cuenta que sus expectativas y esperanzas se esfuman en las propuestas (o falta de ellas) simples e improvisadas de sus autoridades congresales, regionales y municipales. No podemos nuevamente “desperdiciar” la oportunidad de ser una de las regiones más desarrolladas del país. Nuestra gente, históricamente, es creadora e innovadora, y conviven de la esperanza que algún día, como nuestros antepasados, seremos “grandes guerreros”, luchando por el desarrollo amazonense.

Señores autoridades, no esfumen con sus conductas y acciones, la visión de desarrollo de nuestros pueblos. Como hace dos años, nuevamente preguntamos a las autoridades congresales, regionales y municipales, ¿han sido capaces de debatir y proponer propuestas viables, aceptables y sostenibles para nuestra región? El “modus vivendi” de la experiencia política de ustedes indica que lamentablemente NO, salvo rarísimas excepciones de algunas autoridades. Siguen actuando como hace dos años, como hace cinco años, como hace 10 años; como dicta la historia política regional de Amazonas. Sin visión sostenible del desarrollo amazonense.

Los pueblos amazonenses esperan que la oportunidad actual para su desarrollo, no se vaya de las manos. Las autoridades deben entender que cuando se empieza mal se termina mal. Esperamos que estemos equivocados y que en los próximos meses, elaboren y pongan en acción estrategias y planes de desarrollo para nuestros pueblos empobrecidos y excluidos. Los pueblos de Amazonas siguen a la expectativa de lo que ustedes hagan. Esperemos entonces que no trunquen con nuestras esperanzas y oportunidades, que ahora si lo tenemos más que nunca.

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