PANDEMIA,
CORRUPCIÓN Y MALA GESTIÓN
En Amazonas ya vamos 92 días
de cuarentena, más de tres meses acatando los protocolos sanitarios y a
pesar de eso, la pandemia ha llegado con fuerza a nuestro departamento. Si
bien, la corrupción y mala gestión, ha sido el signo característico de los
diversos gobiernos regionales que nos vienen dirigiendo los últimos 20
años; ahora se suma un enemigo invisible llamado COVID-19.
Nos dicen que nuestra región no
estuvo preparada para esta pandemia, pero yo pregunto, ¿cuándo nuestra
región estuvo preparada para estos hechos extraordinarios? Acaso todos los
años no se quema los bosques en Amazonas y todavía no podemos
controlarlos, acaso todos los años no sufrimos los derrumbes en carreteras
y todavía no lo solucionamos. Kuelap se deteriora desde hace décadas y hacemos
muy poco como gestores. Todos los años y décadas, en las Baguas se sufre por
tener agua potable o un hospital, y no le damos solución. En los bosques de
Condorcanqui por los ríos y la tierra discurre derrame de petróleo y minería
ilegal, ¿acaso ya lo solucionamos?, PUES NO.
Veamos nomas las dos últimas
gestiones regionales, la del señor José Arista y del señor Gilmer Horna.
Terminadas ellas, seguimos siendo uno de los departamentos más pobres y menos
competitivos del país, y cuya pragmática señal lo vemos en un hospital móvil
abandonado y pudriéndose, y que simboliza la política regional del señor
Arista; y una carretera Caclic-Luya -Lamud que nunca logró culminarse por la fallida gestión regional del señor Horna.
Sumamos a estas taras en la
gestión, los diversos actos de corrupción que han caracterizado a
nuestros gobiernos regionales y locales en los últimos 20 años; LOS
DIEZMOS, POR EJEMPLO. Hoy no somos ajenos a ello en el actual contexto de
emergencia que vivimos. Nuestros gobiernos
regionales anteriores, no nos
dejaron hospitales o centros de salud construidos y debidamente equipados. En
Amazonas, ahora mismo, para hacer frente a esta pandemia, hacen falta
pruebas rápidas, equipos de protección, medicinas y balones de oxígeno, pero nuestro
gobierno regional actual, lamentablemente ESTÁ PENÚLTIMO en avance de
gastos en Presupuesto COVID-19, como las anteriores gestiones regionales.
¡NADA HA CAMBIADO!
Es decir, mientras que la población
organizada en Luya, Lamud, Rodríguez de Mendoza o Bagua; a través de iniciativas
de caridad, buscan reunir dinero para arreglar una ambulancia, comprar
medicinas, acceder a pruebas rápidas, comprar oxigeno o adquirir mascarillas; nuestro
Gobierno Regional solo ha gastado el 18.8% de un presupuesto total de casi 17
millones que justamente debería ser invertida en estas demandas, y
lamentablemente, LA INCAPACIDAD DE GASTO ES PREOCUPANTE. Esto lo venimos
arrastrando desde hace muchos años, hasta devolvemos presupuesto al erario
nacional porque NO SABEMOS GASTAR.
Si sumamos a esta limitada
gestión, veremos que la corrupción va de la mano con la pandemia en nuestra
región. La Contraloría de la República hace uno días detectó deficiencias
en el expediente técnico para construcción de ambientes COVID-19 en Hospital
Lanatta Lujan, noticia lamentable que ha puesto en semáforo rojo de
la corrupción a nivel nacional, a nuestra gestión regional. Por otro lado, la
misma Contraloría ha informado que en Amazonas se ha identificado a 9 funcionarios
públicos que recibieron indebidamente canastas de alimentos a pesar
de que perciben salarios que fluctúan entre los 1.200 y 10 mil soles mensuales.
Hasta el momento, por ejemplo, se observa en la web de la Contraloría que, en
Amazonas de las 80,585 canastas familiares, 567 son todavía canastas por
comprar y 511 canastas están en riesgo.
A todas luces, la corrupción y
mala gestión, es un caldo de cultivo generacional en Amazonas que hace
más difícil enfrentar a este enemigo invisible llamado COVID-19, y lo paradójico
de esta situación, es que en Amazonas nos sumergimos en debates irracionales
e innecesarios como el hecho de recibir a los paisanos en la Plaza de Armas
de Chachapoyas. Debates que incluso tiene la participación de funcionarios
de la actual gestión, cuya preocupación debería centrarse EN HACER MÁS
EFECTIVO, por ejemplo, el gasto del Presupuesto COVID-19 en Amazonas.
Toca a nosotros los ciudadanos apoyar
a las iniciativas loables, como aquellas emprendidas por la iglesia en
nuestros pueblos de Luya, Lamud, Rodríguez de Mendoza y otros lugares. Queda apoyar
a algunas municipalidades distritales y provinciales que, con sus escasos
recursos, afrontan decididamente a esta pandemia. Apoyar y colaborar al
nuevo encargado del Comando Regional COVID-19 y Director Regional de Salud,
para mejorar los avances de gasto en el Presupuesto COVID-19.
¡No queda de otra, la ciudadanía responsable tiene que
ser más eficiente y efectiva que sus propias autoridades!
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