miércoles, 22 de abril de 2009

EXPLORANDO LUYA IV
EL ORATORIO: VISITANDO LOS DOMINIOS DEL “FRAILE SIN CABEZA”

El Oratorio (“donde oraban los antepasados”) es un espacio cultural y ecológico ubicado muy cerca de la ciudad de Luya. En esta área registramos visualmente los diversos espacios que juegan un rol preponderante en el pensamiento mágico-religioso de los pobladores de Luya. También se conoció aspectos relacionados con las actividades agrícolas que realizan los campesinos de esta zona.

Antes que su desplazamiento actual, en este espacio se ubicaba la ciudad colonial de Luya. Para llegar a este lugar tomamos un camino de herradura que corta el cerro “Shuclla”. Es un camino rodeado de pencas, pequeños árboles y arbustos, donde ocasionalmente se nos cruzan serpientes y zorrillos. Llegando a la parte más alta, empezamos a bajar hacia El Oratorio, por un lugar conocido como “El Cajón”, debido a que es un camino encajonado y peligroso. Este lugar es conocido en el folklore oral de Luya debido a que muchas de las personas refieren que han tenido encuentros sobrenaturales con el espíritu condenado del fraile sin cabeza.
VISTA PARCIAL DE “EL ORATORIO” DONDE SE UBICABA
EL PUEBLO COLONIAL DE LUYA Y DONDE ACTUALMENTE LOS
CAMPESINOS POSEEN SUS CAMPOS DE CULTIVO
Cuenta la mitología que en los tiempos coloniales, habitaba en la capilla de El Oratorio, un fraile que realizaba las misas para los pobladores indígenas y no indígenas del antiguo Luya y poblados cercanos. Un día, dicho fraile se trasladaba apresurado en su caballo a realizar una misa en un pueblo cercano. Transitando por El Cajón, una serpiente le cruza en el camino haciendo que su caballo se asuste y se pare en sus dos patas traseras, haciendo que el fraile caiga desde una altura considerable sobre el camino empedrado. El fraile murió instantáneamente debido a un fuerte golpe en la cabeza, y su posterior decapitación de la misma. Las personas del pueblo antiguo corrieron a auxiliarlo pero ya fue muy tarde, el cuerpo del fraile fue enterrado en la capilla que hasta ahora existe en El Oratorio.

Los pobladores actuales relatan la historia de don Samuel Castañeda, campesino del lugar que tuvo un encuentro cercano con el espíritu del fraile. Mencionan que don Samuel se hizo tarde en El Oratorio, y muy noche empezó a subir el sector de “El Cajón” hacia Luya, acompañado de su perro Guardián. Refieren que la carga de leña que traía sobre la espalda empezó a hacerse muy pesada y Guardián, su perro, ladrar aullidos lastimeros que estremecían a cualquier persona. Estando en medio del sector, vio hacia arriba un gran bulto en forma humana vestido por una túnica blanca con inmensos collares, sandalias y en vez de cabeza llevaba una cruz resplandeciente. Era el espíritu del fraile que se le estaba presentando a don Samuel.

El perro seguía ladrando y aullando ante la presencia del fraile, mientras que don Samuel, haciendo usos de sus pocas fuerzas, saco su coca, cal, cigarro y empezó a “chacchar” maldiciendo al espíritu que estaba muy cerca de él. Desenfundo su machete y le hizo “rechinar” sobre una piedra. Ante estos sonidos del machete y los ladridos del perro, el espíritu del fraile comenzó a huir y perderse camino abajo, dirigiéndose hacia su capilla. Don Samuel muy asustado, dejo su carga de leña, enfundó su machete y corrió junto a su perro Guardián hacia Luya para contarles a las personas sobre lo ocurrido. Otras historias mencionan que por las noches han escuchado el sonido de campanas que proceden de la capilla de El Oratorio, sabiendo que dicha capilla no cuenta con las campanas en mención, por lo que atribuyen este hecho al espíritu del fraile.


LA CAPILLA UBICADA EN “EL ORATORIO”. EN ESTE
LUGAR APARECE EL ESPÍRITU DEL FRAILE Y ES DONDE LOS POBLADORES
CELEBRAN CADA AÑO LA FUNDACIÓN DEL DISTRITO DE LUYA

En un trabajo anterior explique el objetivo que tiene contar esta mitología entre los pobladores de Luya, y esta referido al hecho que este mito o leyenda cumple un papel conservador de los productos agrícolas y animales que se encuentran en El Oratorio. Es decir, son narraciones orales que se construyen para impedir que las personas transiten por las noches por esta zona, protegiendo de esa manera las chacras y animales de posibles hurtos. A través del miedo, tratan de advertir la presencia del espíritu, así la protección de sus chacras y animales estaría asegurada.

Recorriendo El Oratorio vimos que es un área agropecuaria donde se siembra, papas, maíz, trigo, yuca, frijoles, caña de azúcar, hortalizas, algunas frutas, etc.; y también se crían ganados, ovejas y algunos animales menores. Registramos a muchos campesinos que arado en mano surcan las tierras para poder sembrarlos y otros labran la tierra con picos y lampas. A los alrededores de la capilla observamos restos del antiguo pueblo colonial, destacándose un gran salón con varios ingresos donde los antiguos terratenientes organizaban sus pomposas fiestas. El Oratorio esta rodeado por árboles de diversas especies como eucaliptos, álamos, tayos, guarangos, etc; animales como los picaflores, piuros, jilgueros, palomas, halcones, gorriones, serpientes, zorrillos, zorros, venados, etc.


PRECISOS MOMENTOS EN QUE ATRAPAMOS UNA SERPIENTE.
CONSTANTEMENTE EN “EL ORATORIO” LAS SERPIENTES CRUZAN LOS
SENDEROS POR DONDE UNO CAMINA


Regresando de El Oratorio por una trocha carrozable que se ha implementado, pudimos observar una serpiente que cruzaba el camino, la cual lo pudimos registrar. Esta serpiente intento atacarnos pero pudimos librarnos de ella. En los días de intenso sol, suelen aparecer serpientes por El Oratorio, ya que necesitan del calor para poder temperar sus cuerpos. Dejamos El Oratorio, un lugar cargado de bastante tradicionalidad mitológica. Luya nuevamente nos esperaba para iniciar una nueva travesía cultural y de aventura hacia un próximo destino. (Continúa en: Explorando Luya V)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente...pero las campanas se que fueron retiradas por un humano y hasta ahora los tiene en su casa, si es que aún no las ha vendido.

ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO dijo...

Sería bueno saber donde están esas campanas y regresarlo a su sitio original o en un museo local.