miércoles, 29 de abril de 2009

EXPLORANDO LUYA V
WUANGLIC: EXPLORANDO Y CONOCIENDO EL TEMPLO DE LA SERPIENTE

 
En esta oportunidad decidimos visitar un área arqueológica y ecológica conocida como Wuanglic. Dependiendo del recorrido que hagamos, en esta área nos podemos tomar medio día o todo el día completo, bajo una caminata intensa y bastante difícil.
 
Con un grupo de profesionales, guías y acompañantes, cargados de equipos visuales, fotográficos, almuerzos y refrigerio emprendimos nuestra caminata desde Luya hacia El Oratorio, paso obligado para ir a nuestro destino. Nos esperaban dos horas de caminata intensa para acceder a nuestro objetivo. Desde El Oratorio empezamos a bajar una suave pendiente, hasta llegar a la parte más alta de un cerro que nos conducirá a Wuanglic. Desde aquí nos esperaba una pronunciada y peligrosa pendiente que teníamos que recorrer.

WUANGLIC TIENE COMO ATRACTIVO PRINCIPAL ESTOS TINAJONES
ELABORADOS POR LOS LUYA Y CHILLAOS DONDE SE ALMACENABAN
GRANOS O SE DEPOSITABA A LAS MOMIAS
Empezamos a bajar por un camino de herradura abrupto y que por momentos se perdía en la espesura del monte. A medida que íbamos caminando, sorteábamos abismos profundos y piedras movedizas. Para no caer y rodar nos agarrábamos de los montes, ramas y pequeños árboles que encontrábamos en el camino. La ruta se nos hacía más difícil debido a que encontrábamos tramos barrosos y fangosos, producto de fuertes lluvias ocurridas días anteriores. Muchas veces sentía los chicotazos que me propiciaban las ramas con púas sobre las piernas cuando nos extraviábamos de la ruta principal, dejándome huellas y heridas sangrantes. Peor aun cuando por las lluvias, estas ramas estaban humedecidas, haciendo que nuestra ropa siempre este mojada.
No podíamos pararnos y descansar mucho tiempo, debido a que los zancudos y otros insectos se “degustaban” sobre nuestra piel, ocasionándonos moretones y granos molestosos que nos impiden caminar a plenitud. Por momentos aparecía un esplendoroso sol y por otros caía un aguacero intenso, haciendo que continuamente guardemos y usemos nuestros ponchos para lluvia. Después de caminar bajo estas condiciones arribamos cansados al lugar conocido como Plataforma Dos, desde donde empezamos a observar los grandes tinajones y el templo de la serpiente, restos arqueológicos que están asentados en esta área.
Seguimos bajando y llegamos a Plataforma Uno, lugar desde donde observamos con mayores detalles los restos arqueológicos y desde donde es posible también observar una de las caídas de agua o cataratas que rodean este espacio cultural y ecológico. El último tramo seguimos bajándolo, y llegamos a la parte más baja de la montaña que es cortada por una quebrada conocida como “Tincas”. Para acceder al otro lado de la montaña (lugar donde se encuentran nuestro destino) tenemos que cruzar esta quebrada ubicada a 120 metros de profundidad; es decir, cruzar un peligroso abismo por un camino de herradura abrupto y resbaladizo.
En esta parte del recorrido se me viene el recuerdo de un amor especial, y cual adolescente corro a ver nuestros nombres grabados en una “penquita”, realizados hace nueve años; y para grata sorpresa todavía allí estaban entrelazados en un corazón nuestros nombres, la naturaleza sabia había conservado esos grabados. Fue una grata sorpresa para mí; el cansancio por un momento desapareció y se convirtió en felicidad y lindos recuerdos.
EL TEMPLO DE LA SERPIENTE ES UN LUGAR CARGADO DE INTENSA
SACRALIDAD DONDE LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS CONCURRÍAN
PARA ADORAR A SUS ANTEPASADOS
Para llegar al otro lado de la montaña, hay que pasar por un puente de piedra sólida, depositada deliberadamente por los antiguos Luya y Chillaos. Para llegar a este puente, hay que caminar un tramo de 10 metros al borde del precipicio, ayudándonos de unos pasamanos, de los árboles y ramas que se encuentran a los alrededores. Desde este puente se obtiene una vista espectacular de las caídas de agua que se encuentran en el interior del precipicio. Una vez pasado este tramo peligroso ingresamos a observar el sitio arqueológico de Wuanglic.
 
Lo primero que percibimos al llegar es un recinto de barro construido en un farallón rocoso, a 10 metros de altura. Este recinto es conocido como el Templo de la Serpiente debido a que a ambos lados de una puerta frontal, se han elaborado dos simbologías serpentiformes que nos indicarían el culto de los antiguos hacia estos animales; más aún, estos símbolos estarían relacionados con el agua de la quebrada que corre a pocos metros del lugar o en todo caso tendrían el objetivo de hacer llover a través de la pluviomagia.
 
El carácter mágico-religioso de este templo nos indicaría que en su interior estaban depositados las momias de los principales personajes de la antigua cultura de los Luya y Chillaos. A este lugar venían los pobladores para adorar a sus guerreros o chamanes momificados. Seguimos caminando por un camino al borde del precipicio, y ante nuestra vista aparecen enormes estructuras a manera de grandes tinajones elaborados a base de barro, paja, piedras y madera.
 
Estos recintos están protegidos por una caverna natural que impide la caída de las lluvias sobre estos tinajones. Esto responde a un conocimiento previo que tenían los pobladores antiguos sobre su ecología, geomorfología y climatología de sus alrededores. Ingresando a uno de los recintos, observamos la presencia de motivos simbólicos, donde se muestran seres antropomorfos y zoomorfos confundidos en relaciones vinculantes. Hay actividades de caza, eventos religiosos donde se nota la presencia de chamanes, aspectos relacionados con la agricultura, etc. En otro de los “tinajones” existen hornacinas donde se depositaba ídolos y/o vasijas ceremoniales y utilitarias.
 
Según la mitología estos recintos son el hábitat de los “Purunmachos” o espíritus de las momias. Con el fin de no ser “cogidos” por estos espíritus, es necesario hacer previos pagos para ingresar a los “tinajones”. Nuestros guías nos mencionaban que hay que “chacchar” coca para no coger alguna enfermedad extraña, provocada por los “Purunmachos” (antepasados).
 
LA CATARATA DE WUANGLIC ESTA ASOCIADA AL HÁBITAT
DE SERES SOBRENATURALES. ESTA CATARATA ALIVIA LA FATIGA
CON SUS AGUAS DESPUÉS DE UNA INTENSA CAMINATA
La funcionalidad de estas grandes tinajas todavía no está bien definida. Existen dos hipótesis, la primera referida al hecho de que estos recintos sirvieron como grandes almacenes de granos que se traían de las chacras en épocas de cosecha. Escarbando superficialmente en el interior de los recintos, nos encontramos con restos de los posibles granos que fueron depositados para su almacenaje.
 
La otra hipótesis está referida a que estos recintos sirvieron como mausoleos colectivos donde se depositaban a las momias para su adoración y conservación. La no presencia de las momias para sustentar esta hipótesis, se debe a que cuando llegaron los españoles aplicaron su política religiosa de “extirpación de idolatrías” haciendo desaparecer por completo a las mismas, y obviamente desarticulando la fe y adoración de los Luya y Chillaos para con sus antepasados momificados.
 
Cualquiera de estas dos hipótesis podrían tener validez, más aun cuando la intención era la conservación, o de los alimentos o de sus momias. Es que el área donde se construyeron estos “tinajones”, corresponde a una inmensa caverna que impide la caída de las lluvias y por ende la acumulación de humedad. El lugar donde estábamos era bastante fresco, a pesar de que nos acompañaba una intensa lluvia que no nos mojaba por lo explicado anteriormente. En consecuencia, era un lugar estratégico y previamente conocido por los Luya y Chillaos para poder conservar sus granos o sus momias. Son destacables los conocimientos que tenían estas personas sobre diferentes aspectos de su mundo ecológico y cultural.
 
Después de recorrer esta área, nuevamente nos dirigimos hacia el puente de piedra para cruzarlo y emprender nuestra caminata hacia una de las cataratas que rodean esta ecología. Empezamos a bajar peligrosamente hacia la quebrada ayudándonos de los árboles y ramas, y llegamos al pie de la catarata que se veía imponente a nuestros ojos. La quebrada estaba cargada de bastante agua debido a las constantes lluvias. Decidimos acercarnos a la catarata para poder bañarnos a pesar de la fuerte corriente de la quebrada.
 
Bañándonos al pie de la catarata, pudimos comprobar un fuerte y constante viento que emana de la catarata debido a la caída de sus aguas. Según el imaginario mágico-religioso de las personas, estas corrientes de aire son los “soplos” que arrojan los espíritus sobrenaturales que habitan las cataratas. En estos lugares tienen su “residencia” las sirenas, los “shapingos” (diablos), el fraile o las culebras gigantes, que nos pueden “aprehender” o “dar” enfermedades raras si es que ingresamos sin realizar ningún pago o ritual previo.
 
PRECISOS MOMENTOS EN QUE NOS DISPONEMOS A BAJAR
HACIA LA CATARATA. RECORRER WUANGLIC ES INSERTANOS A OBTENER
CONOCIMIENTOS CULTURALES Y ECOLÓGICOS DIVERSOS
En este lugar acampamos y después de disfrutar de un intenso baño bajo la lluvia, decidimos almorzar. A medida que ingeríamos nuestros alimentos, los guías que nos acompañaron relataban historias sobre los espíritus naturales que protegen estos lugares. Por ejemplo nos comentaron de una gran serpiente o “solpeculebra” que protege las riquezas de los antiguos pobladores, y que por las noches se escuchan en estos precipicios el resonar de las campanas de oro que se cuelgan de las rocas atadas a pequeñas serpientes. Mencionan que a estos lugares no puedes ingresar porque puedes ser devorada por la enorme serpiente y quedar “encantado” [1] para siempre por estos lugares.
 
Por la tarde decidimos emprender la caminata de retorno hacia Luya. Nos esperaba una colosal montaña para subirla, quizás el tramo más agotador y de mayor tiempo a recorrer. Empezamos a subir tramos que tienen un ángulo de inclinación entre 45° y 60° grados, y después de dos horas de caminata entre montes y piedras resbaladizas y bajo la lluvia, llegamos a lo más alto de la montaña para alivio de todos nosotros. Descansamos y disfrutamos de las aguas de un puquial para luego emprender sosegadamente el viaje a Luya con el fin de descansar y emprender un nuevo recorrido cultural y ecológico en el próximo día. (Continúa en: Explorando Luya VI)
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[1] El “encantamiento” se refiere al hecho de que una persona se queda para siempre a habitar en esos lugares como un espíritu, buscando su posible salvación a su condena espiritual.


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