sábado, 13 de marzo de 2021

 ¿UNA NUEVA CONSTITUCIÓN EN EL PERÚ?


Estos últimos meses, en el escenario político electoral, se viene poniendo en agenda el cambio de la Constitución Política que se elaboró el año 1993, producto de un proceso dictatorial que se vivió en ese momento. Hoy mucho el tema electoral de los diferentes candidatos a la Presidencia de la República y al Congreso, están utilizando como plataforma de campaña el tema del cambio de Constitución; aunque muchos/as de estos candidatos, digámoslo, NO TIENEN UNA IDEA CLARA de que títulos, capítulos, artículos o texto completo se tendría que cambiar o reformar. Recordemos que nuestro país en su historia Republicana, ha tenido 12 constituciones, la que más duró fue la Constitución de 1860 (60 años) y la actual Constitución consta de 206 artículos, 26 capítulos y 16 disposiciones finales y transitorias, ordenados en 6 títulos.

Empezaremos diciendo que la Constitución de 1993, para esas décadas (1990 y 2000), estuvo contextualizada a su tiempo, toda vez que estábamos saliendo de una profunda crisis económica, que implicaba fortalecer el Título Económico de dicha constitución, aunque ella haya permitido que muchas de nuestras empresas estatales estratégicas, sean vendidas, por ejemplo.

Podemos decir que dicha constitución, aparecida en una dictadura, ha permitido el crecimiento económico del país a cambio de sacrificar algunos derechos sociales, ambientales y laborales. Pero los tiempos y épocas han cambiado, si bien dicha constitución ha permitido un crecimiento económico del país, de manera sostenible en los últimos 25 años; ello no ha permitido desarrollar un aspecto importante y paralelo: el desarrollo humano o el impulso social de nuestro país. Al contrario, las desigualdades y brechas sociales se han agudizado.

La pandemia que estamos viviendo, ha desnudado la profunda crisis en nuestras instituciones y sectores claves como salud y educación. El acápite Económico de la Constitución de 1993, no ha permitido que ni siquiera se pueda tener el número suficiente de Camas UCI a nivel nacional, no ha permitido la implementación de productores de oxígenos clínico, no ha facilitado la aparición y desarrollo de una clase de investigadores y científicos en nuestras universidades, que estén desarrollando una vacuna contra el COVID-19; la Constitución de 1993, no ha conllevado a mejorar nuestra clase política y funcionarios, evitando de esa manera los problemas generacionales como la corrupción y los privilegios.

Esos problemas no han logrado solucionarse desde nuestra principal herramienta jurídica: la Constitución Política de 1993. Es más, esta constitución no ha permitido tener una clase política idónea, para poder solucionar las problemáticas del país. Hoy nomás, en los últimos 15 años, vemos que los gobiernos centrales, gobiernan (valga la redundancia) en la línea de la ingobernabilidad. La experiencia última nos ha demostrado que la gobernabilidad en nuestro país, no ha sido respaldada por nuestra Constitución: hemos tenido 03 Presidentes de la República en apenas 2 meses, y 02 Congresos en 05 años.

Por tanto, es necesario hacer algunos ajustes claves y estratégicos en la Constitución Política para fortalecer la gobernabilidad, fortalecer nuestras instituciones, llevar a cabo una verdadera reforma estructural del Estado y hacer una lucha frontal contra la corrupción y los privilegios. La Constitución de 1993, está desfasada en el contexto actual que vivimos, es de suma necesidad su cambio en Títulos importantes como el TÍTULO III referido al RÉGIMEN ECONÓMICO, o el CAPÍTULO XIII, referido al SISTEMA ELECTORAL, entre otros.

Creo que esta discusión se tiene que realizar apenas logremos superar la pandemia. En estos momentos, no es necesario la discusión para el cambio de Constitución Política. En estos momentos el Estado, la Sociedad y la Empresa Privada se tienen que concentrar en hacer frente al COVID-19 y lograr adquirir la mayor cantidad de vacunas posibles, para aplicarlas a toda nuestra población peruana.

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