¿UNA NUEVA CONSTITUCIÓN EN EL PERÚ?
Empezaremos diciendo que la Constitución de
1993, para esas décadas (1990 y 2000), estuvo
contextualizada a su tiempo, toda vez que estábamos saliendo de una profunda crisis económica, que implicaba fortalecer
el Título Económico de dicha constitución, aunque ella haya permitido que
muchas de nuestras empresas estatales estratégicas, sean vendidas, por ejemplo.
Podemos decir que dicha constitución, aparecida en una dictadura, ha
permitido el crecimiento económico del país a cambio de sacrificar algunos derechos sociales, ambientales y laborales. Pero
los tiempos y épocas han cambiado, si bien dicha constitución ha permitido un crecimiento económico del país, de
manera sostenible en los últimos 25 años; ello no ha permitido desarrollar un
aspecto importante y paralelo: el
desarrollo humano o el impulso social de nuestro país. Al contrario, las desigualdades y brechas sociales se han
agudizado.
La pandemia que estamos viviendo, ha desnudado la profunda crisis en nuestras
instituciones y sectores claves como salud y educación. El acápite
Económico de la Constitución de 1993, no ha permitido que ni siquiera se pueda
tener el número suficiente de Camas UCI a nivel nacional, no ha permitido la
implementación de productores de oxígenos clínico, no ha facilitado la
aparición y desarrollo de una clase de investigadores y científicos en nuestras
universidades, que estén desarrollando una vacuna contra el COVID-19; la
Constitución de 1993, no ha conllevado a
mejorar nuestra clase política y funcionarios, evitando de esa manera los
problemas generacionales como la corrupción y los privilegios.
Esos problemas no han logrado solucionarse
desde nuestra principal herramienta
jurídica: la Constitución Política de 1993. Es más, esta constitución no ha
permitido tener una clase política idónea, para poder solucionar las
problemáticas del país. Hoy nomás, en los últimos 15 años, vemos que los
gobiernos centrales, gobiernan (valga la redundancia) en la línea de la ingobernabilidad. La experiencia última nos ha
demostrado que la gobernabilidad en nuestro país, no ha sido respaldada por
nuestra Constitución: hemos tenido 03
Presidentes de la República en apenas 2 meses, y 02 Congresos en 05 años.
Por tanto, es necesario hacer algunos ajustes claves y estratégicos en la
Constitución Política para fortalecer la gobernabilidad, fortalecer
nuestras instituciones, llevar a cabo una verdadera
reforma estructural del Estado y hacer una lucha frontal contra la corrupción y
los privilegios. La Constitución de 1993, está desfasada en el contexto
actual que vivimos, es de suma necesidad su cambio en Títulos importantes como
el TÍTULO III referido al RÉGIMEN
ECONÓMICO, o el CAPÍTULO XIII, referido al SISTEMA ELECTORAL, entre otros.
Creo que esta discusión se tiene que realizar apenas logremos superar la pandemia. En
estos momentos, no es necesario la discusión para el cambio de Constitución
Política. En estos momentos el Estado, la Sociedad y la Empresa Privada se tienen que concentrar en hacer frente al
COVID-19 y lograr adquirir la mayor cantidad de vacunas posibles, para aplicarlas a toda nuestra población peruana.
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