LA INDIFERENCIA HACE MÁS DAÑO QUE UN TERREMOTO
“Guardían, ¿qué te pasa, porque aúllas, has
visto a Juan Osito?”, gritaba don Shamuco a su perro, sin presagiar que Guardián ya “olía” lo
que se venía. A las 05 y 52 de la madrugada un fuerte terremoto de 7,5 de intensidad ponía a prueba el temple y el carácter
aguerrido de don Shamuco; ponía a prueba
a todos los pueblos de Amazonas. “Corre
Guardían, corre”, gritaba don Shamuco, “no
te vaya a aplastar las piedras de la torre de nuestra iglesia”, vociferaba.
Don Shamuco y su fiel Guardián resultaron ilesos; más los 483 años de una torre eterna e histórica, que venían
desafiando al tiempo, cayeron al suelo; la historia de estas piedras
divinamente arrumadas, se esfumaron
entre las indiferencias y los 7,5 grados de magnitud de un terremoto que nos
agarró (como siempre ocurre en nuestro país) NADA PREPARADOS.
Agradecemos a Dios, a nuestro Sanjuancito y al
Señor de Gualamita; que este terremoto (hasta el momento) no ha dejado víctimas que lamentar; más los daños materiales son inmensos, que afectan principalmente a
nuestras poblaciones vulnerables (campesinos y nativos amazonenses). Quizás uno de los mayores daños que hemos
sufrido está referido a nuestro patrimonio histórico; no solamente se vino
abajo la torre de la iglesia de la Jalca Grande, (Juan Osito debe estar llorando); sino también diversas iglesias de
Levanto, San Francisco del Yeso, de Huancas, Olleros, las iglesias del Señor de
la Buena Muerte y Santa Ana, estas últimas en Chachapoyas, han sufrido deterioros de importancia.
Todos estos templos e iglesias, todos nuestros monumentos
históricos y arqueológicos como Kuelap, Carajía, Revash, Wuanglic, Pukatambo,
el Gran Vilaya, entre muchos otros TIENEN
ALGO EN COMÚN; que cada día se vienen deteriorando
y destruyendo debido a la INDIFERENCIA
Y OLVIDO por parte de nuestras autoridades
y funcionarios nacionales y regionales; indiferencia y olvido que hace más
daño a nuestra cultura e historia, que un terremoto. Desde hace años y algunas
décadas, muchas de NUESTRAS VOCES vienen
reclamando, manifestándose y luchando para la 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗽𝗲𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻, 𝗶𝗻𝘃𝗲𝘀𝘁𝗶𝗴𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘆 𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗲𝗻 𝘃𝗮𝗹𝗼𝗿 de nuestro patrimonio cultural, ya sea arqueológico y de cultura viva; pero
estas nuestras voces, no son tomadas en cuenta; cierran los ojos o tapan sus oídos cuando justamente demandamos
mayor atención para nuestro patrimonio.
Manifestaba en anteriores oportunidades, "𝙎𝙄𝙉 𝘾𝙐𝙇𝙏𝙐𝙍𝘼, 𝙉𝙊 𝙃𝘼𝙔 𝙏𝙐𝙍𝙄𝙎𝙈𝙊", y cuando se destruya la última piedra de Kuelap
o el último Sarcófago de Carajía, veremos los amazonenses que los teleféricos,
las agencias de turismo, el hotel 5 estrellas, los restaurantes fichos, los “gringos”
dando vuelta tu plaza o las fotitos/selfies; NO SIGNIFICARON EL DESARROILLO TURISTICO. Ahí tienen, la Torre
Colonial de la iglesia de la Jalca Grande, derrumbada
por la indiferencia y la desidia de
restaurarla e investigarla; no lo destruyó el 7,5 de magnitud de la escala
de Richter.
¿QUÉ HACER AHORA? Es la pregunta que nos venimos repitiendo desde hace
décadas para con nuestro patrimonio cultural de Amazonas. Que esta experiencia
no tan grata, NOS SIRVA PARA VALORAR MÁS
A NUESTRA CULTURA QUE AL TURISMO; apoyar urgentemente con presupuestos a la reconstrucción e
investigación de nuestra cultura, y no solamente priorizar al turismo; que, al
fin al cabo, “vive” de nuestra cultura y
ecología. A las autoridades nacionales, regionales y locales; a sus
funcionarios, PONERSE LAS PILAS DE UNA
VEZ, invirtiendo el presupuesto en nuestra cultura; miren nomás Kuelap, tiene
asignado desde hace años un presupuesto de poco más de 8 millones para su recuperación y restauración; PERO KUELAP Y
SUS PIEDRAS, SIGUEN AGONIZANDO.
La reconstrucción de la Torre Colonial en la Jalca Grande debería ser un modelo de inversión y
gestión óptima, no se debería reconstruirlo teniendo como mole una base de
cemento, sin hacer estudios arqueológicos en el subsuelo (períodos prehispánico
y colonial) y se reconstruya la edificación teniendo como base los puntos de vista de los arqueólogos,
antropólogos e ingenieros. Que no importe más los diezmos o arreglos bajo
la mesa en los futuros proyectos de reconstrucción, que la gloria, el temple y el
arte de los antiguos pobladores que construyeron magníficamente esta
edificación. Que importe más en la reconstrucción EL FORTALECIMIENTO Y PUESTA EN VALOR DE LA CULTURA AMAZONENSE,
porque el turismo caerá por su propio peso.
Don Shamuco junto a su perro Guardián ahora está labrando su chacra,
mientras el can corretea a una perdiz; por
el rostro vetusto y sufrido de don Shamuco se deslizan lágrimas de rabia y
dolor porque su plaza y su iglesia ya no serán lo mismo. El Juan Osito de
los mitos de la Jalca Grande, si, aquel personaje cosmovisionario plasmado en una de las piedras derruidas de
la Torre Colonial, seguirá esperando que sus autoridades y pobladores lo
recuerden siempre y no lo olviden.
Es tarea nuestra, apoyar la reconstrucción de la misma, como también ALZAR NUESTRAS VOCES para que nuestra
cultura, no se derrumbe por la indiferencia,
el olvido y la desidia.
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* PD: Don Shamuco y su perro Guardián son
personajes imaginarios, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia.
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