LA MUJER EN LA CULTURA LUYA Y CHILLAOS
El rol femenino en nuestra cultura Luya y
Chillaos fue tan importante para el reordenamiento y la organización social y
religiosa de esta civilización. La organización simbólica tripartita de
nuestras civilizaciones pre incas nororientales, pues ocasionaba tensiones y
conflictos interétnicos. Como lo menciona el antropólogo Peter Lerche, el
símbolo del Zig zag, (como simbología masculina) geográficamente abarcaba toda
el área de nuestra cultura; evidenciados hoy en los restos arqueológicos de
Kuelap, Complejo Vilaya, Complejo Pajatén, Macro, etc.
El problema que surge, es sobre el otro par de
símbolos femeninos que se distribuían hacia el Norte (Rombo) y al Sur (Grecas),
en relación al área de confluencia de los tres símbolos, que se ubica
actualmente en los alrededores de los actuales distritos de San Francisco del
Yeso y Cocabamba (Provincia de Luya) y Leymebamba en la Provincia de
Chachapoyas.
Los grupos étnicos, no podían mantener esta
estabilidad ante el poder simbólico femenino de carácter bélico y de
subsistencia. La situación era aún más crítica cuando por falta de alimentos y
posibles guerras, las mujeres de los Luya y Chillaos, presionaban “moralmente”
a los hombres. Entonces, en estos procesos de emergencia, se observaba más el
peso femenino en la sociedad. Estos acontecimientos, podrían indicarnos que en
estos grupos étnicos “el factor femenino
tenía no solo bastante peso, sino era a veces decisivo” como lo sugiere
Peter Lerche.
Un relato contado por Garcilaso de la Vega nos
narra que cuando llega Huayna Cápac hacia estos territorios, para calmar una
rebelión y realizar un riguroso castigo a sus habitantes, se presentó ante él
una mujer. Fue ésta con un séquito de seguidoras, las que intervinieron como
mediadoras para que no destruyeran y masacraran a los antiguos pobladores de
estas zonas. Este relato nos indicaría el papel importante a nivel de mediadora
política, que jugo la mujer en esta cultura.
Garcilaso menciona que los hombres “acordaron desamparar sus pueblos y casas y
huir a los montes…[ ]…Los viejos que quedaron con las demás gente inútil
acudieron a una matrona que había sido mujer de Túpac Yupanqui, para que fuese
a suplicar al inca, su hijo, los perdonase…[ ]…salió a toda diligencia
acompañada de otras muchas mujeres y fue al encuentro del inca para solicitarle
clemencia y perdón para sus etnias…[ ]...al cual el inca le respondió: Vuélvete
en hora buena a los tuyos y perdónales en mi nombre…”.
Es en el aspecto religioso, en que las antiguas
mujeres Chillaos, sobresalieron marcadamente. De ahí, podemos inferir que sus
altos conocimientos del mundo sobrenatural, que poseían, les concedían estatus
social respetable dentro de estas sociedades. En la actualidad las mujeres
curanderas son respetadas por los pobladores de nuestra Provincia de Luya. Cada
pueblo tiene sus curanderas, donde su poder de curar y hacer daño es respetado
y valorado en el interior de cada pueblo.
El profesor Waldemar Espinoza, mencionando un
documento de Calancha, escrito en 1639, nos narra que “existen grandes hechiceros y herbolarios de ponzoña con mucha
facilidad, sin que haya faltar del tiempo en que pretendan que muera, porque
según los días, los meses o años en que quieren que muera, así confeccionan las
ponzoñas…las mujeres también se dedicaron a esas prácticas y fueron las mujeres
mucho más hábiles que los hombres en la preparación de brebajes”.
Es necesario anotar con relación a esta cita
que varios cronistas nos mencionan que, en estos territorios, habitaban los
brujos y hechiceros más temidos del antiguo Perú; que incluso tuvieron la
osadía de dar muerte con uno de sus brebajes al mismísimo inca. Espinoza
Soriano, citando a Vizcarra, nos dice que el Curaca “Chuquimis, envió a sus hombres con hierbas y brebajes venenosos para
Huayna Capac, quién posteriormente murió en Tumipampa”. Posiblemente, la
intención de este curaca era la de liberar a sus etnias de los huestes
imperiales, teniendo como estrategias, a la habilidad de sus brujos y
hechiceros, y a la efectividad de sus brebajes.
Se concluye entonces, que la mujer en estos
territorios jugó un importante papel no solo en la estructura familiar, sino
también dentro de la escena social, económica, política y religiosa de la
cultura. Es debido a ese poder femenino y su influencia marcada sobre la
sociedad, que estos grupos y en especial los Luya y Chillaos, poseían un rasgo
bélico de carácter ofensivo y defensivo, que hacía imposible su dominación por
parte de los conquistadores Incas. Éstos, utilizaban diferentes estrategias
militares para derrotarlos, sin alcanzar sus objetivos.
Varias incursiones militares, no bastaron para
que los Incas llegasen a conquistarlos totalmente. La conquista Inca sobre los
Luya y Chillaos se debió a que usaron la estrategia Inca de reunir a la
población joven rebelde entre mujeres y varones y llevarlos como mitmacunas a
poblar otros territorios muy alejados a su cuna de origen; de esa manera, se
aminoraba el espíritu rebelde e indomable de los antiguos hombres guerreros de
estos territorios, como el de los Luya y Chillaos.
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Este artículo lo escribí tomando como base mi tesis sustentada en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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